El susto de Cecilia Milone: cruzó el semáforo en rojo para no dar una nota y casi la atropellan
Hasta hace poco y nada, Nito Artaza había sido el gran amor de Cecilia Milone. Sin embargo, todo eso cambió cuando desde Intrusos (América TV) dieron a conocer el presunto romance oculto de la artista con Chico Novarro. En busca de su palabra, la cronista del programa fue a buscarla pero la protagonista se negó a hablar, cruzó el semáforo en rojo y casi la atropellan.
Mientras la cantante paseaba a su perro, Cande Mazzone, la cronista del ciclo que conducen Rodrigo Lussich y Rodrigo Pallares, se acercó con el micrófono abierto, le consultó si “estaba todo bien y si podía hacer una nota”. Al verla, la actriz le dio un beso y le dijo: “Chau, linda”.
“Queríamos saber...”, expresó la periodista y tuvo que interrumpir la pregunta para advertirle que tuviera cuidado con los autos, ya que aún no estaba la señal para avanzar. “Prefiero que me atropelle un auto. No me jodan más. No me gusta en la puerta de mi casa, me da miedo”, comenzó a decirle Milone, al mismo tiempo que su perro no dejaba de ladrar y los bocinazos se escuchaban detrás.
Ya en el estudio, Lussich agregó: “Cecilia Milone se empieza a separar de Nito Artaza cuando se muere Chico Novarro. Nunca entendimos el por qué y ella en ninguna nota quiso decir el motivo por el cual pasó eso. Entonces se empezó a especular que Nito Artaza había sido toda la vida un mujeriego”.
Y siguió: “Cuando nosotros acá contamos lo que nunca se contó, porque nos enteramos y ni inventando se te ocurre esta cosa, porque la familia del Chico Novarro cuenta y hay muchos testigos de lo que pasó ese día cuando ella se prendió al timbre diciendo ‘es el amor de mi vida déjenme verlo’, tratamos de no juzgarla. Ella se siente sentenciada, como que los periodistas somos una especie de fiscales”.
En las últimas horas, Cecilia había dejado en claro que no iba a dar entrevistas y lo hizo a través de un video que publicó en su cuenta de Instagram. “Hace un tiempo que decidí no hacer más entrevistas, pero no como capricho o como plan de prensa, sino porque me lastiman, me hacen daño. Me di cuenta de que enfrentarme a ciertas preguntas, que antes me causaban tensión, ahora no las puedo manejar”, manifestó.
“Quizás me expuse yo demasiado, creí que era así, me hicieron creer que era así, el medio me llevó a eso, las circunstancias de mi vida me llevaron a eso, no lo sé. Lo que sí me hace falta aclarar es que no voy a contar nada, no tengo nada que contar; sí a través de mi arte. Porque de eso se trata la misión que tenemos los artistas”, añadió.
“Esto no es un juicio por jurado, realmente. En qué momento creímos que los periodistas son fiscales, que el público luego va a votar si somos o no inocentes. Y tenemos que explicar o hacer relatos. Es realmente muy confuso lo que sucede”, remarcó.
Y sumó: “No tengo más que contar, más que pedirles. No me acosen esperándome en la puerta. Tuve esos tres episodios, a mí me da mucho miedo. Vivo en un edificio que no tiene seguridad. No estoy de acuerdo con una entrevista donde uno no acordó el encuentro. Porque entiendo que el periodista te diga ‘estoy trabajando’ pero yo no, yo estoy viviendo, yo no estoy yendo a tu casa, vos estás viniendo a la mía."
“Si las entrevistas no se piden, para mí, me generan la misma violencia que si me estuvieran robando”, aseveró.
Por último, repitió: “En este momento no me siento obligada a aclarar nada. No entiendo de qué se trata todo esto, como si fuese una campaña hacia una persona que se dedica a la política. Porque no parece hecho para una artista. Es un repaso del pasado, qué es verdad, qué es mentira, qué dijo, qué no dijo. No me voy a prestar a esto”.