Tiempo de definiciones: qué pasará con el Incaa, el Gaumont y los créditos a la producción local
Después de unas cuantas semanas de silencio vuelve a hablarse del presente y del futuro del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa). La cuenta oficial que tiene el organismo en la red social X (ex Twitter) se activó en la tarde del miércoles 26 para dar detalles de un ahorro de 3410 millones de pesos que la actual gestión aplicó este año en sus gastos durante los últimos seis meses. Y en las últimas horas, un nuevo posteo recuerda que hasta el 31 de julio está abierta la inscripción para quienes quieran inscribir películas en el próximo Festival de Cine de Mar del Plata.
“39° Festival Internacional de Cine en Mar del Plata, financiado con dinero privado”, señala un texto impreso en mayúsculas, como encabezado de este último posteo. Y desde el Incaa prometen que habrá en el futuro cercano varios anuncios más en esta misma línea. El anuncio conocido en las últimas horas ratifica la realización de la muestra entre el 21 de noviembre y el 1° de diciembre, coproducido por el Incaa y la Municipalidad de General Pueyrredón . El primero se hará cargo de todos los contenidos artísticos y el municipio de la organización y la logística, con apoyo de sponsors privados, todavía no confirmados.
39° FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE EN MAR DEL PLATA FINANCIADO CON DINERO PRIVADO
Este año, el Festival, que se realizará entre el jueves 21 de noviembre y el domingo 1 de diciembre, será co-producido por el INCAA y el Municipio de General Pueyrredón, con financiación privada.… pic.twitter.com/Nwp8PLzp8r— INCAA (@INCAA_Argentina) June 27, 2024
El tenor de estas dos primeras comunicaciones supone, para algunos observadores, una ratificación de cierta tendencia esbozada desde algunas áreas oficiales en los primeros tiempos del gobierno de Javier Milei: mostrar el cine como ejemplo de cómo el gobierno anterior gastaba de más para conseguir el apoyo irrestricto de algunos sectores culturales de probada influencia en la opinión pública.
Muchos recuerdan todavía aquella frase incluida en un comunicado oficial del Ministerio de Capital Humano, bajo cuya órbita funciona el Incaa dentro del organigrama de la administración pública: “Se terminaron los años en los que se financiaban festivales de cine con el hambre de miles de chicos”. El ajuste en los gastos, las políticas de ahorro y el traslado al sector privado de ciertas competencias hasta aquí exclusivas del Estado serían, desde esta visión, las herramientas más visibles de esa campaña.
Actos y proyecciones
Del otro lado, varios sectores del quehacer cinematográfico local vienen manifestándose en contra de las medidas aplicadas por la actual gestión de diferentes maneras. Las entidades agrupadas bajo el nombre de Cine Argentino Unido (consigna que encabeza los reclamos y las protestas contra la gestión oficial visibilizadas en distintos festivales internacionales) figuran entre quienes anuncian para este viernes, a las 18, el llamado “pantallazo nacional en defensa del cine argentino” en distintas zonas del país con actos y proyecciones especiales.
En cercanías del despacho que ocupa el actual presidente del Incaa, Carlos Pirovano, se reconoce esa tensión , encabezada por las entidades que representan a los documentalistas y a la comisión interna gremial de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE). Admiten que allí está la oposición más frontal a la actual gestión, que hasta mediados de julio lleva adelante un plan de reorganización interna de tres meses que se diseñó para sanear las cuentas del organismo.
En aquel momento, una declaración oficial afirmó que el Gobierno encontró al Incaa “en una situación económicamente delicada, con un déficit de 4 millones de dólares, una parte financiados por el Tesoro Nacional y la otra pospuesta y a pagar por la actual administración”. El actual plan de ajuste, señalan fuentes del organismo, apunta sobre todo a corregir esas distorsiones y sanear las cuentas.
“En tres meses bajamos a la mitad la planta de empleados”, agregan las fuentes . Hubo un plan de retiro al que se acogieron 254 empleados, se redujeron 32 cargos jerárquicos en el nuevo organigrama, se cancelaron designaciones y no se renovaron contratos de la planta transitoria. “Nuestro objetivo para 2025 es contar con una planta total de unos 330 empleados, un número ideal y parecido al que tiene hoy el equivalente del Incaa en España, que funciona muy bien”, agregaron las fuentes.
El nuevo plan de fomento que se encuentra hoy a la firma del Presidente y que la actual gestión del Incaa espera tener operativo a la brevedad tiene entre sus metas utilizar no más del 20 por ciento de los fondos específicos que recibe el organismo en virtud de la Ley de Cine (el impuesto del 10% sobre la venta de cada entrada de cine y del precio al público de “videogramas grabados” como DVD, más el 25% de la recaudación del Ente Nacional de Comunicaciones) en sus gastos corrientes y estructurales (administración, personal, infraestructura).
“La prioridad es tener una industria local competitiva y con buen nivel de producción en cantidad y calidad . Queremos dar señales a la industria para que cuente con incentivos y recupere al espectador que seguía el cine argentino y en los últimos años dejó de verlo”, señalan a LA NACION las fuentes del Incaa apoyadas en datos concretos de taquilla. En 2023, solo 20 de las más de 300 películas argentinas estrenadas en los cines superaron los 10.000 espectadores. De los tres millones de entradas que las producciones nacionales vendieron el año pasado, el 42% se concentró solamente en dos largometrajes documentales (Elijo creer y Muchachos, la película de la gente) dedicados a evocar el triunfo argentino en el Mundial de fútbol de Qatar.
