La trama de 'Infiel' avanza y ya empiezo a sospechar por qué fue cancelada

Por Miguel Ángel Pizarro.- En Infiel, la historia de Asya (Cansu Dere) está poco a poco tomando una senda inusual en las series y telenovelas turcas que me recuerda por qué esta ficción se está convirtiendo una rara avis en lo relacionado a las producciones otomanas. Y es que es estupendo ver cómo la protagonista femenina continúa en pleno proceso de emancipación y defensa de sus derechos, algo que con esta segunda temporada está yendo a más y que me hacen sospechar de por qué la vida de la ficción ha sido tan corta.

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Aunque ya hemos hablado de que algunas ficciones turcas están sufriendo un desgaste en sus emisiones en Antena 3, Infielha logrado mantener cierta estabilidad en lo referente a audiencias a pesar del éxito y liderazgo de los debates de Supervivientes cada domingo. No obstante, el público ha logrado estabilizarse y dar datos más que decentes para la adaptación turca de Doctor Foster. Por ejemplo, el pasado domingo 12 de junio, Infiel obtuvo un 13,1% de share y un total de 1.542.000 espectadores, lo que le convirtió en tercera opción de la noche en cuestión de share, pero en segunda en número absoluto de televidentes.

Ese mantenimiento nos permite ver cómo Infielva abrazando un lado más cercano al de las series de prime time que al de las telenovelas. Y sí, por supuesto que aquel episodio tuvo su dosis de melodrama, como el momento en el que le comunican a Bahar (Yeliz Kuvancı), amiga de Asya, que su embarazo no va bien, pues padece hipertensión pulmonar; o como cuando Leyla (Aslı Orcan), la todavía esposa de Aras (Berkay Ateş), intenta confabular contra él y Asya junto con Volkan (Caner Cindoruk), el exmarido de la protagonista, para evitar que ambos rehagan su vida. Al final, es imposible negar su naturaleza tele novelesca, pero poco a poco, la segunda temporada va abriendo paso a una historia que va más allá de lo que se espera de una producción turca del género.

Para empezar, lo he visto reflejado en las conversaciones que ha tenido Asya con su hijo Ali (Alp Akar), quien no acepta con buenos ojos que su madre rehaga su vida en brazos de otro hombre. La premisa de la ficción es cómo Asya, una reconocida médico, descubre que su marido, Volkan, lleva tiempo engañándola con otra mujer. Inicialmente, la telenovela mostró las dudas de Asya en salvar su matrimonio o vengarse de su infiel esposo; pero poco a poco, la mujer ha ido abandonando esa idea, en favor de su buscar su propio camino, dándose otra oportunidad no solo en el amor, sino en su propia vida y ayudando a sus amigas, como Nil (Nazlı Bulum), a quererse y tener una autonomía económica y personal.

De ahí que la conversación que Asya tuvo con su vástago sea esencial. Lo primero es cuando Ali le encara a su madre que Aras le llevase a su casa después de que coche se averiara. “¿Por qué tengo que darte explicaciones?”,le responde la mujer a su hijo, quien le preguntaba por qué no pidió ayuda a su exmarido. El chaval llega a husmear entre las cosas de su progenitora, llegando a estallar cuando encuentra fotos comprometidas de Asya y mensajes íntimos de Aras. Sin embargo, lo mejor es la reacción de la protagonista, quien no se amilana ante una situación fuera de lugar y claramente machista.

Es ahí donde se produce la réplica que muestra que Infiel busca ser una de las pioneras respecto a protagonistas fuertes entre las telenovelas otomanos donde impera tanto la vista masculina, con estereotipos de todo tipo. “No entiendo este comportamiento, no te he educado así. ¿Qué vas a hacer?”, le pregunta, cuando su hijo le intenta manipular para que deje a Aras.

Aquí es donde se va viendo que Infiel, poco a poco, ha comenzado a mostrar sus cartas en lo referente a mostrar un papel diferente de la mujer. Evidentemente, aún hay ciertas cosas que chirrían, como que Volkan le diga a Asya que “le rompe el corazón a su hijo por un desconocido” y que tilde a Aras como “una nube negra”. Pero es su respuesta la que ha hecho que aplauda: “No le estoy rompiendo el corazón a nadie, Ali me tiene que respetar. Y sea quien sea que entre en mi vida lo tiene que aceptar”. Rotunda y directa.

