El sueño que Ana Soria no podrá cumplir debido a Enrique Ponce
Enrique Ponce y Ana Soria están muy enamorados y la llama de su pasión, que saltó a la luz pública en 2020, sigue tan intenta como por aquel entonces o quizá más.
El torero, tras separarse de Paloma Cuevas, ha demostrado con creces que su relación sentimental con Ana Soria no era un romance de verano o un tonteo pasajero sino un amor en toda regla.
Ahora, dos años después de su primer verano juntos que tanto dio que hablar a la prensa rosa, los tortolitos podrían consolidar su unión pasando por el altar o, mejor dicho, firmando su matrimonio juntos.
Cuando su pareja salió a la luz la separación de Paloma Cuevas era reciente y Enrique Ponce lleva una espina bien clavada dado que, según recoge ‘La Razón’, sus dos hijas no han querido conocer a Ana Soria a pesar de que ya lleva años con ella y se va a convertir en su futura esposa.
Los medios recogen que Enrique Ponce le pidió matrimonio a Ana Soria hace un mes y se rumorea que ya planean la boda para antes de que finalice 2022, lo que nos deja solo medio año de margen para todos los preparativos, fecha, vestido, lugar, invitados etc.
Si las hijas del diestro acudirán o no al supuesto enlace, sigue siendo un misterio pero, como es natural, si decidieran no ir su padre sentiría una ausencia casi irreparable en uno de los días más felices de su vida.
Con esta boda de la que todavía poco se sabe, una cosa está clara, Ana no podrá casarse donde sus padres siempre soñaron verla de blanco. Un informador del citado medio así lo ha hecho público y es que, al elegir a Enrique, Soria ha perdido la oportunidad de vivir su boda tal y como la familia la había imaginado.
Según la fuente del entorno de Ana, la familia de la futura abogada tiene muy claro que no quiere ser famosa ni reconocida mediáticamente así que el enlace tiene que ser discreto, íntimo y sin demasiado show mediático dentro de lo que implica casarse con un personaje conocido como Ponce, claro.
El caso es que la boda de ellos dos no tendrá nada que ver con la de 1996, cuando Enrique y Paloma se casaron en la catedral de Valencia rodeados de celebridades y con bendición papal. De hecho, justo por esto, Ana no por casarse en la catedral de Almería.
Enrique es un hombre separado y divorciado pero no ha pedido la nulidad matrimonial y eso le obliga a casarse por lo civil. La fuente del periódico recoge que esto condiciona a la familia de la novia: “Los padres de Ana están encantados con la celebración del enlace, son partidarios de que se opte por una ceremonia discreta y sin grandes algarabías. A ellos les hubiera gustado que tuviera lugar en la catedral de la Encarnación almeriense, un edificio precioso con estructura de fortaleza. Pero Enrique solo tiene el divorcio, y no la anulación religiosa, por lo que tendrá que ser por lo civil”.
Por otra parte, una amiga de Paloma Cuevas ha comentado según recoge el medio citado que a Paloma no le ha extrañado para nada que el torero pretenda casarse con Ana Soria puesto que: “Está embobado con esa chica. Esa mujer le tiene obnubilados los sentidos. Se le pone cara de tonto cuando la mira, está como embobado».” Aquí huele a mal rollito, ¿no? Sea como sea, Ponce es feliz al lado de Ana y, según los rumores, Paloma podría serlo al lado del cantante Luis Miguel.
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