Similitudes y diferencias: exitosas historias que se mudaron de la pantalla chica al teatro y viceversa
Smiley, la famosa serie de Netflix de temática gay destinada a un público amplio , protagonizada por el ascendente Carlos Cuevas (la revelación de Merlí) y Miki Esparbé tuvo su origen teatral. Con el mismo nombre la comedia romántica sobre dos hombres de distintas edades y con características personales bien opuestas (que no obstante se atraen y apuestan a estar juntos) se estrenó el 29 de noviembre de 2012 en la sala Flyhard de Barcelona y el éxito fue inmediato. Después la obra escrita y dirigida por Guillem Clua, que incluye tanto diálogos en castellano como en catalán, rotó por toda España y más tarde supo de una veintena de versiones locales en todo el mundo (desde Chile y Chipre hasta Atenas y Austria y San Pablo y Nueva York). Ahora, finalmente, le llegó el turno a la puesta porteña. Con dirección de Diego Rinaldi (responsable del éxito de Radojka) y protagónicos de Facundo Gambandé (surgido de la factoría Disney) y Germán Tripel (el ex Mambrú devenido gran intérprete de comedias musicales), la pieza –de la que también participa el bailarín Rodrigo Jara– se ofrece todos los viernes y sábados, a las 22, en la Sala 2 del Teatro Premier (Av. Corrientes 1565).
“Estaba al tanto del material antes de que se estrenara la serie, en diciembre del año pasado y venía visualizándolo para llevar a escena en cuanto pudiera. Es que el texto me había atravesado desde el lugar más simple y a la vez más profundo del amor, desde lo romántico más genuino. ¿Qué pasa cuando alguien te mueve la estantería, te enamora y te moviliza todas tus fibras? Esa es la pregunta que me quedó resonando en cuanto terminé de leer por primera vez la obra. Eso, luego, me llevó a ver la serie, que me encantó”, comenta a LA NACION Rinaldi, el artífice del proyecto. “ La serie me permitió conocer el mundo más amplio de los personajes, por ese algo tan propio del código audiovisual, que de repente te muestra a los protagonistas en la calle, o junto a su familia, y ves cómo y con quién se vinculan más allá de su objeto de deseo. Pero al hecho tan vivo, concreto y real del teatro no hay con qué darle. La obra cuenta exclusivamente un mundo de dos, el de Bruno y Alex, y eso también está buenísimo porque aporta intimidad, destila magia y hace que la historia resulte más entrañable”, entiende el director a la hora de comparar las bondades de la serie con las de la pieza.
Aunque vivamos en un mundo deconstruido, a Rinaldi le costó bastante dar con los actores que, además de idóneos, aceptaran interpretar roles de hombres gay. Además pretendía un plus en ambos casos: que supieran cantar. “Porque creo que todo aquello que ya no se puede decir con palabras, porque es tanto el amor que nos aflora, hay que cantarlo. Y eso es lo que justamente les pasa a Bruno y Alex. Fue entonces que pensé en Germán Tripel, no sólo por su talento como cantante y actor, sino porque lo sigo en las redes y sé cómo expresa a través de ellas el amor por su mujer y su hija. Y yo quería alguien así para Bruno, alguien dispuesto a enamorar, alguien que no le tuviera miedo al amor. Inmediatamente después apareció Facundo Gambandé, quien por cuestiones de la historia tenía que ser menor que el otro actor y con un phisique du rol distinto. Y él me pareció ideal para dar vida a Alex. Aunque me llevó un buen tiempo conformar el elenco, hoy pienso que no podría haber encontrado una dupla mejor para hacer Smiley, ambos abrieron su corazón desde el primer día y se entregaron, en eso radica el éxito del espectáculo”, asegura.
