Las señales de que tu tiroides podría tener problemas aunque no haya bulto en el cuello

La tiroides controla la velocidad del metabolismo de todos los procesos en el cuerpo y puede hacer que tu cuello se vea hinchado o causar problemas para respirar o tragar. También suele provocar irritabilidad, insomnio, temblor de manos o cambios de humor que confundimos con el estrés. (Foto: Getty)

Por lo general, en cualquier aspecto de la vida, no reconocemos un problema hasta que lo tenemos encima. Con la salud pasa igual, no solemos preocuparnos a menos que se nos presente un dolor extremo o un síntoma claro. Por ejemplo, en la mayoría de los casos, el cáncer de tiroides se manifiesta con un bulto en el cuello, así que si no lo vemos es que todo va bien, ¿verdad?

Lamento decir que no es tan simple y que, en estas cuestiones, los grises también existen. La realidad es que la incidencia del cáncer de tiroides se ha duplicado en los últimos 10 años. Así lo recoge un estudio realizado por el área de Tiroides de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), del que se desprende que cada año se identifican en España alrededor de 4.500 nuevos cánceres de tiroides, lo que supone más de 9 casos por 100.000 habitantes; 5 casos anuales por 100.000 varones; y más de 13 casos anuales por 100.000 mujeres.

El cáncer de tiroides puede diagnosticarse a cualquier edad, tanto en jóvenes como en ancianos, aunque es más frecuente en la mujer (con una prevalencia 3 o 4 veces mayor que en el hombre), y excepcional en niños. Sin embargo, el cáncer no es el único problema que afecta a la tiroides, hay otras cosas que deberías conocer sobre esta parte de tu cuerpo.

La tiroides es una pequeña glándula con forma de mariposa ubicada en la parte frontal del cuello. Produce hormonas que controlan cómo el cuerpo usa la energía. Estas hormonas afectan a casi todos los órganos del cuerpo y controlan muchas de sus funciones más importantes. Sobre todo, ayudan a mantener el llamado “metabolismo basal” estable, lo que permite preservar la temperatura del organismo necesaria para que el cerebro, el corazón, los músculos y otros órganos funcionen en las condiciones óptimas necesarias para los procesos del organismo. Por tanto, afectan a la respiración, frecuencia cardíaca, peso, digestión y estados de ánimo.

Cuando la tiroides no funciona bien puede causar nerviosismo excesivo, insomnio, palpitaciones, cansancio inexplicable, sudoración fácil, mala tolerancia al calor, temblor de manos, pérdida de peso (a pesar de coexistir con el aumento de apetito) y diarreas.

Estas son las manifestaciones clásicas de hipertiroidismo, y al principio, estos síntomas derivados de las alteraciones de la tiroides se pueden confundir con una respuesta exagerada al estrés, por lo que, a veces, el diagnóstico es más tardío cuando la enfermedad está más avanzada.

Además de los síntomas más habituales que ya hemos señalado, existen otros signos menos conocidos que pueden hacerte sospechar de un problema de tiroides como:

  • Piel caliente, húmeda, fina.

  • Cabello fino y frágil.

  • Debilidad muscular en brazos y muslos.

  • Alteración menstrual.

Si la tiroides hiperactiva no se trata, puede causar algunos problemas de salud más graves, incluyendo latido cardíaco irregular que puede provocar coágulos de sangre, accidente cerebrovascular, insuficiencia cardíaca y otros problemas cardíacos.

En personas mayores y ancianos "puede ocurrir el llamado hipertiroidismo apático, en el que los síntomas se encuentran muy atenuados y a veces sólo se manifiesta por trastornos del ritmo cardiaco", según recoge este artículo de la Clínica Universidad de Navarra (CUN).

A largo plazo, el hipertiroidismo no tratado aumenta la aparición de enfermedades cardiovasculares y la pérdida de masa ósea. Por eso, si una persona reconoce alguna de estas señales, se recomienda que acuda al médico para que este le derive al especialista (endocrino) con el fin de identificar el problema y conocer cuáles son las causas de esa producción excesiva de hormonas tiroideas.

Ser mujer mayor de 60 años, tener anemia, diabetes tipo 1 o consumir demasiado yodo a través de los alimentos o al tomar medicamentos o suplementos que contienen yodo aumenta el riesgo de tiroides hiperactiva.

De hecho, los adultos mayores de 60 años con una tiroides muy activa pueden tener síntomas diferentes que los adultos más jóvenes. Por ejemplo, pueden perder el apetito o aislarse de otras personas. En ocasiones, esto puede confundirse con depresión o demencia.

También debes saber que en la glándula tiroides se pueden originar muchos tipos de crecimientos y tumores. Suelen ser benignos (no cancerosos), pero pueden volverse hiperactivos y producir demasiada hormona tiroidea. Estos bultos o nódulos tiroideos también son más comunes en adultos mayores.

Aunque los cambios en el tamaño y la forma de la tiroides a menudo se pueden palpar o incluso ver por los afectados o sus médicos, a muchas personas se les encuentran bultos o nódulos que son muy pequeños como para ser palpados, y la mayoría de estos también son benignos. Suelen estar llenos de líquido o de una hormona tiroidea almacenada llamada coloide. Los que son duros al tacto (sólidos) tienen más probabilidades de ser cancerosos. De ser cáncer de tiroides, estos bultos suelen crecer rápidamente, causar hinchazón o dolor en la parte frontal del cuello que algunas veces alcanza hasta la mandíbula y hasta los oídos.

Ahora ya sabes la importancia que tiene esta glándula en tu salud general y podrás reconocer los síntomas de una tiroides hiperactiva y distinguirlos del cáncer de tiroides, “una enfermedad frecuente, cuyo pronóstico es excelente, e incluso en los pocos casos de mala evolución existen, y cada vez más, opciones terapéuticas” apunta que “en términos generales, el pronóstico de los cánceres de tiroides es muy bueno, lográndose curación en la gran mayoría de los casos”.

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