Lo que es completamente normal en otro tipo de producciones, en las turcas no lo es tanto. Y ver cómo una producción otomana muestra a una mujer defiendo sus derechos no es habitual. Por eso es importante que personajes como Asya defiendan su derecho a estar con quien ella quiera. Y son momentos como este los que hacen que comprenda por qué Infiel ha sido cancelada tan abruptamente.

Desde su inicio, la ficción protagonizada por Cansu Dere y Caner Cindoruk provocó polémica en su Turquía natal. Debido a su temática, el Consejo Supremo de Radio y Televisión (RTUK) multó a la ficción por tener “contenido inapropiado” y crear “malos modelos de ejemplo”, al ser el protagonista un hombre infiel, así como también por incluir escenas de cama. Lo que quedaba como una mera anécdota, que incluso provocaba el efecto morbo que hizo que su audiencia aumentase, ha derivado en una producción mucho más incómoda que una secuencia ‘inapropiada’.

Infiel muestra a mujeres que poco a poco van tomando el control de sus vidas. Aunque los enredos, las intrigas y los celos forman parte de su ADN como telenovela, conforme la trama ha ido avanzando, se ha ido volviendo más incómoda para el conservadurismo de las producciones otomanas. De ahí que no sorprendiese que Kanal D, la cadena que emitía Infielen Turquía, optase por cancelar la serie y cerrase todas las tramas con la segunda temporada, dejándola como una producción de 60 episodios, algo inusual en lo relacionado a telenovelas de éxito.

Oficialmente, la cancelación vino porque los guionistas de la serie vieron que la trama ya no daba para más. No digo que no sea verdad, pero algo que también lo es es que las tramas pueden estirarse o cambiarse, el ejemplo más claro es el de Tierra amarga, que tuvo que hacer frente a bajas importantes en su reparto, incluyendo al galán protagonista y eso no impidió que la ficción buscara formas de reinventarse (aunque el último reinvento no convence tanto, y es que ya van varios). Pero también habría otro motivo más por el que creo que Infiel ha tenido que acabar antes de tiempo: la censura.

Durante su visita a España, la actriz protagonista, Cansu Dere, no tuvo reparos en hablar de la censura que vive en su país. “Es un tema complejo. La censura siempre te limita, en cualquier campo, ya sea tu trabajo o en tu vida cotidiana. Hay una limitación en nuestro trabajo, obviamente. Hay normas que tenemos que cumplir por el país en el que estamos”, declaró Dere en una rueda de prensa virtual ante varios medios españoles, señalando que no todas las ficciones pasan por los mismos filtros, puesto que las producciones en abierto son las que más censura padecen, frente a series y películas realizadas por canales de pago. Precisamente, Infiel estaba producida por Kanal D, una cadena generalista y en abierto.

Si sumamos las palabras de Deren, dichas en diciembre, dos meses antes de la cancelación, me resulta complicado pensar que sea una mera casualidad. Entre que su temática es polémica, entre que sus protagonistas femeninas poco a poco van rompiendo prejuicios y que su actriz protagonista ha hablado abiertamente de la censura que se vive en su país; es evidente que Infiel tuviera todas las cartas para no tener más temporadas en su país.

Pero no hay mal que por bien no venga, ya que eso está permitiendo a los guionistas que Infiel se vaya a atreviendo más en sus tramas. De hecho, su desenlace (del cual no hablaremos aún), muestra el compromiso de los creadores por una ficción diferente, que ha logrado demostrar que otro tipo de telenovela turca es posible. De hecho, creo que será esencial que Antena 3 mantenga el ritmo de emisión que tiene, pues Infiel se merece una despedida digna en la televisión española, a pesar de que sus datos no sean tan arrolladores como en su primera temporada.

En resumen, quizás Infiel sea la telenovela turca que más merezca la pena defender, dado su contexto. Cierto es que no es una producción revolucionaria, pero sí que ha mostrado que hay otra forma de entender la ficción otomana.

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