The Velvet Underground: Todd Haynes reconstruye la historia de la banda que cambió la trayectoria del rock

The Velvet Underground: Todd Haynes reconstruye la historia de la banda que cambió la trayectoria del rock
Nat Finkelstein

The Velvet Underground (EE.UU., 2021). Dirección: Todd Haynes. Producción: Christine Vachon. Fotografía: Ed Lachman. Elenco: John Cale, Maureen Tucker, Danny Fields, Jonathan Richmann, Jackson Browne, Mary Woronov y Jonas Mekas. Duración: 121 minutos. Disponible en: Apple TV. Nuestra opinión: muy buena.

Fuera del circuito de iniciados del Bajo Manhattan, The Velvet Underground fue un grupo unánimemente ignorado durante sus breves cinco años de existencia. No hay registros fílmicos de su paso por el mundo salvo los capturados por Andy Warhol en su estudio, donde era la banda residente. Estos consisten apenas en los screen tests de Lou Reed, John Cale, Sterling Morrison, Maureen Tucker y Nico (una serie de cortos en primer plano fijo y sin audio) y una película casi sin montaje y con un zoom convulsivo que los muestra tocando (The Velvet Underground and Nico: A Symphony of Sound, disponible en YouTube) y que usualmente era proyectada sobre la banda mientras se presentaba en vivo.

El realizador Todd Haynes (Carol, Velvet Goldmine) hace de esta carencia una virtud. Su documental (el primero de una carrera signada por la música pop y que incluye muy atípicas ficciones sobre Karen Carpenter, David Bowie y Bob Dylan) en lugar de usar desganadamente las imágenes que tiene a mano y dejar que entrevistados todo terreno cuenten la historia -la receta instantánea para el documental rockero- elige concentrarse en reconstruir la escena artística distintivamente neoyorkina en la que se gestó la música de The Velvet Underground, tanto desde el punto de vista histórico como desde el estético. Su película remite directamente al cine underground que proliferó en Nueva York en los años sesenta, no solo porque usa fragmentos de films de realizadores emblemáticos del período como el propio Warhol, Jack Smith, Jonas Mekas o Stan Brakhage sino, y sobre todo, por el tratamiento que da a estas fuentes (pantalla dividida que evoca a Chelsea Girls de Warhol, asalto caleidoscópico como en los films de Brakhage). Desde luego, también están las “talking heads” (incluidos los Velvets sobrevivientes Cale y Tucker) que cuentan sus recuerdos, pero Haynes se autoimpuso la norma de que solo entrevistaría a quienes hayan tenido contacto directo con el grupo, de modo que no aparecen celebrities impostadas como Bono o Dave Grohl rememorando la primera vez que escucharon “White Light, White Heat”.

La película no explica sino que demuestra la comunión entre las diferentes formas artísticas que proliferaron en el microclima contracultural del momento. Se nos deja descubrir el vínculo existente entre los “drones” (un único tono sostenido indefinidamente) de La Monte Young y las primeras películas de Warhol (una única imagen sostenida indefinidamente) o entre la cacofonía de la vida urbana y la sobrecarga sensorial de los espectáculos multimedia y como todas estas nuevas ocurrencias, cuyas formas son replicadas en el film, recalaron en la música intermitentemente abrasiva y melódica, repetitiva e innovadora de The Velvet Underground.

Todo esto no quiere decir que no esté presente la historia particular de la banda, sus comienzos como The Primitives junto al pionero del minimalismo Tony Conrad y al artista Walter de Maria, los berrinches por la incorporación de Nico -chanteuse mitad diosa y mitad hielo-, la confrontación entre el vanguardismo de Cale y la sed de éxito de Reed y el deshoje de miembros originales hasta la disolución del grupo. La trayectoria es similar a la planteada en la biografía Tight-Up, de Victor Bockris y Gerard Malanga (indudablemente, una fuente para el documental), aunque no está la minucia rockera (jamás se menciona a Angus MacLise, el primer baterista del grupo) ni hay un análisis pormenorizado de la música (la contribución creativa de Maureen Tucker y Sterling Morrison es ignorada, el segundo disco es desestimado como un producto del exceso de anfetaminas). Haynes decide concentrarse en la recuperación de la explosión creativa del underground neoyorkino de cuyo caldo primordial pudo emerger esta banda que nadie escuchó mientras duró, pero que eventualmente cambió la trayectoria del rock.