Sophia Loren cumplió 90: una de las últimas leyendas del cine clásico celebra a lo grande en Roma

Sophia Loren en 1965
Sophia Loren en 1965 - Créditos: @Silver Screen Collection

MADRID.- Sophia Loren, la diva eterna, mito viviente del cine de la época dorada de Hollywood e icono de belleza y estilo grabado a fuego en el imaginario colectivo, cumplió este viernes 90 años. En toda Italia, de norte a sur del país transalpino, estos días se están celebrando homenajes con murales, retrospectivas, proyecciones y exposiciones para conmemorar el redondo aniversario de su actriz más universal, que también es, a ojos del mundo, un emblema de la italianidad.

Sophia Loren con sus dos hijos, el compositor Carlo Ponti Jr y el director Edoardo Ponti
Sophia Loren con sus dos hijos, el compositor Carlo Ponti Jr y el director Edoardo Ponti - Créditos: @AFP

La estrella del cine, que desde hace años vive en Ginebra como una reina en el exilio, regresará a Italia para festejar su cumpleaños en familia en Roma. Según apuntan algunos medios, como Il Corriere della Sera, la diva ha elegido para la celebración de tan destacado evento un lujoso hotel del centro de la capital italiana, el Anantara Palazzo Naiadi, en el que suele alojarse cuando viaja a su país natal y que, como regalo de cumpleaños, le ha dedicado una suite personalizada que lleva su nombre. La estancia, de 180 metros cuadrados, es el lugar en el que pernocta Loren cuando está en Roma y que desprende, según el hotel, “las costumbres de la actriz, sus gustos personales menos conocidos y sus recuerdos más preciados”.

El alojamiento también promete lo siguiente: “Una experiencia con sabor a cine, historia, gastronomía, cultura, moda y, sobre todo, familia”. La habitación está decorada con rosas blancas, las flores favoritas de la intérprete, y con imágenes que forman parte de su vida, como un cuadro de Pozzuoli, su amada ciudad de la infancia, donde pasó una infancia humilde marcada por los bombardeos de la guerra y las carencias de la posguerra. Este viernes se decía que en el hilo musical sonarían las canciones favoritas de la diva, que ha dejado allí algunos libros de recetas escritos por ella misma. Por la mañana, se serviría café con dos savoiardi, como ella acostumbra a tomar.

Sophia Loren en 1957
Sophia Loren en 1957
Sophia Loren y su gran amigo Marcello Mastroianni, en la década del 90
Sophia Loren y su gran amigo Marcello Mastroianni, en la década del 90 - Créditos: @Getty Images

Sophia Loren es una leyenda viva del séptimo arte. En su larga y extraordinaria trayectoria ha participado en un centenar de películas durante siete décadas consagradas al cine. Su palmarés alberga medio centenar de premios internacionales, entre los que destacan siete premios David de Donatello a la mejor actriz protagonista —los galardones cinematográficos más prestigiosos de Italia—, dos Oscar, uno de ellos honorífico; un Bafta, un Oso de Oro Honorífico, un León de Oro de Venecia y un premio Cecil B. DeMille a toda una vida que le otorgó la Asociación de Prensa Extranjera en Hollywood en 1995. El American Film Institute la declaró en 1999 como una de las intérpretes más importantes de la historia y una de las últimas leyendas del cine clásico de Hollywood.

Loren le enseña a su amigo Cary Grant a bailar en flamenco durante una pausa del rodaje de Orgullo y pasión (1957)
Loren le enseña a su amigo Cary Grant a bailar en flamenco durante una pausa del rodaje de Orgullo y pasión (1957) - Créditos: @Archive Photos

