"Si nos dejan": el acto de amor del que nació una de las telenovelas más queridas (y versionadas) de América Latina
Desde su debut en la TV colombiana en 1993, el melodrama 'Señora Isabel', original de Bernardo Romero Pereiro y Mónica Agudelo, se ha convertido en una de las telenovelas más queridas (¡Y versionadas!) que hay en Latinoamérica. La versión que se hizo en México con el título 'Mirada de mujer' fue un hit que sigue siendo muy visto en las plataformas de streaming (Amazon Prime la tiene completa) y acaban de iniciar las grabaciones de una nueva versión que protagoniza Mayrín Villanueva con el título 'Si nos dejan'.
Pero... ¿por qué se vuelve tanto a esta historia? ¿Qué es lo que captura de ella? ¿Por qué siempre que la han rehecho, pega? Claramente es una trama que le gusta mucho al público, y es el éxito más grande que surgió de la pluma del célebre guionista, y probablemente el secreto de por qué siempre funciona este argumento sea porque se escribió como un acto de amor.
La historia de 'Señora Isabel' comenzó en 1985, cuando Romero presentó una miniserie de seis capítulos llamada 'La señora', que se transmitió de manera sabatina. En esta versión, de formato corto, protagonizada por la actriz Gloria Gómez, que interpretaba a 'Regina', una mujer de 40 años decidía tras un divorcio matricularse en la facultad de derecho para terminar la carrera que había dejado trunca, y ahí, siendo mayor que sus compañeros, se enamoraba de un hombre más joven.
La idea permaneció en la mente de Romero y años más tarde, la convirtió en el formato que ahora se conoce. Todo esto vino -como él lo contó en una entrevista - cuando su esposa, la actriz Judy Henríquez, con quien duró más de 50 años casado, se quejaba de que no había papeles interesantes para mujeres de su edad. Solo le ofrecían papeles de maestra, madre (o peor, abuela) o incluso, de monja. Era como si por haber llegado a la mediana edad, tuviera que renunciar a una vida plena, sexual, activa e independiente.
Las palabras de su cónyuge lo llevaron a retomar aquella idea que tuvo, le dio la vuelta y la hizo crecer, con personajes entrañables como la heroína, 'Isabel', una mujer dedicada a su familia, a la que su marido, en plena crisis de la edad madura, abandona por una mujer 20 años más joven que él, y de ahí, las diversas subtramas que surgieron, con un enamorado más joven y la madre conservadora que siempre la critica, los tres hijos cada uno con su propio conflicto y las amigas entrañables de la protagonista.
Lo interesante de su propuesta, cuando llegó al aire, con Henríquez en el rol principal, era que, si bien se trataba de una telenovela convencional no había villanos: los antagonistas -la nueva pareja del marido, la exesposa del galán joven y el mismo exmarido- no eran perversos, ni siquiera mezquinos; simplemente se trataba de seres humanos comunes en situaciones poco ordinarias. Naturalmente, la telenovela fue un gran éxito, pero como sabemos, la cosa no quedó ahí.
Cuando en 1997 Argos y TV Azteca negociaron la versión mexicana, que comenzó transmisiones ese verano, 'Mirada de mujer' se convirtió en un éxito inesperado - al punto de que rompió por primera vez el rating del horario nocturno en su competencia con Televisa, que no había logrado superar históricamente nunca antes - y causó polémica porque mostraba a una mujer madura, 'María Inés', interpretada por la maravillosa Angélica Aragón en un rol que fue icónico, teniendo una relación con un hombre más joven (Ari Telch) y encontrando una liberación más allá de su rol pre-establecido.
Aquí fue donde se probaron los elementos que funcionan en la historia y que le han dado una vida que trasciende el tiempo: honestidad con sus personajes, inmediatez en su conexión con el público y un acercamiento a lo que es la realidad, más allá de las convenciones del melodrama: rompió el molde y creó uno propio. El que presente a una protagonista que es una mujer tridimensional y sensata ayudó a cambiar (para bien) el aspecto de las heroínas hasta entonces, que de hábito repetían variaciones del cuento de la Cenicienta.
Fue tal la alharaca causada por el programa, que hasta líderes de opinión hablaron de ella en sus columnas y tanto Aragón como Telch se volvieron figuras internacionales, apareciendo hasta en la portada de la revista 'Time' en su edición de Estados Unidos. Cuando un par de años después se hizo la versión con los géneros invertidos 'La vida en el espejo', con Gonzalo Vega, Rebecca Jones y Sasha Sökol (de la banda Timbiriche), el éxito no fue tan apoteósico, sin embargo el proyecto tuvo muy buena aceptación y ayudó a impulsar las carreras de José María Yázpik y Diego Luna.
La siguiente versión, 'Victoria', hecha en 2008 con Victoria Ruffo, Arturo Peniche y Mauricio Ochmann, realizada para Telemundo, retomó el formato original, y aunque ya para entonces Bernardo Romero había muerto, tuvo la aprobación de su viuda; en Estados Unidos y México, la novela fue bien recibida - en la que también actuaban Geraldine Bazán y María Helena Döering -, pero tuvo mucho éxito en España.
Ahora toca el turno a Mayrín Villanueva -que cuesta trabajo creer que ya forma parte de actrices en ese rango de edad- protagonizar, con el personaje ahora llamado 'Alicia Carranza', la más reciente versión de esta trama, ahora llamada 'Si nos dejan', que ha tenido numerosas tribulaciones en su camino a los foros (donde empezó a grabarse el 15 de febrero): primero un largo proceso de preproducción, que se cayó varias veces desde 2017; la búsqueda de la protagonista adecuada (se barajaron nombres como Itatí Cantoral, Leticia Calderón, incluso, en su momento, Edith González), la búsqueda de los actores que la acompañasen - la historia de cómo Eduardo Yáñez y José Pablo Minor dejaron el proyecto para ser sustituidos por Alexis Ayala y Marcus Ornellas tiene muchas versiones, todas del dominio público -...
Mayrín tiene en sus manos lo que es uno de los roles más codiciados por cualquier actriz, una obra que es -hasta ahora- un éxito probado y popular, y encabezar el reparto que incluye a Susana Dosamantes, Scarlet Gruber, el debut de Elissa Marie, la hija de Gabriel Soto y Geraldine, así como el retorno a las telenovelas de Gabriela Spanic, después de siete años de ausencia, además de la ocasión de dar nueva vida a uno de los melodramas más queridos por el público, una historia que se ha vuelto universal, habiendo surgido como el regalo de un escritor, para la mujer que amaba.
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