Lo que hay que saber antes de ver Berlín, la serie de Netflix sobre el ladrón más querido de La casa de papel
Ya se encuentra disponible en Netflix Berlín, la serie derivada de la exitosa La casa de papel, que se enfoca años antes de la primera temporada de la que fuera la ficción en español más vista en la historia de la plataforma de contenidos.
Antes de ver Berlín, que sigue al más carismático de los ladrones de La casa de papel y es interpretado por el actor español Pedro Alonso, estos son algunos detalles a tener en cuenta.
El primer robo
París es el marco ideal para dar rienda suelta a la creatividad de unos ladrones de guante blanco, con una minuciosa manera de trabajar, que tienen como objetivo robar 44 millones de euros en joyas históricas pertenecientes a grandes familias. Cuando todo parecía hilvanado a la perfección, el hedonismo de Berlín, su gusto por disfrutar de los placeres de la vida y su deseo de encarar la pasión de esa primera fase del enamoramiento lo llevan a poner en riesgo todo el plan, pero no es el único que se lanza al vacío.
Ladrón enamorado
Su búsqueda de la “energía del amor y de su fantasía”, como él la denomina, no solo lo arrastra a él, todos los personajes sucumben a la banda sonora de Love is in the air y parecen vivir La vie en rose, incluido un idílico paseo en vespa por las calles que rodean el Sena al más puro estilo Audrey Hepburn en Vacaciones en Roma. Hasta que la tensión y la adrenalina del robo hacen acto de presencia después de unos extensos preliminares.
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Los personajes
Berlín recupera dos personajes claves del asalto a la Casa de la Moneda y al Banco de España: a las policías Raquel Murillo (Itziar Ituño) y Alicia Sierra (Najwa Nimri), que sufre un ataque de chovinismo en plena investigación. Pedro Alonso aún no es Berlín, es Andrés de Fonollosa, el líder de la banda. Astuto, siempre un paso por delante de los demás, mientras que Tristán Ulloa, Damián, asume el papel de su amigo entrañable y confidente, muy diferentes entre sí, pero con un pasado común.
Michelle Jenner es Keila un cerebro informático; Begoña Vargas es Cameron, una joven sin arraigo que sabe vivir al límite; Julio Peña Fernández, Roi, que pretende ser el alter ego de Berlín en su juventud, y Joel Sánchez, Bruce, que sabe cómo sacar el mejor partido a sus manos. Personajes que se complementan, con un pasado repleto de relaciones familiares y sentimentales que marcan su juventud, que divertidos se atreven a ser protagonistas de una imagen idéntica a la de los Beatles en la portada del disco ‘Abbey road’. Un reparto que se completa con Samantha Siqueiro, Julien Paschal, Masi Rodríguez y Rachel Lascar.
En qué momento se desarrolla la trama
El relato se remonta a años antes del atraco a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, insumo de las dos primeras temporadas de La casa de papel. La producción, que está disponible desde hoy en Netflix, navega por los orígenes de ese hombre calculador, egocéntrico, romántico, amante del riesgo, el dinero y las mujeres.
“Resucitar a un muerto era una labor complicadísima. Nuestra intención en todo momento fue poder hacer una serie con una franquicia propia, que a pesar de partir de un universo ya conocido, que es La casa de papel, fuera una serie independiente con sus propios códigos también, con su propia banda y con su propia manera de contar, pero teníamos un personaje, núcleo central y epicentro de la narrativa de La casa de papel. Entonces, había que despegarlo del momento más oscuro de su vida, con la enfermedad y el secuestro, y lo que hicimos fue ubicarlo muchos años atrás, en una época luminosa, dorada”, explica Esther Martínez, coautora de la serie.