Traslado de material
Las fuentes consultadas por LA NACION también desestimaron los cuestionamientos que se hicieron al anuncio oficial de un ahorro de casi 250 millones de pesos que hizo este año el Incaa al suspender el alquiler de edificios “que dejarán de usarse” y la suspensión del mantenimiento de “dos locaciones redundantes y sin uso”. En uno de esos inmuebles se almacenaba material fílmico histórico de valor inestimable.
Desde el organismo se confirmó a este diario que ese material fue trasladado al predio que el Incaa tiene en la localidad bonaerense de Ensenada para mantener su preservación. Y que en esa sede, junto a las oficinas del edificio de Lima 319 y la sede de la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (Enerc) se concentrará a partir de ahora toda la actividad del organismo.
Quedaron desactivadas las áreas que funcionaban en oficinas alquiladas sobre la Avenida de Mayo y la calle Moreno, frente a la Enerc. Y la actual gestión tiene el propósito a mediano plazo de acondicionar el subsuelo de esa escuela para ser destinado en el futuro a albergar la totalidad del archivo fílmico histórico que tiene en sus manos.
Habría otros anuncios en los próximos días y semanas, según pudo saber LA NACION. Se haría oficial, por ejemplo, una carta de intención mediante la cual toda la operatoria de Cine.ar (que incluye un canal de TV paga y una plataforma gratuita de streaming con un vasto catálogo de títulos de producción nacional) pasará a la órbita de Radio y Televisión Argentina (RTA).
También se confirmó, tal como se anunció en el último Festival de Cannes, la mudanza de Ventana Sur (el mercado de compra y venta de películas más importante de América latina, creado por el Incaa y el Marché du Film de Cannes) al menos por este año a Uruguay (Montevideo o Punta del Este), con la posibilidad futura de establecer una rotación anual de las sedes en distintas ciudades del Cono Sur. “Podría volver un año a la Argentina, otro a Uruguay, luego seguir en Paraguay, y así de manera tal de fijar el funcionamiento del mercado en un escenario internacional que se apoya dentro de esta región en las coproducciones. Así ganan todos, porque cada país expande su mercado y su marca país en el mejor contexto”, agregaron las fuentes.
El Complejo Gaumont
Y para más adelante, como en su momento esbozó Pirovano en una reunión con la cúpula de la Cámara Argentina de la Industria Cinematográfica, se piensa en algún tipo de iniciativa destinada a garantizar el funcionamiento del complejo Gaumont, el tradicional epicentro de la actividad de exhibición del cine nacional. En principio a través de la creación de una Asociación de Amigos del espacio ubicado frente a la Plaza Congreso, con la idea de que figuras y personalidades del cine local puedan aportar recursos de distinto tipo, inclusive la figura de un modelo de programación artística parecido al que tiene la Fundación Cinemateca Argentina en la Sala Lugones del Teatro San Martín.
“Hemos achicado en tres meses del 65 al 38 el porcentaje de los gastos estructurales y de personal para recuperar el equilibrio presupuestario y destinar por lo menos el 50 por ciento de los fondos al fomento y a la producción, que es lo que marca la ley”, apuntaron las fuentes. Como adelantó en abril pasado LA NACION, el Incaa prepara un nuevo plan normativo para la política de fomento a la actividad cinematográfica en la Argentina a partir de dos grandes vías. De un lado, el respaldo a grandes producciones, concebidas para la taquilla y para recuperar al público que perdió el cine argentino en los últimos años. Del otro, una suerte de “avenida artística” dirigida al estímulo de nuevos talentos.
Inversor pasivo
En el primero de los casos, el Incaa va a apoyar como si fuese un socio estratégico los proyectos más ambiciosos, en carácter directo de coproductor y mediante una inversión de riesgo. En la medida en que la película tenga éxito, los productores privados podrán restituir a su socio estatal el apoyo que este último le brindó a la producción. De esta manera, el Incaa se convierte en beneficiario a modo de “inversor pasivo” mientras se potencia al mismo tiempo la marca país en el ámbito local e internacional. “Más créditos y menos subsidios”, apuntan desde el Incaa.
La fecha clave es el 10 de julio. Hasta esa fecha rige la suspensión por 90 días de presentación de todo tipo de proyectos cinematográficos en la llamada “ventanilla continua” del Incaa mientras se lleva adelante el plan de ajuste y equilibrio presupuestario, así como una reorganización interna que redujo sensiblemente el organigrama en dos grandes ejes: Políticas Públicas (a cargo de todo el fomento y las definiciones estratégicas) y Administración. A partir de ese momento se reanudaría de forma casi plena la actividad diaria después de una virtual paralización de tres meses, aunque desde el Incaa señalaron a LA NACION que el organismo “nunca estuvo cerrado”.
Un objetivo expresado por la actual gestión y que muchas entidades del cine reconocen tácitamente es la necesidad de simplificar la compleja estructura burocrática del organismo. En la página oficial del Incaa, la información sobre proyectos audiovisuales activos, actualizada al 24 de junio último, incluye un total de 1215 registros, muchos de los cuales se remontan a la década pasada. Allí se indica que en 665 de esos proyectos nunca se inició el rodaje.