Yahoo Estilo Tom Cruise y Nicole Kidman, el encuentro que no pudo ser en el Oscar
Lo llaman el ‘salvador del cine’. El último actor con el poder de super estrella. Desde que devolviera la esperanza a la industria del cine arrasando en la taquilla post pandémica con Top Gun: Maverick, Tom Cruise es el ídolo de Hollywood. Sin embargo, a pesar de ser el protagonista y productor de la película con seis nominaciones a los premios Óscar, no apareció en la ceremonia de la adulación definitiva. Y con su decisión nos prohibió indirectamente ser testigos de uno de los encuentros más esperados. El que podria haber protagonizado con su ex, Nicole Kidman.
La noticia fue uno de los baldes de agua fría que inundaron a los fieles seguidores de la ceremonia horas antes de la emisión en directo. Sobre todo porque Tom Cruise había sido el rey del mambo en el almuerzo de nominados -donde hasta Steven Spielberg le hizo la ola- y creo que éramos muchos los que esperábamos verlo en vivo y directo interactuando con su industria. Además, el presentador de la gala, Jimmy Kimmel, había confirmado a The Hollywood Reporter que el actor iba a estar presente en la ceremonia. Sin embargo, según comunicó un representante de Tom Cruise a People, finalmente no asistía debido a sus obligaciones con el rodaje de Misión Imposible 8.
Pero no se dijo nada más. Y si bien Jimmy Kimmel mencionó la ausencia de Tom Cruise durante la gala, lo hizo de manera amena bromeando con que quizás se encontraba entre los asistentes disfrazado bajo una máscara (como su personaje de Misión Imposible). El actor ni siquiera se pronunció o se explicó a través de sus redes sociales, lo que podría haber dejado cierto espacio para las habladurías y rumores. Porque, a menos de un día de la ceremonia, tabloides como Daily Mail aseguran que según una fuente, Tom habría evitado acudir a la gala para no cruzarse con Nicole Kidman.
De todos modos, vamos a tomarnos esta publicación con pinzas. No solo porque han pasado 22 años desde el divorcio y cada uno rehízo su vida, sino porque existen motivos suficientes para creer en la versión oficial del representante de Tom Cruise. Por un lado, porque estamos hablando de una superproducción internacional como Misión Imposible 8, que se encuentra en pleno rodaje después de los retrasos e inconvenientes sufridos por la secuela anterior que Tom Cruise y su equipo mantuvieron en marcha durante la pandemia. Mission: Impossible – Dead Reckoning Part One fuel el blockbuster que desafío al Covid durante dos años, derivando en varios retrasos y pasando de un estreno inicial previsto para julio de 2021 a su fecha actual, julio de 2023. Mientras que la segunda parte se estrena en junio del próximo año.
Además, existe un motivo importante y es el compromiso extremadamente profesional de Tom Cruise a sus proyectos. No solo lo gritó en el famoso audio filtrado cuando regañó a un par de técnicos que habían incumplido los protocolos Covid en el set, diciendo que se pasaba las noches al teléfono "con estudios, compañías de seguros y productores" porque estaban siendo el referentes de cómo hacer cine en ese difícil momento; sino también en entrevistas. Como cuando dijo a la revista Bella que no se tomaba vacaciones (vía Contact Music). "Mira, tengo suerte. He pasado mi vida en platós de cine y viajando por el mundo, que es lo que siempre quise hacer. Así que esto no es trabajo, estoy viviendo el sueño" explicó.
Lo cierto es que hace 11 años que Tom Cruise no aparece en los premios de la Academia. La última vez fue en 2012 cuando asistió acompañado de su exesposa, Katie Holmes, siendo el encargado de entregar el Óscar a la Mejor Película a The Artist. Mientras que Nicole Kidman no suele perderse casi ninguna. No hace falta que esté nominada, es como si tuviera un lugar honorífico siempre asegurado en primera fila, desplegando arrumacos con su marido Keith Urban.
Evidentemente, si Tom Cruise hubiera asistido a la ceremonia, se habría cruzado públicamente con ella. O quizás lo hubieran evitado entrando al Dolby Theatre en momentos diferentes, sentándolos en puntas opuestas como estrategia para evadir cualquier tipo de habladuría o encuentro incómodo ante las cámaras. Sin embargo, no vamos a negar que un reencuentro público entre los dos hubiera sido el gran protagonista de la noche.
Después de todo formaron una de las parejas más populares de los 90s, protagonizando Días de trueno, Horizontes lejanos y Ojos bien cerrados, desfilando siempre juntos por las alfombras rojas de Hollywood. Sin embargo, tras el divorcio en 2001, la historia de la relación quedó empañada por rumores que colocaban a la iglesia de la cienciología en el epicentro de la ruptura, y un aparente distanciamiento que cada uno manejó de manera muy diferente en entrevistas.
“Ella sabe por qué y yo sé por qué [nos divorciamos] Tom Cruise dijo a Vanity Fair en 2013 sin ser especifico. “Es la madre de mis hijos y le deseo lo mejor”. “Creo que sigues adelante. Y no lo digo a la ligera”, continuó. “Las cosas suceden en la vida, y haces todo lo que puedes, y de todas las formas posibles, y hay un punto en el que a veces tienes que enfrentarte a la brutal realidad”. En otra ocasión, Tom Cruise reaccionó a la defensiva cuando un periodista le preguntó si Nicole era el amor de su vida tras la separación. El actor le pidió que volviera a practicar sus modales, aunque confundió a muchos diciendo que pensaba volver a casarse con ella en el futuro.
Mientras que Nicole Kidman ha sido más comedida al respecto, llegando a bromear sobre la separación en una entrevista con David Letterman diciendo, “ahora puedo usar tacones”. Como dando a entender que antes no podía debido a la diferencia de estatura entre ella y su exmarido.
Teniendo en cuenta que más allá de sus propios estrenos, Tom Cruise no suele aparecer en las veladas de su industria, su ausencia en los Óscar no debería sorprendernos del todo. Al fin y al cabo, se encuentra trabajando en otra película que no solo será el gran final para uno de sus personajes mas icónicos, sino que supondrá otra experiencia cinematográfica más de los espectáculos de acción que acostumbra. En otras palabras, un rescate más para seguir salvando el cine tradicional. Sin embargo, si hubiera asistido, podríamos haber sido testigos de un encuentro que pusiera fin a los rumores que llevan décadas sobrevolando sobre la ruptura.
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