“Sin hijos”, la película que demuestra que no todas las comedias mexicanas son aborrecibles

De un tiempo a esta parte, la comedia romántica se ha convertido en el género de mayor éxito en el cine mexicano, pero no siempre hay una consistencia en la calidad de las películas que llegan al público. Es decir, por cada brillante ‘Solteras’ o ‘Las niñas bien’, se lanzan cosas infectas como ‘Novio de rancho’ o ‘Plan V’.

No obstante, algunas veces llega a aparecer la película que consigue con iguales dosis de humor y astucia, hablarle al público de temas profundos, presentar situaciones cómicas que no son forzadas, hacer verosímil lo inverosímil y llevar al espectador a un viaje satisfactorio y entretenido por 90 minutos. El caso de ‘Sin hijos’, el debut en ficción del galardonado productor y documentalista mexicano Roberto Fiesco, es de esos.

Cartel de la película mexicana "Sin hijos", protagonizada por Regina Blandón y Alfonso Dosal/Cortesía de Corazón Films.
Cartel de la película mexicana "Sin hijos", protagonizada por Regina Blandón y Alfonso Dosal/Cortesía de Corazón Films.

‘Sin hijos’, protagonizada por Alfonso Dosal y Regina Blandón – dos de los más interesantes intérpretes de su generación, con un paso notable por el cine –, está programada para estrenarse en marzo por Netflix, ya está disponible como primicia en EEUU en la plataforma de streaming digital Pantaya, y es posiblemente la mejor comedia realizada en México este año.

Ambientada en Ciudad de México, la trama gira en torno a las peripecias amorosas de Fidel (Dosal), que opera junto con su hermano Temo (Mike Jiménez) una tienda de instrumentos musicales y discos especializados, en el centro de la capital. Él tiene una hija, Ari (Francesca Mercadante), de cuya madre está divorciado en buenos términos y su relación con su hija es más de iguales que de padre e hija. Un día, por mera casualidad, reconecta con Marina (Blandón), una intrépida fotógrafa que fue su novia en la universidad.

Marina parece encarnar todo lo que Fidel, que desde su divorcio de Sara (Giovanna Zacarías) no ha tenido relaciones, podría desear en una compañera: compatibilidad, tensión sexual, química, astucia, sarcasmo y autosuficiencia. De hecho, es su media naranja, excepto por un mínimo detalle: Marina le tiene una tremenda fobia a los niños. No es que no le gusten. No los soporta. Su sola presencia la agobia y la saca de quicio; es así cómo Fidel se encuentra en una encrucijada: aventarse sin medir consecuencias a la pasión que ella le despierta, o echar una mentira al calor del momento y negar la existencia de su pequeña, diciéndole a Marina que sí, él es divorciado y sin hijos.

Es a raíz de esto que Fidel se encuentra enmarañado en un hilo de mentiras y enredos que se van complicando conforme el romance con Marina va creciendo, aunque no deja de remorderle la consciencia el ocultar la existencia de su hija. Pronto (antes de media película) la situación se vuelve insostenible y se abre con una resolución que no es nada predecible (aunque sí bastante lógica) que coloca a los personajes en diferentes perspectivas sobre su percepción e interacción con la realidad.

Roberto Fiesco. (Photo by Pedro Martin Gonzalez Castillo/Getty Images)
Roberto Fiesco. (Photo by Pedro Martin Gonzalez Castillo/Getty Images)

Roberto Fiesco (1972) ya había demostrado una creciente destreza detrás de la lente, uniéndola con una sensibilidad elemental e indispensable en su visión artística para crear atmósferas, en su documental ‘Quebranto’, acerca de Coral Bonelli, una actriz transgénero (fallecida en 2019) de extracción muy humilde, que había tenido cierto auge en su infancia y juventud, vividas como hombre, bajo la identidad de Fernando García Ortega. Mientras que su premiado cortometraje ‘Trémulo’ es un ejemplo magistral de cómo narrar, casi sin diálogos, una historia emocionante.

Aquí, Fiesco y su director de fotografía, Alejandro Cantú, consiguen crear un estilo visual particular que se moldea para ser un aspecto característico de la película: lo mismo un mundo muy real, que un lugar completamente imaginario, según se de la visión del personaje cuya narrativa seguimos como espectadores.

Regina Blandón. (Photo by Medios y Media/Getty Images)
Regina Blandón. (Photo by Medios y Media/Getty Images)

Por su parte, Regina Blandón, que es una actriz versátil y aventurera en la elección de sus personajes y proyectos, sabe imprimir con sutileza los sellos y matices de su personaje, que no necesariamente se aplican a los de una protagonista de un relato como este: rompe el estereotipo al hacer de Marina una mujer sensible y confiada, mas no estúpida, que al descubrir la treta de su pretendiente toma acciones diferentes (y tiene la que podría ser la más memorable línea de diálogo en la cinta).

Por su parte, el corazón de la película es la interpretación de Alfonso Dosal, que es un actor espléndido que en contadas ocasiones ha contado con un material que se encuentre a la altura de su talento – que ha brillado más en teatro en obras como ‘Rojo’ y ‘Noche en la playa’, así como en series de TV como ‘Aquí, en la tierra’ o ‘Narcos: México’, en la que interpreta al hermano de Diego Luna.

Alfonso Dosal. (Photo by Dominique Charriau/WireImage)
Alfonso Dosal. (Photo by Dominique Charriau/WireImage)

Su Fidel es un hombre encantador que por una mentira inicia una odisea de descubrimiento personal que lo llevan a tener una nueva perspectiva en sus relaciones con las personas que conforman el mundo deliberadamente en miniatura al que se ha confinado, obligándose a sí mismo a replantearse cada aspecto de ella, que van de su masculinidad y sus efectos, hasta su manera de dar y recibir amor por parte de los demás; en una actuación de gran nivel, es lo mismo entrañable que frustrante, que genuino y es en la complicidad palpable entre director e intérprete que reside mucha de la esencia de esta cinta.

‘Sin hijos’ es una cinta amena, ligera, mas no por ello frívola, con elementos que conectan rápido y bien con el espectador; la muy joven Mercadante es un hallazgo en una interpretación muy natural de la precoz Ari: estos personajes infantiles suelen ser complicados porque sin una dirección cuidada pueden resultar pedantes o chocantes en la medida de que los niños ‘reales’ no actúan con esta soltura, ni tienen conversaciones como las que presenta, en la vida real. No obstante, más que una representación fantástica, la actriz se presenta con la naturalidad necesaria para dar una réplica excelente y punto-por-punto en la película a sus colegas adultos.

Como opción de entretenimiento en casa en esta época de confinamiento, ‘Sin hijos’ es una propuesta interesante, sustancial y entretenida que proporciona a sus intérpretes los mejores elementos para contar una historia que se desarrolla con fluidez y resulta muy satisfactoria.

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