“Yo había visto la serie y también conocía la obra, así que no tuve dudas en aceptar la propuesta como parece que tuvieron otros”, cuenta a su turno Tripel, el integrante más famoso del elenco. “Desde el vamos me pareció una historia súper simple pero bonita, que por haberse hecho conocida a través de Netflix tendría una mayor proyección al momento de ofrecerla en un escenario. No me equivoqué”, agrega. El actor ya había interpretado a un hombre gay en el musical Y un día Nico se fue, tanto en la primera versión de 2014 como en la segunda de 2017. “En ese musical traté de copiar la forma de decir y otro tipo de singularidades de Osvaldo Bazán (el reconocido periodista, autor de la pieza y a la vez personaje principal de la misma), que luego fueron exageradas para que resultaran más graciosas. En Smiley, el proceso fue distinto: no copié a nadie, ni traté de emular lo que hizo el actor que representa mi personaje en la serie de Netflix. Desde un principio a Bruno traté de ponerle mi impronta. En Y un día Nico se fue soy consciente que interpretaba a un monigote, a alguien divertido; en Smiley, en cambio, busqué no caer en el cliché del homosexual, descartando de plano la afectación o el amaneramiento, algo que para mí ya es demodé. Sé que muchos siguen interpretando a los personajes gay livianamente, como si se trataran de mujeres exageradas. Mi intención fue otra: dotar a mi criatura de la mayor naturalidad posible para que todos se sientan reflejados en lo que le ocurre a Bruno, no sólo los hombres gay”, remarca Tripel sobre sus dos criaturas y los diferentes abordajes de las mismas.
Por último, el actor que hoy también se destaca como un viejo rockero en el musical Forever Young asegura: “No considero que Smiley sea exclusivamente para un sector del público o de la población. Tal vez fue escrita para expresar algo que la sociedad no estaba escuchando y dejar un mensaje. Hay ciertas obras que las comunidades las adoptan como propias, pero para mí no fue escrita para la comunidad LGTB; al contrario, fue escrita para que todos y todas nos veamos reflejados en ella. Smiley habla de un desencuentro amoroso y de un posterior encuentro. ¿Y quién no ha vivido algo así alguna vez? Todos, obviamente. Eso le pasa a dos hombres como a dos mujeres y como a un hombre y a una mujer. Por eso queremos que vengan a ver Smiley gays y heterosexuales, adolescentes y adultos. Al fin y al cabo el amor y sus vicisitudes no conocen de compartimentos”, concluye Tripel.
El reciente estreno de Smiley sirve de disparador para recordar algunas de las obras que sirvieron de base de series televisivas (tanto para los canales abiertos como para las plataformas de streaming) y las series que luego se convirtieron en espectáculos teatrales:
-Escenas de la vida conyugal. Muchos saben que la obra de teatro sobre el desmoronamiento de una pareja, que aquí protagonizaron en los ´80 Alfredo Alcón y Norma Aleandro y más acá en el tiempo Ricardo Darín y Valeria Bertucelli (luego reemplazada por Érica Rivas y más tarde por Andrea Pietra), fue previamente una película de 155 minutos del gran Ingmar Bergman protagonizada por Erland Josephson y Liv Ullmann, de 1974, que ganó el Globo de Oro al Mejor film extranjero (y que, sorprendentemente, fue omitida en los Oscar). Pero pocos conocen que el film fue, a su vez, la condensación de una miniserie producida un año antes por la televisión sueca, de seis capítulos y 295 minutos de duración, titulada Secretos de un matrimonio. Por último, esa miniserie base de otros formatos, tuvo su remake en 2021, esta vez compuesta por cinco capítulos, con las actuaciones de Oscar Isaac y Jessica Chastain, y emitida por la plataforma de streaming HBO Max.
