Estas son las señales que nos indican que una amistad se está acabando
Amigos para siempre, una frase que resonaba en el estribillo de una conocida canción. Ese es el sueño, sin duda, el de una amistad que siempre está, que pasa por fases, pero que nunca falla. Y es que los amigos son medicina, no tenemos ninguna duda. Pero hay ocasiones en las que las amistades se acaban y no se cumple ese dicho con el que comenzábamos el artículo. ¿Qué señales nos pueden alertar de que una amistad está tocando a su fin o está definitivamente acabada (aunque no nos demos cuenta)? En opinión de Marc Rodríguez, (@rodriemocion), psicólogo especialista en inteligencia emocional, a veces, no nos damos cuenta de que una amistad está llegando a su fin porque los cambios suelen ser sutiles o graduales. “También a veces queremos aplicar lo de, ojos que no ven… Asumir que una amistad está llegando a su ocaso no siempre es una realidad que nos guste ver”, nos indica el psicólogo.
No todas las amistades están destinadas a durar toda la vida. Y debemos aceptarlo, aunque duela
Señales de que una amistad se acaba
Sin embargo, tal y como nos resume el experto, sí que podemos detectar algunas señales que pueden indicarnos que una amistad se acaba. Nos las resume en las siguientes:
Falta de contacto: Si ya no os llamáis o escribís como antes y, cuando lo hacéis, las conversaciones son superficiales o forzadas, puede ser una señal de desconexión.
Menor interés mutuo: Cuando ya no compartís intereses, objetivos o temas de conversación, y ambos dejáis de hacer esfuerzos por poneros al día, la relación puede estar enfriándose.
Encuentros poco agradables: Si cada vez que os veis sientes incomodidad, tensión o simplemente no disfrutas como antes, puede ser una señal de que algo ha cambiado, tú, la otra persona o ambos, pero algo ya no funciona.
Falta de apoyo: Las amistades sanas se basan en el apoyo mutuo. Si sientes que ya no puedes contar con esa persona en momentos importantes, o viceversa, algo puede estar fallando.
Evitar el contacto: Si notas que uno de los dos evita los encuentros o pone excusas para no quedar, puede ser una señal de que la relación se está desvaneciendo, cuando nada dentro tuyo te empuja a tener contacto y cercanía con esa persona, suele ser una señal muy notoria de que algo ya no funciona.
Las amistades cambian con el tiempo
Lo cierto es que tampoco podemos culparnos, pues es normal que haya amistades que se van apagando poco a poco, que tienen un momento culminante y luego van haciéndose más flojas. “Las amistades, como todas las relaciones, cambian con el tiempo. A veces tienen un momento álgido, como durante una etapa específica de nuestras vidas (en el colegio, la universidad, el trabajo, etc.), pero cuando esas circunstancias cambian, la intensidad de la amistad también puede disminuir”, indica el psicólogo, que matiza que esto no significa que haya un conflicto o que alguien haya hecho algo mal. “Simplemente, las prioridades, los intereses o los momentos vitales cambian. Por ejemplo, es común que algunas amistades se enfríen cuando alguien cambia de ciudad, empieza una nueva relación o tiene hijos. Y está bien: no todas las amistades están destinadas a durar toda la vida. Y debemos aceptarlo, aunque duela”, nos dice.
Consejos para cuidar las amistades
Lo cierto es que no podemos perder de vista un aspecto importante: las amistades hay que cuidarlas. No podemos dejar que la planta se seque por falta de interés, hay que regarla, mimarla. “Mantener una amistad requiere esfuerzo mutuo y cuidado, al final como cualquier tipo de relación va a requerir por nuestra parte dar, dar en forma de energía, tiempo, emociones y experiencias”, nos explica y nos resume algunos consejos que nos pueden ser de utilidad en este objetivo:
¿Qué podemos hacer? Algunas de las mejores prácticas son:
Comunicación regular: Aunque no podáis veros a menudo, un mensaje o una llamada ocasional puede hacer que la relación se mantenga viva. Lo importante es demostrar que te importa.
