Sonia Ferrer nos habla de su labor en Valencia: 'He encontrado un pueblo abandonado'
Tras la terrible devastación de multitud de pueblos en la Comunidad Valenciana con el paso de la DANA, las muestras de apoyo y cariño por parte de los ciudadanos no se han hecho esperar. Además, algunas celebridades también han querido aportar su granito de arena para superar esta situación tan difícil. Entre ellos, Sonia Ferrer, quien, acompañada por su marido Sergio Fontecha, que es agente del Cuerpo Nacional de Policía, fue de las primeras en desplazarse a los pueblos afectados de Valencia con la asociación S.O.S 4x4, que moviliza sus potentes vehículos para entrar en las zonas más inaccesibles. No marcharon de Madrid de vacío: palas, escobas, comida, material de limpieza y manos, que levantaron en la zona afectada un hospital de campaña.
“Es un grupo que nació y se puso en marcha a raiz de la fuerte nevada que colapsó Madrid y que, posteriormente, se ha ido extendiendo a otras ciudades. Está formado por gente que tiene todoterrenos potentes, que son capaces de meterse en cualquier sitio y tienen potencia para tirar y mover.. Como nosotros tenemos uno, porque estamos casi todo el día en el campo, estamos en contacto con ellos, que son los que movilizan a sus miembros en situaciones de necesidad como la provocada por la DANA. En este caso, decidimos sumarnos a la convocatoria porque vimos que se necesitaba despejar las calles de los coches que fueron arrastrados por la corriente y despejarlas para que pudieran acceder las ambulancias. En vista del barrizal que había, vimos que podía venir muy bien nuestra aportación”, nos cuenta la presentadora, conmocionada aún por todo lo vivido en los primeros momentos.
“He vivido todo con muchísimo dolor, porque he encontrado un pueblo abandonado. También he visto de primera mano muchísima solidaridad. Creo que es una de las cosas que más me ha impactado por ver el lado positivo de esta tragedia. Espero que, con la visita de los Reyes y el resto de autoridades, las cosas hayan cambiado y se hayan dado cuenta de las necesidades de la gente afectada por las riadas”.
Hace una pausa y añade: “Me he encontrado con un pueblo abandonado, pero, a su vez, muy bien organizado, gracias a la buena voluntad de los vecinos. Se han coordinado para limpiar los colegios públicos, negocios, locales…También se han dedicado a organizar la recepción de los alimentos y otros artículos de primera necesidad que han enviado desde el resto de España e incluso del extranjero. Lo han recepcionado y organizado para que todo el mundo pueda disponer de ellos y nosotros nos hemos encargado de distribuirlo ya que podíamos acceder a calles prácticamente inaccesibles por el agua y el lodo” .
De la experiencia, que repetirá hasta que poco a poco se vaya recuperando la normalidad en las zonas afectadas, Sonia se queda sin lugar a dudas con una cosa: “Sin lugar a dudas, con toda esa solidaridad que he visto, que es impresionante. Ibamos de edificio en edificio, avisando a los vecinos de que llevábamos alimentos, aguas y medicinas y preguntando si necesitaban algo. Recuerdo que si alguien te pedía leche y le querías entregar un paquete, te respondían: “No, me vale con dos bricks. Lo demás guardátelo por si alguién más la necesita. Esa actitud tan tremendamente solidaria de los vecinos me ha llegado al corazón. También el ver las mareas de gente que llegaban de Valencia capital para echar una mano y ver todas las calles copadas por los voluntarios. Si te digo la verdad, no se veía mucho más que eso. Era lo que más veía y después algunos bomberos y gente de protección civil. Espero que ahora que voy a volver la situación haya cambiado porque había ya un problema de salubridad muy importante. Necesitan toda la ayuda posible y creo que todos deberíamos echar una mano en la medida de nuestras posibilidades”.