-Ángeles en América. Nació como obra de teatro en un momento en que el mundo asistía desconsolado a los estragos del HIV. En realidad Angels in America: A Gay Fantasia on National Themes fueron dos piezas o una dividida en dos partes: El milenio se aproxima y Perestroika. La primera se estrenó en 1991 y la segunda en 1993. Luego, Broadway conoció una exitosísima remake en 2018, que permitió ver las dos partes juntas, en una sesión teatral que duraba más de siete horas, con Andrew Garfield y Nathan Lane al frente del elenco. Ambientada en la Nueva York de mediados de los ´80, la obra monumental del dramaturgo y guionista Tony Kushner reúne el mundo de la política con la crisis sanitaria que desató la aparición del virus HIV y el daño de la desinformación y los prejuicios, a través de escenas realistas y otras fantasiosas (de ahí el subtítulo de la pieza). Todas sus versiones ganaron innumerables galardones y la obra en sí se alzó con el prestigiosísimo premio Pulitzer en la categoría Teatro en 1993. Finalmente, en 2003, Angels in America llegó a la televisión por cable norteamericana y luego a la del resto del mundo, a través de una excelente producción de HBO, de seis capítulos, que tuvo protagonistas de lujo: Al Pacino, Meryl Streep, Emma Thompson, Mary Louise Parker, Jeffrey Wright y Patrick Wilson, entre otros. En la Argentina también se pudo ver Ángeles en América en teatro: en un esfuerzo conjunto Alejandra Boero y Julio Baccaro montaron en 1996 El milenio se aproxima en el escenario del Teatro Andamio 90; y al año siguiente, la segunda parte de la saga, Perestroika.
-Los Locos Addams. La serie nació en los Estados Unidos a mediados de los ´60 y tuvo su origen en las caricaturas que Charles Addams había publicado en el The New Yorker, que el productor David Levy decidió adaptar para la televisión. Desde el vamos fue planteada como una telecomedia de humor negro sobre una familia tan terrorífica como disfuncional, dirigida tanto a los niños y adolescentes como al público adulto. Constó de 64 capítulos de 30 minutos de duración, filmados en blanco y negro, que fueron emitidos por la cadena ABC desde el 18 de septiembre de 1964 al 8 de abril de 1966. Mientras que en su país se llamó The Addams Family, y en España optaron por la traducción literal (La Familia Addams), aquí, en la Argentina, y en el resto de Latinoamérica, la saga del matrimonio Homero Addams y Morticia, sus hijos Merlina y Pericles, el tío Lucas, la Abuela, el asistente Dedos y el mayordomo Largo fue titulada Los Locos Addams. Alrededor de 45 años después, en 2010, las peripecias del excéntrico clan con gusto por lo macabro llegaron a Broadway, en formato de musical. La pieza en cuestión se llamó igual que la serie, contó con canciones de Andrew Lippa y libreto de Marshall Brickman y Rick Elice y, en los roles protagónicos, con los graciosísimos Nathan Lane y Bebe Neuwirth. En 2013 la primera versión en español del musical se pudo ver en la Argentina, en el Teatro Opera, con Gabriel “El Puma” Goity y Julieta Díaz, como Homero Addams y Morticia, más Laura Esquivel (ex Patito Feo) como Merlina. La adaptación del libro y las letras corrió por cuenta del recordado Enrique Pinti.
-Casados con hijos. La sitcom norteamericana fue un éxito inusitado en la cadena Fox, que se extendió durante 11 temporadas, a partir de 1987; y nació como contracara de The Cosby Show, el programa que se centraba en una cariñosa familia de clase media alta de Brooklyn. En Married with Childen, en cambio, los Bundy, anclados en un popular suburbio de Chicago, no se esforzaban en absoluto en ser amables unos con otros. Esto, lejos de generar el repudio de la audiencia, provocó risas y cimentó el término de “familia disfuncional”. Siete años después de su finalización en los Estados Unidos, la comedia mordaz tuvo su versión argentina, bajo la literal traducción de Casados con hijos, y con Guillermo Francella, Florencia Peña, y Luisana y Darío Lopilato como Los Argento, la familia de clase media baja, que sobrevivía en el Bajo Flores. Si bien al principio el rating le fue esquivo (porque el público estaba acostumbrado a las historias familiares en formato costumbrista), en el segundo y último año de emisiones el éxito fue total. Pero el verdadero suceso se produjo después, cuando año tras año Telefe decidió volver a emitir los viejos capítulos, con una respuesta de público cada vez mayor. Por eso a los hacedores de la versión local de la sitcom se les ocurrió que el suceso no debería restringirse al ámbito de la televisión y comenzaron a darle forma a una idea que para algunos parecía imposible: llevar Casados con hijos a un escenario. Previa autorización de Fox y los autores originales, Telefe y los adaptadores de los guiones –Axel Kuschevatzky y Diego Alarcón- idearon una trama de una hora y media, en base a los personajes de la sitcom, para ofrecer en el Teatro Gran Rex durante el verano, que dio sus frutos: 195.000 espectadores en 95 representaciones (a razón de 2000 por función), un fenómeno que no se veía desde hacía años en la avenida Corrientes. Por último, aunque a menor escala, el éxito de convocatoria se repitió en las vacaciones de invierno cuando el espectáculo se presentó (esta vez sin Luisana Lopilato) en Plaza de la Música de Córdoba.