Escucha activa: Cuando habléis, presta atención de verdad. No se trata solo de hablar, sino de escuchar, interesarte por lo que pasa en su vida y ofrecer apoyo si lo necesita.
Compartir tiempo de calidad: Más allá de los mensajes, trata de encontrar momentos para compartir actividades que ambos disfrutéis, ya sea tomar un café, hacer deporte o planear un viaje.
Agradece y valora: Reconoce lo que esa persona aporta a tu vida y díselo. Un simple "me alegro de tenerte como amigo/a" puede reforzar mucho la relación.
Respeta los cambios: Acepta que tu amigo/a puede tener nuevas prioridades o intereses, y trata de adaptarte a ello en lugar de exigir que todo siga como siempre.
Hay que quedarse con los aprendizajes que nos trajo esa persona, no con el dolor de que no haya podido mantenerse en el tiempo
¿Qué sucede cuando una amistad se acaba?
Cuando una amistad se acaba, podemos decir que es como si se cerrara un ciclo. “Las amistades, como muchas cosas en la vida, tienen ciclos. Cuando una amistad termina, no necesariamente es algo negativo; puede ser simplemente que esa relación cumplió su propósito en una etapa concreta de tu vida. Hay que quedarse con los aprendizajes que nos trajo esa persona, no con el dolor de que no haya podido mantenerse en el tiempo”, indica.
Esto no significa que los recuerdos o los momentos compartidos pierdan valor. Más bien, es una forma de reconocer que ambas personas han cambiado y han tomado caminos diferentes. Eso sí, aceptar que una amistad se ha terminado puede ser difícil, pero también es una oportunidad para reflexionar, valorar lo vivido y abrir espacio para nuevas conexiones.
¿Existen las amistades para siempre?
Hablábamos al comienzo de las amistades que duran para siempre, que existen, pero en opinión del psicólogo son excepcionales, son como un diamante. “Las amistades para siempre requieren un esfuerzo constante por ambas partes y una evolución conjunta. Estas amistades suelen ser flexibles, capaces de adaptarse a los cambios de la vida y mantener un vínculo profundo a pesar de las distancias o las diferencias”, nos dice. No todas las amistades tienen que durar toda la vida para ser significativas. Incluso una amistad que solo dure unos años puede marcarte profundamente y ser igual de valiosa, pero todos, todos queremos ese amigo eterno, es algo humano y natural desearlo.
Fases de la amistad
Lo que nos ha quedado claro es que todas las amistades pasan por distintas fases, unidas en muchas ocasiones, a nuestros momentos vitales. Marc Rodríguez nos pone algunos ejemplos:
Inicios: La fase de descubrimiento, cuando conectáis por intereses comunes o circunstancias compartidas (muchas veces debido a compartir un contexto por ejemplo el trabajo, la escuela o la universidad).
Crecimiento: La relación se fortalece a medida que compartís más experiencias y os conocéis mejor.
Estabilidad: Una etapa de comodidad y confianza, donde la amistad se siente segura y estable.
Cambios: Circunstancias externas (mudanzas, nuevas relaciones, trabajo) pueden afectar la intensidad de la relación. En esta etapa, algunas amistades se adaptan y sobreviven, mientras que otras se enfrían.
Renovación o fin: Algunas amistades logran superar los cambios y se renuevan con nuevas dinámicas, mientras que otras terminan.
“Las amistades, como cualquier relación, requieren cuidado, flexibilidad y aceptación. No todas durarán para siempre, pero cada una tiene algo único que aportar en su momento. Valora las amistades que tienes, acepta cuando algunas lleguen a su fin y sigue abierto/a a nuevas conexiones. Al final, la calidad siempre será más importante que la cantidad, como todo en la vida”, concluye.