Unos inicios difíciles

Su vida comenzó el 20 de septiembre de 1934 en el pabellón para madres solteras de la clínica Santa Margherita de Roma, con el estigma que eso suponía en la Italia ultracatólica de la época. Su padre era un joven romano con orígenes aristocráticos que se limitó a darle su apellido, Scicolone, y a visitarla en contadas ocasiones. Romilda, su madre, aspirante a actriz, volvió a su localidad natal, Pozzuoli, en los suburbios de Nápoles, cuando se desvanecieron sus sueños de convertirse en estrella de cine. La propia Loren ha reconocido en numerosas ocasiones que de niña pasó muchas penurias económicas y también que vivió acomplejada al creerse fea porque era demasiado alta, muy delgada y tenía la nariz demasiado prominente para los cánones de la época. A pesar de ello, enseguida despuntó en los concursos de belleza locales y regionales y, en 1951, fue elegida Miss Elegancia en el certamen nacional. Ese reconocimiento supuso un giro en su trayectoria: entre los miembros del jurado se encontraba el productor Carlo Ponti, que más tarde se convertiría en su mentor y guía de su exitosa carrera. También en su marido, hasta la muerte del productor en 2007 a los 94 años.

Loren reconoció en su autobiografía que de niña pasó muchas penurias económicas y también que vivió acomplejada al creerse fea porque era demasiado alta, muy delgada y tenía la nariz demasiado prominente para los cánones de la época.
Loren reconoció en su autobiografía que de niña pasó muchas penurias económicas y también que vivió acomplejada al creerse fea porque era demasiado alta, muy delgada y tenía la nariz demasiado prominente para los cánones de la época.

Hoy es difícil imaginar que alguien pudiera rechazar a Loren en una audición, pero en aquel entonces su belleza resultaba rompedora. “Era consciente de que mi atractivo era el resultado de muchas irregularidades mezcladas en un solo rostro, el mío”, ha llegado a decir la actriz. Cuando empezó a trabajar en Hollywood, de la mano de Ponti, intentaron retocarle la nariz: “Carlo me dijo: ‘El camarógrafo cree que tienes la nariz demasiado larga”, relata en sus memorias. Su respuesta refleja su genialidad: “Si tengo que cambiarme la nariz, me vuelvo a Pozzuoli”. El diseñador Gianfranco Ferré, que la vistió para la película Prêt-à-porter (1994) de Robert Altman, dijo de ella: “Es la última gran diva, no se la ama porque sea guapa, sino porque es auténtica”.

Gregory Peck, Sophia Loren, Joan Crawford y Maximilian Schell en los Oscar de 1963. Peck se llevó el premio al mejor actor por Matar a un ruiseñor y Crawford aceptó el de mejor actriz en nombre de Anne Bancroft por Ana de los milagros. Loren and Schell entregaron el premio, por haberlo ganado el año anterior
Gregory Peck, Sophia Loren, Joan Crawford y Maximilian Schell en los Oscar de 1963. Peck se llevó el premio al mejor actor por Matar a un ruiseñor y Crawford aceptó el de mejor actriz en nombre de Anne Bancroft por Ana de los milagros. Loren and Schell entregaron el premio, por haberlo ganado el año anterior - Créditos: @Hulton Archive

La diva italiana por excelencia, con un talento artístico descomunal, con su intensidad dramática, su voluptuosidad, su belleza explosiva y su elevado poder de atracción, se convirtió en un mito erótico para distintas generaciones y en una musa eterna y fuente constante de inspiración para artistas de todas las disciplinas. A los 86 años, después de diez años de retiro, regresó a la pantalla con la película La vida ante sí, de Netflix. Su hijo menor Edoardo Ponti, que ya la había dirigido en otras dos ocasiones, la convenció para ponerse en la piel de Madame Rosa, una superviviente del Holocausto que entabla una emotiva relación con un niño inmigrante.

10 October 2022, Italy, Milan: Italian actress Sophia Loren arrives on the red carpet for a Sophia Loren Restaurant event. Photo: Lapresse/LaPresse via ZUMA Press/dpa
10 October 2022, Italy, Milan: Italian actress Sophia Loren arrives on the red carpet for a Sophia Loren Restaurant event. Photo: Lapresse/LaPresse via ZUMA Press/dpa - Créditos: @Lapresse

En 2014, publicó sus memorias, Ayer, hoy y mañana: mi vida, dictadas por ella misma para que nadie más osara a interpretar su vida. “La mía es una historia muy bonita, llena de muchas cosas, de muchos recuerdos, buenos, malos, porque la vida a veces es muy dura. Muy violenta, sobre todo cuando yo nací y durante la guerra. Pero, por supuesto, el final es feliz”, dejó escrito la actriz.

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