Kate Hudson contagia sensación de rencor al recordar cómo perdió el papel de 'Moulin Rouge!' frente a Nicole Kidman
El proceso de casting puede ser doloroso para un actor. Ilusionarse con un personaje, darlo todo en las audiciones para, de repente, ver el sueño desvanecerse porque elijen a otro intérprete. Por no ser el indicado. Porque otra persona encaja mejor, lo hizo mejor o simplemente, coincide con la visión que tiene el director. Y, a veces, como toda desilusión, pasar página no es fácil. Y eso parece que nos transmite Kate Hudson al recordar cómo perdió el papel de Satine en Moulin Rouge! frente a Nicole Kidman, porque su descripción de los hechos suena más a rencor que a otra cosa.
La actriz de Guerra de novias tenía alrededor de 20 años cuando se apuntó al casting del legendario musical de Baz Luhrmann. Un detalle que puede llamar la atención dado que Nicole Kidman tenía 33 cuando rodó la película, evidenciando una diferencia de edad que nos permite imaginar que el director Baz Luhrmann habría tenido diferentes visiones para su proyecto. Y, según Kate Hudson, una de ellas era que Satine fuera una mujer de 19 años.
Hudson era la hija de una estrella del séptimo arte, Goldie Hawn, y a finales de los 90s había iniciado su camino interpretativo con papeles pequeños en televisión, probando suerte en el cine poco a poco. En apenas unos años pudo demostrar que era una de las jóvenes promesas de Hollywood a través de su primera nominación al Óscar en 2001 por Casi famosos, en el mismo año del estreno de Moulin Rouge! Pero antes de vestirse de gala y coronar su éxito, Kate se había ilusionado con el papel de la cortesana del burdel parisino, “enamorándose” de la visión extravagante del cineasta mientras pasaba por un “duro” proceso de casting.
“Realmente quería ese papel y creo que fue escrito en ese momento para una chica de 19 años”, dijo a The World’s First Podcast (vía The Hollywood Reporter). “Luego, lo que sucedió fue que estaba en el proceso de audiciones y Nicole [Kidman] tenía una relación con Baz y quería hacerlo. Y, por supuesto, pensé, 'Supongo que Nicole Kidman va a hacerlo'".
“Él es tan maravilloso. Y enérgicamente, me sentí muy conectada con la forma en que hace las cosas”, dijo sobre Baz Luhrmann. “Estaba desanimada. Por supuesto, lo entendí totalmente, porque es Nicole. No podría ser más diferente… Realmente quería ese papel”.
De alguna manera, Kate Hudson deja abierto el camino de la interpretación ambigua, ya que parece sugerir que Nicole Kidman pudo acceder al personaje por tener relación con el director. Contagiando una aparente percepción de favoritismo hacia la estrella de Las horas al mencionar que el guion estaba escrito describiendo a Satine “como una chica de 19 años”, como si Luhrmann lo hubiera cambiado todo para favorecer el fichaje de Nicole Kidman.
Sin embargo, cuando observamos la historia del rodaje descubrimos que no fue tan fácil. Es cierto que hubo intérpretes más jóvenes que Nicole y Ewan McGregor (que tenía 29 a la hora de rodar el filme) involucrados en el proceso. Por ejemplo, Leonardo DiCaprio hizo un breve casting después de trabajar con Luhrmann en Romeo y Julieta (Variety) cantando y tocando el piano junto al director, pero en el momento que lo escuchó cantar, le dijo que no siguieran hablando del tema. También se llegó a considerar a Heath Ledger y Jake Gyllenhaal con edades más cercanas a la de Kate Hudson (MTV). No obstante, como dijo Luhrmann a MTV, sencillamente “vio a todo el mundo” cuando estaba en pleno proceso de casting haciendo hincapié en que el personaje de Christian era un soñador más joven que Satine, y por eso probó a Ledger y Gyllenhaal.
Además, también es cierto que Kidman y el director son amigos desde hace mucho tiempo. El propio Luhrmann describió a la agencia PA (vía Standard) en 2022 que son “grandes amigos” y que si bien suele ver a algunos miembros del elenco de Moulin Rouge! de vez en cuando, ella y él se conocen “desde hace mucho tiempo”. Pero eso no quiere decir que hubiera favoritismo por su amiga. Sino que Baz Luhrmann simplemente escogió a la actriz que mejor encajaba con su visión.
Lo que sucedió no fue que Nicole Kidman supo del proyecto y con un chasquido de los dedos se lo dieron. La propia actriz explicó en el Behind the scenes de la película que no tenía pensado hacer un musical pero le resultaba interesante que fuera Luhrmann quien dirigiera el proyecto. “Y obviamente tuve que hacer una audición para conseguirlo” aseguró. Es decir, que no fue una situación de súper estrella haciendo sombra a la joven recién llegada, eligiendo por cuenta propia el personaje, sino que tuvo que pasar también por el mismo proceso y demostrar que podía cantar, bailar y transmitir el mensaje de Satine.
Fue después del fichaje de Nicole que el director probó a Ledger y Gyllenhaal, incluso con pruebas de canto junto a la actriz. Sin embargo, Luhrmann recordaba a Ewan McGregor tras haberlo impresionado en el casting de Romeo y Julieta años atrás, pero no sabía si podía cantar. Y una vez que lo comprobó supo que había encontrado a la dupla perfecta.
Una vez elegidos, Nicole y Ewan pasaron por un arduo proceso de preparación, ensayando baile y canto durante cinco meses, llegando a convivir en una misma casa con el equipo de guionistas y vestuario, practicando y mejorando cada aspecto del filme, entregando un año de sus vidas al proyecto final. Y, como todos sabemos, Nicole Kidman logró hacer de Satine uno de los personajes femeninos más atractivos y electrizantes del cine de 2001, plasmando en el celuloide a una figura de la ficción inolvidable que supuso su primera nominación al Óscar de su carrera (lo perdió frente a Halle Berry por El pasado nos condena, pero tuvo su revancha al año siguiente al ganarlo por Las horas). Sin ir más lejos, tal y como explicó la actriz en un encuentro con Ewan McGregor para Variety, la secuencia de Satine revolviéndose entre las sábanas pidiéndole más pasión a Christian mientras le recita poesía -justo antes de comenzar a cantar Your song- fue completamente improvisada por Kidman. Una prueba más de su compromiso y acertada elección, más allá de la amistad que la unía al cineasta y el éxito que ya arrastraba su nombre en Hollywood.
La candidatura de Nicole fue una de las ocho nominaciones que obtuvo el musical, incluyendo Mejor Película. Ganó dos estatuillas a Mejor diseño de vestuario y Dirección de arte, aunque su victoria fueron los $179 millones que recaudó en la taquilla mundial y haber dejado una huella imborrable en el mundo del cine con una historia de amor que todavía contagia la misma electricidad visual de hace más de veinte años.
En resumen, no creo que haya sido cuestión de elegir a Nicole por tener relación con Luhrmann y darle el papel solo por ser una actriz cotizada. Sino más bien que el director tenía una visión concreta, probó a todo tipo de intérpretes como es habitual en un proyecto de esta envergadura y eligió a los más indicados. Y no tanto como Kate Hudson parece transmitirnos con esa decepción que tanto recuerda. Así es la industria. Incluso seguramente haya papeles que ella consiguió que, quizás, también provocaron decepción en actrices que hubieran querido ocupar su lugar. C’est la vie.
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