Yahoo Estilo Sarah Ferguson muestra por primera vez a los corgis de Isabel II desde su último adiós
Los corgis de la reina Isabel II estuvieron presentes en su último adiós el pasado 19 de septiembre y protagonizaron una de las imágenes más tiernas, pero también más tristes de la despedida de la soberana en el castillo de Windsor. Los perros a los que tanto quería la Reina están viviendo con el príncipe Andrés y Sarah Ferguson en Royal Lodge, ya que a pesar de su divorcio en 1996 la expareja continúa viviendo bajo el mismo techo en Windsor.
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La duquesa de York ha compartido por primera vez las imágenes de los corgis galeses de la reina, Sandy y Muick. "Los regalos que siguen dando", dice Sarah Ferguson mientras acaricia y comparte juegos con los perros sobre el césped. Una de estas mascotas fue un regalo de su hijo el príncipe Andres a su madre cuando enfermó el duque de Edimburgo. Isabel II aceptó el obsequio con la condición de que cuando ella falleciese su hijo se lo quedará. Y cumplió su promesa.
Muick llegó a Windsor a principios de 2021 para acompañar a la Reina, entonces confinada como el resto de británicos por la variante Omicron, junto a otro cachorro llamado Fergus. Fergus falleció con cinco meses, un triste episodio que tuvo lugar semanas después de la muerte de su esposo, Felipe de Edimburgo. Entonces Andrés y sus hijas, las princesas Beatriz y Eugenia, le regalaron a Isabel II el pequeño Sandy con motivo de su 95 cumpleaños.
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La Reina siempre fue una apasionada de la raza corgi a lo largo de toda su vida. En el momento de su fallecimiento tenía cuatro perros, dos corgis galeses de Pembroke llamados Sandy y Muick, un dorgi -una mezcla de perro salchicha y corgi- llamado Candy y un cocker spaniel llamado Lissy. Estos dos últimos corgis no eran ya descendientes de Susan, la mascota que le regalaron sus padres cuando tenía 18 años, que fue la primera de una saga que se prolongó durante casi quince generaciones. Llegó a tener hasta treinta, siendo sus incondicionales acompañantes durante sus 96 años de vida.
Su amor por los corgis quedó de manifiesto en las festividades del jubileo de platino por sus 70 años de reinado, hubo una congregación de 70 corgis en Balmoral y una carrera de corgis en el hipódromo de Musselburgh. También se reflejó en su despedida, ya que el príncipe Andrés quiso que sus adorados perros estuvieran presentes en las honras fúnebres y vieron pasar el féretro con los restos de su dueña antes de ser enterrada en la capilla de San Jorge.