-Extraña pareja. The Odd Couple, según su título original, es una obra de teatro escrita por el dramaturgo estadounidense Neil Simon (el mismo de Desnudos en el parque, Sweet Charity, Plaza Suite, Capítulo dos, Están tocando nuestra canción, Rumores, Perdidos en Yonkers y La chica del adiós, entre más de 30 piezas). Tras su estreno en Broadway en 1965 se realizó una adaptación cinematográfica en 1968 (que contó con uno de sus protagonistas originales –Walther Matthau- más Jack Lemonn) y luego una serie televisiva en 1970, de 114 episodios, con Tony Randall y Jack Klugman. Como se recordará la obra gira en torno a dos amigos, Oscar Madison y Felix Ungar, que deciden compartir departamento (luego de que uno es expulsado del hogar familiar por su esposa), pero la convivencia entre ellos pronto se hace imposible debido a sus personalidades totalmente opuestas. Mientras que Unger es un hombre meticuloso y obsesionado con el orden y la limpieza, Madison es un tipo despreocupado y fiestero. Aquí, a lo largo de los años, la obra contó con varias versiones, una protagonizada por Palito Ortega y Rodolfo Bebán (en 1966), otra por Carlos Calvo y Pablo Rago (en 2007) y la última por Gustavo Bermúdez y Miguel Ángel Rodríguez, en 2015. En 1985 Neil Simon adaptó la obra poniendo como protagonistas a dos mujeres y entonces los personajes pasaron a llamarse Olive Madison y Florence Unger. Extraña pareja femenina (The Female Odd Couple) se vio aquí, en 1989, con Soledad Silveyra y Ana María Picchio, y también en 2001, con Patricia Palmer y Catherine Fulop. Por último, en 2002, se estrenó en los Estados Unidos una versión actualizada del texto original para dos actores, titulada Oscar and Felix: A New Look at the Odd Couple.
-Fleabag. Para el gran público es una comedia dramática británica, creada y escrita por su protagonista Phoebe Waller-Bridge para televisión. Sin embargo, primero fue un extenso monólogo teatral, también concebido por Waller-Bridge y con el mismo nombre que la serie, que fue presentado en el Festival Fringe de Edimburgo en 2013, y que se alzó con el premio al Mejor unipersonal. Tres años después y gracias a un acuerdo entre el canal digital BBC Three y Amazon Studios, Waller-Bridge logró llevar su propuesta a la plataforma Amazon Prime Video y ganarse el reconocimiento de un público mucho más vasto. En Fleabag la actriz y autora interpreta al singular personaje principal de la serie: una joven londinense de espíritu libre y sexualmente activa pero a la vez enojada y confundida. Un ingrediente original de la propuesta es que con frecuencia “rompe” la cuarta pared y expone sus monólogos internos a los televidentes. La serie constó de sólo dos temporadas de seis capítulos cada una, y en ambas participaron grandes figuras como Olivia Colman, Fiona Shaw y Kristin Scott Thomas. La primera temporada se estrenó en 2016 y la segunda recién en 2019. Por la primera Waller-Bridge ganó el premios de la Academia Británica de Televisión a la Mejor interpretación femenina, mientras que la segunda recibió 11 nominaciones a los Emmy, ganando finalmente seis, entre ellos los de Mejor serie de comedia y Mejor actriz principal. Hoy Waller-Bridge es una estrella internacional –de hecho coprotagonizó junto a Harrison Ford la última entrega de la saga de Indiana Jones- y su monólogo teatral de los comienzos es estudiado en las academias de actuación inglesas y, de vez en cuando, también representado en algún teatro independiente del West End.