'The Crown' ya explicó el significado tras el momento más sagrado de la coronación

La unción de Carlos de Inglaterra en la ceremonia de coronación credit:Bang Showbiz
La unción de Carlos de Inglaterra en la ceremonia de coronación credit:Bang Showbiz

Puede que 'The Crown' haya servido para recordar momentos del pasado de la familia real que ellos hubieran preferido que siguieran en el olvido, pero hasta los propios royals reconocen que la producción de Netflix hace un gran trabajado a la hora de explicar los entresijos de una vida de servicio a la nación y el significado tras las tradiciones aparentemente más anticuadas de la monarquía.

El octavo episodio de la popular serie, titulado de forma muy apropiada 'Smoke and Mirrors', recrea la coronación de una joven Isabel II el 2 de junio de 1953. Gran parte de la trama se centra en la batalla de su esposo el duque de Edimburgo, a quien ella había puesto al cargo de los preparativos, para conseguir que la ceremonia se televisara por primera vez en la historia. Su convicción de que era imprescindible para proyectar una imagen más moderna de la monarquía chocaba con el punto de vista conservador del resto de miembros del comité organizativo, que temían 'abaratar' un momento divino al abrirlo al resto del mundo.

El entonces primer ministro Winston Churchill, por ejemplo, estaba horrorizado ante la idea de que el servicio religioso se convirtiera en una "representación teatral". Al final se llegó a un acuerdo intermedio para seguir adelante con la retransmisión y proteger la solemnidad de los aspectos religiosos y espirituales.

Una de las partes más sagradas de la coronación es la unción del monarca. En la serie, es el duque de Windsor -tío de Isabel y antiguo rey- quien se encarga de explicar por qué Isabel desaparece de la vista del público tras unos biombos antes de ser ungida mientras sigue la ceremonia por televisión junto a su esposa Wallis y un grupo de amigos, ya que no había recibido una invitación. En un tono entre la burla y el anhelo, porque él no fue coronado antes de abdicar, el actor que encarna a Eduardo explica el simbolismo: "¿Quién quiere transparencia cuando puede tener magia? ¿Quién quiere prosa cuando puede tener poesía? Quita el velo y ¿qué te queda? Una joven ordinaria de modesta habilidad y poca imaginación. Pero envuélvela así, úntala con aceite y, presto, ¿qué tienes? Una diosa".

Obviando las libertades que se tomó la serie para añadir dramatismo a todo el asunto, lo cierto es que lo resume bastante bien. El rey Carlos III también ha utilizado una Pantalla de Unción, pero no la misma que se usó en la coronación de su madre. Esta ha sido encargada especialmente para la ocasión y es el resultado del duro trabajo de 150 artesanos y bordadores de la Real Escuela de Costura, de la que por cierto es patrona la nueva reina Camila desde 2017.

El diseño, seleccionado personalmente por Carlos, ha corrido a cargo del iconógrafo Aidan Hart y se inspira en la vidriera del Santuario de la Capilla Real del palacio de St. James. El bordado central consiste en un árbol con ramas que representan los 56 países miembros de la Commonwealth, y en la base figura el emblema del nuevo rey para mostrar al Soberano como servidor de su pueblo.

Pero, ¿en qué consiste exactamente la unción? El soberano se quita el manto ceremonial y se sienta en la Silla de la Coronación antes de que aparezca la pantalla que se pone delante suyo. El arzobispo vierte entonces un aceite especial de la Ampolla -un frasco de oro fabricado para esta coronación- en la Cuchara de la Coronación -una reliquia mucho más antigua- antes de ungir al Rey realizando una cruz en la cabeza, el pecho y las manos.