Sara Becker, primera actriz chilena que opta a un Goya: "la vida te sorprende"

Madrid, 6 feb (EFE).- "Me siento muy joven", asegura entre risas Sara Becker, que a sus 22 años es la primera actriz chilena en ser nominada a un Goya, lo que considera un ejemplo claro de que "de repente la vida te sorprende con regalos muy, muy grandes, como este".

"Estoy celebrando desde que estoy nominada y sigo celebrándolo", dice a EFE en una entrevista cinco días antes de la gala de la 38 edición de los Premios Goya, en la que está nominada en la categoría de actriz revelación por su papel en 'La contadora de películas'.

La gala se celebrará en Valladolid (noroeste), una ciudad que ya conoció el año pasado cuando se presentó la película en la Seminci, festival de cine que se celebra en la ciudad.

La cinta que opta a tres Goya, a mejor dirección de arte, mejor diseño de vestuario y mejor actriz revelación.

Aunque solo tiene 22 años, Becker actúa desde los 9 años y ahora consiguió la nominación al Goya por un papel que obtuvo en un proceso con 250 actrices. "Yo creo que todas las adolescentes chilenas castearon para la peli", afirma con más risas.

Interpreta a María Margarita, una joven que vive en un pueblo minero en el desierto de Atacama (norte de Chile) y que se dedica a contar películas a sus vecinos mientras trata de sobrevivir a incontables dramas personales y familiares.

Todo el peso de la historia recae en ella en esta película dirigida por la danesa Lone Scherfig, responsable de títulos como 'An Education' (2009) o 'Italiano para principiantes' (2000) y que adapta la novela homónima del chileno Hernán Rivera Letelier.

"Desde que pude leer el guión me enamoré de María Margarita, de todo lo que significa para Chile la imagen de esta adolescente, de esta mujer tan empoderada" que resiste todas las desgracias que le ocurren gracias al arte y al cine, explica Becker.

Con Scherfig hablando inglés y un elenco que mezclaba el español, francés, alemán o catalán, el equipo rodó dos meses y medio en Pedro de Valdivia, una localidad salitrera, abandonada en 1996, pero que sus antiguos habitantes mantienen con una visita anual para arreglar y limpiar las casas.

Por eso, para Becker también es importante que esta película enseñe a los chilenos cómo se vivía en estos poblados que se crearon junto a explotaciones mineras de salitre. Permite revisitar esa parte de la historia ahora olvidada y hacerlo de una manera muy realista, ya que parte de la figuración de la película eran antiguos vecinos del lugar.

Las condiciones en las que vivían esas personas fueron las mismas en las que vivió todo el equipo de la película durante rodaje, con altas temperaturas durante el día y frío por la noche, el clima habitual de Atacama, el desierto más árido del mundo.

La ciudad más cercana quedaba a dos horas, recuerda la actriz, para quien este aislamiento les hizo sentirse casi como dentro de una película, en un ambiente mágico y muy diferente al que están acostumbrados.

"La mayoría éramos de Santiago, de la capital. Y muchos no conocíamos tanto el desierto. Fue un rodaje muy lindo porque fue muy inspirador estar con toda esa gente", reconoce Becker, que se deshace en elogios con la directora y sus compañeros de reparto.

"Yo vengo de una industria pequeñita en Chile que cada vez crece más, pero ellos siempre han tenido una gran amabilidad conmigo y se agradece muchísimo", reflexiona la actriz, que también destaca la sensibilidad de Scherfig y la libertad que la realizadora dio a los actores para hacer distintas versiones de las mismas escenas.

La película es también todo un homenaje al cine. Una historia de cine dentro del cine en la que aparecen secuencias de películas míticas como 'Spartacus', 'The Apartment' o 'The Man Who Shot Liberty Valance ', todas ellas elegidas cuidadosamente por la realizadora danesa.

Estas y otros títulos son las que la joven María Margarita describe a sus hermanos o a sus vecinos. Y conocer más en profundidad el cine clásico es otra de las lecciones que sacó de este proyecto.

Anima a ver 'La contadora de películas' a los jóvenes que se aburren con la lentitud del cine en blanco y negro, que buscan la inmediatez y se aburren al leer una novela. "Necesitamos todo ahora ya. Y no, no puede ser", apunta con madurez.

Alicia García de Francisco

(c) Agencia EFE