La serie ideal para llenar (un poco) el vacío que deja ‘Derry Girls’

Cartel promocional de 'Derry Girls'
Cartel promocional de 'Derry Girls'

Todos los seriéfilos conocemos la sensación perfectamente. El enorme vacío que deja una serie que nos ha acompañado durante años y a la que nos hemos sentido emocionalmente apegados capítulo tras capítulo. Para muchos, la última que ha logrado calar hondo y enamorarnos con su particular universo y sus personajes inolvidables es Derry Girls, irreverente y divertida comedia irlandesa que acaba de estrenar su última temporada en Netflix.

Despedirse de la pandilla de Derry es una experiencia agridulce, porque duele decir adiós, pero a la vez nos sentimos agradecidos por haberla tenido, dejándonos con la impresión de haber vivido algo muy especial que difícilmente se podrá repetir. Sin embargo, no será por opciones. Siempre surgirán nuevas propuestas para hacer más dulce la tarea de dejar marchar a las series que terminan, y la candidata perfecta para (al menos intentar) llenar el vacío de Derry Girls, ya está aquí: Big Boys, comedia británica que llega a España a través de Filmin, justo a tiempo para cubrir ese hueco.

Big Boys es una sitcom semi-autobiográfica creada y narrada por el cómico británico Jack Rooke, que construye una historia a caballo entre la ficción y la realidad, basándose en sus propios premiados monólogos de comedia (Happy Hour, Love Letters) y sus experiencias del pasado. Enfocada como una comedia coming of age, Big Boys gira en torno a Jack (Dylan Llewellyn), un tímido chico gay de 19 años que se marcha a la universidad después de haber pasado un año sabático, encerrado en casa con su madre tras la muerte de su padre. La serie transcurre en el año 2013 y sigue a Jack mientras trata de salir de la depresión en la que está sumido para tomar las riendas de su vida y empezar una nueva etapa.

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Un error lleva a que Jack acabe relegado al peor dormitorio del campus, donde se verá obligado a compartir habitación con Danny (Jonathan Pointing), un estudiante de 25 años que está tratando de revivir su adolescencia perdida y con el que, a pesar de no tener aparentemente nada en común (es hetero, mayor que él y mucho más extrovertido), desarrollará una preciosa e inquebrantable amistad en la que ambos se ayudarán mutuamente a sobrellevar sus problemas de salud mental y salir a flote para vivir los años más excitantes de su juventud.

Si Derry Girls narraba la vida de un grupo de adolescentes navegando la vida en el instituto, con el conflicto de Irlanda del Norte como telón de fondo, Big Boys se acerca a la etapa inmediatamente posterior, postulándose desde el principio como una de las mejores series sobre la vida universitaria, una época que no se plasma con tanta frecuencia en las series, que suelen centrarse más en el instituto (excepciones recientes serían Merlí: Sapere Aude o la genial La vida sexual de las universitarias, contadas desde perspectivas muy distintas). En ella, Rooke deposita toda su alma e ingenio para contarnos una historia con la que es fácil volver al pasado y sentir la punzada de la nostalgia al recordar nuestras propias experiencias (con la mirada que otorga el tiempo), especialmente si nos vemos reflejados en el protagonista, como sería mi caso personal.

Al igual que Otis y Eric en Sex Education, aunque en este caso dándole casi todo el peso en la historia, Big Boys se centra en la amistad entre un chico gay y otro hetero, algo que no se ve a menudo en las series y que aquí se trata con tremendo acierto. Necesitamos más ejemplos de relaciones que desafíen los estereotipos y las convenciones sociales: un hombre hetero puede ser mejor amigo de uno gay, intercambiar anécdotas sexuales, apoyarse en sus vidas sentimentales y compartir la intimidad con absoluta naturalidad. Aunque la serie no se remonta a los 90 como Derry Girls, es muy inteligente a la hora de reflejar cómo hace apenas 10 años, todavía estábamos empezando en esto de la normalización de la comunidad LGBTQ+, mostrando con mucho humor e introspección lo que significaba (y en muchos casos significa) ser abiertamente gay en la universidad y sentir la liberación de poder vivir tu verdadera identidad tras años ocultándola, encontrando para ello a tu familia elegida.

Big Boys es una serie llena de momentos divertidos, descarados e incómodos de exploración sexual y desmadre, pero también ha sido especialmente alabada por su forma de utilizar la comedia para abordar temas importantes como la salud mental, la pérdida, el suicidio, el espectro de la masculinidad o la lucha por los derechos LGBTQ+, con sinceridad y una ternura que puede pillar desprevenido. Eso es lo que la conecta principalmente con Derry Girls, cómo bajo el humor, hay un poso dramático muy bien asentado que hace que sus personajes sean reales y sus vidas acaben resultando absolutamente trascendentales para nosotros. La amistad que se desarrolla entre Jack y Danny es una de las más bonitas que nos ha dado la televisión reciente, y Rooke la utiliza para crear momentos que desarman, que nos hacen pasar de la risa a la lágrima casi sin darnos cuenta, siguiendo la estela de otras grandes comedias británicas recientes como Fleabag o After Life.

Pero Derry Girls y Big Boys tienen más cosas en común. Aunque la primera hace gala de un humor más histriónico y caricaturesco que la segunda, las dos comparten sensibilidad en su visión del paso de la adolescencia a la vida adulta. No debería sorprender que ambas pertenecen originalmente a la misma cadena, Channel 4 (Derry Girls se distribuye internacionalmente a través de Netflix, aunque no es una producción original suya). Y por supuesto, las dos comparten a Dylan Llewellyn, el Wee English Fella de la pandilla de Derry que en Big Boys da un paso al frente para convertirse en protagonista, con un personaje que bien podría ser una extensión de su entrañable y abrazable James.

Big Boys no ha causado mucho impacto, pero sus excelentes críticas le han garantizado una segunda temporada, que ya está en marcha, y lo tiene todo para conquistar al público que se anime a verla. Pero ojo, que la serie se podrá ver solo de forma limitada en Filmin. Big Boys se estrena en el marco del Festival Serializados, donde ya se ha presentado en su Sección Oficial, y ya está en la plataforma de streaming con sus tres primeros episodios (de los seis que conforman la primera temporada), pero solo disponible hasta el 30 de octubre. Así que más vale darse prisa para verla. Esperemos que en el futuro se animen a añadir la temporada completa a su catálogo fijo, pero de momento, recomiendo aprovechar esta oportunidad para descubrirla, porque merece mucho la pena.

Con solo tres temporadas, Derry Girls se convirtió en una de nuestras comedias de referencia gracias a sus inolvidables personajes, su energía excéntrica y contagiosa y su forma de canalizar con el humor más descacharrarte el drama real de crecer en un mundo dividido que se empeña en poner obstáculos en el camino. Con Big Boys, podemos volver a sentir algo parecido, aunque desde otra perspectiva: lo que supone hacerse mayor, explorar, experimentar y descubrirse a sí mismo en una etapa de transición decisiva, mientras la inseguridad, el miedo a salir del cascarón y los demonios personales acechan a cada esquina, y la amistad se alza como el mayor pilar de ese decisivo capítulo vital. Otro ejemplo de gran comedia británica en la que la risa y el dolor se dan la mano para recordarnos que no hay una sin otra.

Los 3 primeros episodios de Big Boys estarán disponible en Filmin hasta el 30 de octubre. Derry Girls está disponible completa (3 temporadas) en Netflix.

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