Saliva: distintas edades, distintas necesidades

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La saliva, que está compuesta, entre otros, de encimas y proteínas, la producen tres pares de glándulas mayores. El doctor Christophe Lequart, cirujano, dentista y portavoz dela UFSBD, explica el doble papel de la saliva: “Por un lado permite transportar minerales, de forma que remineraliza el esmalte dental, y por otro actúa como tapón, ya que neutraliza los ataques ácidos”. Además de su papel como barrera protectora natural, la saliva también juega un papel importante en la deglución, digestión y el sabor de las comidas. Así pues, es un fluido muy valioso durante todas las etapas de la vida.

Un estudio publicado en el Dental Tribune2 apuntó que la saliva podría ser el factor por el que las defensas inmunitarias de los niños son más débiles. Según este estudio, el hecho de que a los más pequeños les cueste combatir ciertas infecciones podría tener una explicación muy simple: en su saliva hay menos cantidad de inmunoglobulinas A (anticuerpos denominados “solubles” presentes en la mayoría de secreciones y que son la primera línea de defensa) que en la de los adultos. El profesor Mikael Sonesson, encargado del estudio, notó ciertas diferencias: “Al parecer, las defensas específicas, tanto en la saliva como en las pequeñas glándulas salivares, son más fuertes en el adulto que en el niño”.

La presencia de elementos de defensa específicos y no específicos en la saliva varía en el niño y en el adulto. Pero estas variaciones no solo dependen de la edad, sino también de la salud del paciente y del momento del día, tal y como explica el doctor Lequart: “la composición de la saliva también varía a lo largo del día. La saliva que se produce durante la masticación es más rica en bicarbonato, calcio y fosfato”.

La saliva no es un simple líquido que nos humedece la boca. Juega un papel protector y limpiador muy importante en la salud bucodental, pero también es fundamental para el bienestar general.

Hoy en día, los análisis de saliva han permitido investigar varias patologías. Las últimas noticias son prometedoras: al parecer, la saliva permite determinar el estado general de una persona. La evaluación cuantitativa de ciertas bacterias es un buen indicador de riesgo de cánceres bucales3. Sin embargo, hoy por hoy, aún no se ha comercializado ningún test de saliva para diagnosticar el cáncer.

Aunque la composición de la saliva es importante, lo cierto es que los índices de secreción también son fundamentales. Por culpa de “ciertos medicamentos, pero también de la edad, salivamos menos”, explica el doctor Lequart. Cuando envejecemos, la saliva se vuelve más espesa. “Este fluido oral lubrica el conjunto de la cavidad bucal y, en caso de hiposialia (disminución de la cantidad y calidad de la saliva), podemos sufrir sequedad bucal e incluso pequeñas llagas”.

Además, una disminución del flujo salivar o la sensación de sequedad bocal (xerostomía) podría tener consecuencias en la alimentación, en la dicción e incluso en la sexualidad. Pero no solo eso, tal y como subraya el doctor Lequart “menos saliva significa menos protección de los dientes y de la cavidad bucal”. La hiposialia favorece la aparición de infecciones, de caries y la alteración de los tejidos bucales. Algunas de estas infecciones serían la gingivitis o la periodontitis. La carencia de saliva puede tener consecuencias muy graves, tan graves como un desdentado. Así pues, ante los primeros síntomas de boca seca, se recomienda consultar con un dentista o médico de cabecera.

La xerostomía, esa sensación de boca seca, es un problema que suelen padecer las personas de avanzada edad. En efecto, entre el 25 y el 60% de las personas de más de 65 años se queja de sequedad bucal. Tal y como explica el doctor Lequart, “las glándulas salivares, cuando envejecen, funcionan peor”, lo que conlleva esa disminución de secreción, que puede tener consecuencias desastrosas. “La saliva es importante para la digestión, la masticación y para el sabor de los alimentos. En caso de hiposialia, si además a la persona le faltan algunos dientes, existe un riesgo real de desnutrición, lo que implica, a su vez, un mayor riesgo de mortalidad”.

La saliva no es el único factor que afecta a la salud y nutrición de una persona de avanzada edad. Es precisamente la salud dental la que puede tener repercusiones sobre una población que ya presente otras patologías. Dientes que faltan, dientes que se mueven, prótesis, inflamación gingival, dolores que impiden la correcta masticación o deglución y que no favorecen el placer y las ganas de comer. Esto último que puede implicar un cambio en la dieta o incluso provocar una desnutrición. Se ha constatado que los pacientes que sufren periodontitis severa tienen un IMC más débil.

Un estado bucodental poco cuidado suele provocar cierto aislamiento, ya sea por la vergüenza de no poder pronunciar bien, o por la vergüenza de mostrar una boca desdentada.

Es importante gozar de una buena salud dental a todas las edades, pero aún es más importante durante la edad adulta, para así conservar una mejor salud general.

J. Xavier

Fuentes:

1. Entrevista con el doctor Lequart, dentista y portavoz de la UFSBD

2. On minor salivary gland secretion in children, adolescents and adults ; Sonesson Mikael. Swed Dent J Suppl 2011

3. The salivary microbiota as a diagnostic indicator of oral cancer: a descriptive, non-randomized study of cancer-free and oral squamous cell carcinoma subjects; Mager D. J Transl Med Juillet 2005

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