¿Tú también sientes que no puedes con todo?

Sé productivo en tu trabajo, ten una casa bien decorada en propiedad, haz planes originales con tu pareja, saca tiempo para hacer ejercicio, prepara la mejor fiesta de cumpleaños posible para tus hijos, organiza las mejores vacaciones... La sociedad no deja de imponernos cosas, nunca parece ser suficiente y, si no cumplimos con sus expectativas, nos podemos llegar a sentir fracasados, frustrados, con una carga mental que pesa demasiado. Esa es la reflexión de la que parte Jesús Vega, psicólogo sanitario, autor de Yo tampoco puedo con todo, donde reflexiona acerca de esta presión social y nos anima a plantearnos una realidad: "Si no puedes con todo, no pasa nada. Yo tampoco puedo con todo, ¿y qué?". Sobre cómo influye todo ello en nuestra salud mental hemos hablado con el experto.

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Vivimos en una sociedad que no deja de imponernos cosas, ¿cómo piensa que deberíamos enfrentarnos a esta situación?

Efectivamente, como bien explico en mi libro Yo tampoco puedo con todo, vivimos en una sociedad para la que nunca nada es suficiente. En el mundo laboral y educativo parece que la exigencia y la perseverancia no deben tener límites. Evidentemente, los mandatos sociales de la hiperproductividad sin medida los interiorizamos y los hacemos nuestros. Por tanto, en primer lugar, tenemos que ser conscientes de esos mandatos sociales y de la interiorización de los mismos para, en segundo lugar, establecer límites y equilibrar nuestras responsabilidades con nuestro autocuidado.

¿Es difícil llegar a ese momento en el que decidimos parar y decir 'yo tampoco puedo con todo'?

Sí, es bastante complicado, ya que hemos sido educados para ser productivos, eficientes, para poder con todo y olvidarnos de nosotros mismos. Y esto hace que, cuando no podemos más, nos sintamos culpables por ello. Es importante aprender a interiorizar que lo primero somos nosotros mismos, tenemos que priorizarnos, cuidarnos, abrazarnos y valorar nuestra salud mental.

mujer agobiada frente al ordenador con su hija al lado
mujer agobiada frente al ordenador con su hija al lado

Tal vez un paso importante es ser conscientes de que si no podemos con todo, no pasa nada, no se acaba el mundo, ¿no cree?

Efectivamente, tienes todo el derecho a gritar que no puedes más y que vas a parar por tu salud emocional y psicológica. Es fundamental que interioricemos que somos personas que hacemos lo que buenamente podemos y no máquinas de producir como nos quiere hacer creer el sistema.

¿Es una buena alternativa intentar gestionar de mejor manera nuestras propias expectativas?

Es esencial que aprendamos a diferenciar lo que depende de nosotros (variables que puedo controlar o variables internas) de lo que no depende de nosotros (variables que no puedo controlar o variables externas). Nuestra sociedad nos vende la idea de que “si quieres, puedes”, una idea llena de positividad tóxica y que no tiene en cuenta que hay muchas variables que no dependen del individuo. Tenemos que ser conscientes de que no todo depende de nosotros por mucho que nos esforcemos. Aprender a tolerar la frustración es fundamental.

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¿Piensa que deberíamos comenzar a priorizar más nuestro propio bienestar, sin sentir culpa?

Totalmente. No tienes que poder con absolutamente todo. Tienes derecho a estar agotado si tu jornada laboral es infinita y se lleva toda tu energía o si te pasas el día cuidando de los demás menos de ti. Tienes derecho a permitirte estar triste tus días malos y a sentir lo que tu cuerpo te pide sentir. Si no nos priorizamos, nuestro malestar psicológico acabará manifestándose a nivel corporal en forma de somatizaciones.

Marcar límites también es recomendable en muchas ocasiones, ¿no es así?

Continuando con la pregunta anterior, también tienes derecho a poner límites en tus relaciones familiares, de pareja, de amistad, laborales, etc. Si no lo hacemos, si decimos a todo que sí, acabaremos saturados y aparecerán la ansiedad y la depresión.

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¿Piensa que, por fin, estamos empezando a darle más importancia al cuidado de nuestra salud mental?

Cada vez se escucha hablar más de salud mental en los medios de comunicación y en las redes sociales. No obstante, la salud mental no es exclusivamente un problema individual, sino que se trata de un problema social, estructural y sistémico. Es muy complicado tener una estabilidad psicológica cuando no existe una estabilidad laboral y económica o cuando no nos podemos permitir una vivienda digna o cuando la mayor parte de nuestro sueldo se destina a un alquiler. La salud mental también depende de tener unas condiciones de vida que merezcan la pena ser vividas y eso no depende únicamente del individuo.

Sin embargo, hay personas que siguen echándose mochilas a sus espaldas, pensando que sí pueden con todo, cuando realmente no es así, ¿qué les diría?

En primer lugar, les pediría que reflexionaran sobre la siguiente idea: si para poder con todo sientes ansiedad y malestar emocional, quizás es que realmente no puedes con todo. Y no pasa absolutamente nada. Posteriormente, les diría que se paren a escuchar su cuerpo, que le presten atención y que le den lo que realmente necesita. Es esencial permitirse un tiempo para observar y sentir nuestro cuerpo, analizar si nos está enviando alguna señal y averiguar cuáles pueden ser las causas.

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¿Qué se va a encontrar el lector en 'Yo tampoco puedo con todo'?

En el libro Yo Tampoco Puedo Con Todo se van a encontrar pautas y recomendaciones para priorizar su salud mental por encima de relaciones tóxicas del tipo que sean (de pareja, familiares, de amistad, etc.), por encima de un trabajo precario, etc. Asimismo, se van a encontrar herramientas para trabajar la autoestima, el establecimiento de límites, para aprender a tolerar la frustración y la incertidumbre, etc. Por último, es un libro que permitirá un mayor conocimiento de uno mismo, al permitir un análisis de la historia de vida y de apego en la infancia y adolescencia.