Qué hacer si tu felicidad depende del aspecto físico, según psicólogo

CIUDAD DE MÉXICO, julio 3 (EL UNIVERSAL).- En la sociedad actual, la apariencia física ha adquirido una relevancia significativa, influyendo en la autoestima y la percepción personal. Para muchas personas, la felicidad y la autoconfianza están estrechamente vinculadas a cómo se ven. Sin embargo, centrar nuestra felicidad exclusivamente en el aspecto físico puede ser problemático y conducir a una insatisfacción constante. A continuación, exploramos junto al licenciado en Psicología Javier Romero, cómo manejar esta dependencia y encontrar una felicidad más sostenible.

Vivimos en una era dominada por las redes sociales y los medios de comunicación, que a menudo promueven estándares de belleza poco realistas. Las imágenes retocadas y los ideales de cuerpo perfecto pueden generar una presión indebida para cumplir con ciertos cánones estéticos. Es crucial ser conscientes de esta influencia y aprender a cuestionar y criticar estos estándares. Para desvincular nuestra felicidad del aspecto físico, es esencial desarrollar una autoimagen saludable. Esto implica:

• Asumir nuestra realidad: Aceptar que no somos personas guapas puede ser liberador. La clave está en desarrollar una autoestima alta y una autoimagen ajustada a la realidad. La felicidad tiene poco que ver con la apariencia física y más con cómo nos sentimos con nosotros mismos.

• Luchar por cambiar nuestro físico: Es legítimo y saludable querer ser la versión más atractiva de nosotros mismos, siempre y cuando no se convierta en una obsesión. La belleza y la salud deben ir de la mano, pero es vital evitar caer en las trampas del marketing y la industria de la belleza, que a menudo venden la falsa promesa de la felicidad a través de productos y procedimientos estéticos.

• Belleza y salud: Cuidar nuestra salud física es esencial. Adoptar hábitos alimenticios saludables y realizar ejercicio regularmente son fundamentales. Sin embargo, debemos ser cautelosos con las dietas milagro y las prácticas no saludables que promueven una delgadez extrema.

• Cuerpo y cara: Corregir ciertos aspectos físicos que nos acomplejan puede ser saludable, pero es importante evitar la adicción a estos procedimientos, cómo: Aumentar la masa muscular, blanquear los dientes, reducir o aumentar el pecho, enderezar la nariz.

• Eterna juventud: La juventud se ha convertido en un valor altamente valorado en nuestra sociedad. Es esencial reconocer que la belleza y la juventud no son sinónimos y que envejecer es un proceso natural que no debe ser motivo de vergüenza.

• Belleza y autoestima: La verdadera felicidad proviene de basar nuestra autoestima en nuestro comportamiento, nuestras relaciones y en ser personas coherentes y respetuosas, tanto con los demás como con nosotros mismos.

La belleza física no debe ser el pilar de nuestra felicidad. Al enfocarnos en aspectos más profundos y significativos de nuestra identidad y bienestar, podemos construir una autoestima sólida y encontrar una felicidad duradera. Ser una persona feliz depende más de cómo nos tratamos a nosotros mismos y a los demás, que de cómo nos vemos en el espejo.