Val Kilmer, la estrella que se resiste a ser una triste historia de Hollywood
Hace tiempo que el actor de 'Batman eternamente' o 'El Santo' dejó la actuación tras la pérdida de su voz, pero se mantiene cerca de su espíritu artístico de todos modos
Confieso que siempre tuve cierta debilidad por Val Kilmer. Quizás porque fue de las primeras figuras en mis años de formación cinéfila a través de películas como Super secreto Top Gun o Willow en la tierra del encanto, o porque mantengo la sensación de que nunca disfrutó del reconocimiento que merecía. Y aun hoy en día, cuando lleva mucho tiempo alejado de los éxitos de taquilla, todavía lo mantengo en mi radar a través de sus publicaciones personales y bromistas en Instagram.
Porque Val Kilmer alcanzó la cima de Hollywood en los '90s, llegando a cobrar cheques de hasta 10 millones de dólares (iMDB) y dejando a su paso personajes tan relevantes como Jim Morrison (The Doors), el Batman con más sex-appeal de la pantalla y el legendario Simon Templar de El Santo, entre otros. Porque fue uno de los rostros más presentes entre los que crecimos con el cine de los '80 y '90 y, aun así, su historia es la de alguien que tuvo que hacer frente a varios desafíos de la vida.
Los altibajos de Hollywood
Cuando pienso en Val Kilmer me viene a la memoria mi obsesión infantil por las parodias ochenteras, donde se encontraba aquella versión humorística de una especie de Elvis Presley convertido en espía en Super secreto. O lo mucho que me manipuló Joel Schumacher con las luces sobre su rostro en Batman eternamente enamorándome del héroe murciélago en plena adolescencia, o aquella versión de El Santo creado por Leslie Charteris que me hubiera encantado que tuviera secuela. Así es, Val Kilmer fue uno de los actores más presentes en mis visitas al cine por aquellos años.
Pero después de una carrera de éxitos, donde se dio el lujo de rechazar a David Lynch, el papel de Patrick Swayze en Dirty Dancing y se negó a volver como Batman, sufrió el giro drástico que conllevan los fracasos de taquilla. Tras pasar varios años acumulando éxitos que lo llevaron a cobrar $7 millones por Batman eternamente (1995) y $9 millones por A primera vista (1999), la taquilla de repente comenzó a darle la espalda.
El Santo de 1997 fue su último taquillazo como protagonista para caer en el saco de los batacazos a raíz del fracaso de Planeta Rojo (2000).
Desde entonces su filmografía comenzó a llenarse de papeles secundarios, y a pesar de recibir elogios de la crítica como fue el caso de su trabajo en Entre besos y tiros (2005) junto a su amigo Robert Downey Jr. o su papel en Déjà vu (2006), su estrella ya no brillaba en el firmamento de los protagonistas de la industria. El teatro y la televisión fueron algunos de los hogares donde encontró refugio mientras expandía su faceta más artística con su obra en solitario Citizen Twain, daba charlas y enfatizaba su labor humanitaria a través de diferentes campañas.
Y mientras las puertas de los grandes proyectos se cerraban, le tocó vivir un palo que optó por mantener en silencio.
La 'otra' batalla de Val Kilmer
En 2015 surgieron rumores que apuntaban que había sido diagnosticado con algún tipo de tumor después de ser hospitalizado sin dar explicaciones. Y porque Michael Douglas no tuvo mejor idea que decir en un evento en 2016 que Kilmer padecía “lo mismo que había tenido él”: cáncer de garganta. Él lo negó durante mucho tiempo, y hasta Douglas emitió una disculpa, y dos años después finalmente confirmó que había pasado dos años batallando un cáncer de garganta en una entrevista concedida a The Hollywood Reporter. Y con la mala fortuna de que un procedimiento en la tráquea había cambiado su voz por completo.
Se sometió a quimioterapia y dos traqueotomías, y si bien en 2020 dio la buena noticia de estar libre de la enfermedad, aquella lucha también lo dejó con la tráquea tan sensible que debe alimentarse por un tubo conectado al estómago (vía Newsweek).
Recuerdo las miradas que intercambiamos los periodistas en un pase de prensa de la película The Snowman en 2017. Y no solo por lo terriblemente mala que era (que también), sino porque si bien todavía no se había confirmado su batalla contra el cáncer, aquel día muchos dimos el rumor por cierto. Val Kilmer tenía un papel muy pequeño en el filme pero en los pocos momentos de diálogo, la producción había optado por doblarlo con una voz terrible. Tan terrible que hacía aún más evidente el problema. Y tan solo un par de meses después del estreno fue que confirmó a The Hollywood Reporter su batalla contra la enfermedad.
De repente, este hombre al que le encanta hacer teatro, dueño de una obra en solitario de gran éxito y que dedicó décadas de su vida a actuar ante la cámara, se quedó sin su voz. Ese mismo que escribió poemas a Michelle Pfeiffer en sus inicios y al que muchos de sus compañeros han aplaudido por la entrega y dedicación que siempre volcó a sus personajes. Y que a Kilmer le gusta preparar sus personajes de forma meticulosa. Tanto que para interpretar a Jim Morrison vistió como él durante un año y frecuentó los lugares que el cantante solía visitar a menudo.
Pero la vida lo plantó ante un desafío que lo cambiaría todo para siempre. Ya no puede hablar como antes o masticar alimentos y aún así, él se resiste a ser una triste historia de Hollywood.
En 2020 publicó sus memorias, donde confesaba su fe cristiana y devoción a creer que su sanación podría ser un milagro; acompañó a su hija Mercedes Kilmer en su primera película como actriz, Paydirt, y mantiene su apoyo constante a la comunidad artística a través de su propio estudio de arte, HelMel Studios, en Los Angeles. Y de vez en cuando plasma su buen humor en redes sociales riéndose de sí mismo y recordando su trayectoria con alegría.
Hace tres años desveló al mundo su nueva voz a través de una entrevista durante la promoción de la película con su hija. "Estoy muy bien, me siento mucho mejor de lo que sueno", dijo sin perder en ningún momento la sonrisa en Good Morning America. "Tienes que encontrar una forma de comunicarte que no es diferente a cualquier otro desafío en actuación, pero es solo un conjunto de circunstancias muy singular", añadía.
Si bien está más delgado y cambiado, y la vida le ha dado un golpe importante, él sigue adelante. En 2022 hizo latir a los más nostálgicos con su reaparición como 'Iceman' en Top Gun: Maverick. Fue un momento icónico al devolver un personaje carismático y arrollador que sirvió como contrapartida perfecta de Tom Cruise en el clásico de 1986, pero rindiéndole homenaje a Val Kilmer al mismo tiempo.
Porque la película trasladó la historia real del actor a su personaje, contando que Iceman también padecía cáncer de laringe y, de esta manera, se comunicaba con Tom Cruise a través de una computadora. Fue un homenaje implícito que no pasó desapercibido.
A sus 64 años, Val Kilmer parece estar centrado en su vida familiar y su pasión por el arte. Después de publicar sus memorias en 2021, I'm Your Huckleberry: A Memoir, suele promocionar sus pinturas y exhibiciones en redes sociales, mientras recuerda con frecuencia su pasado como estrella de Hollywood, entre bromas y homenajes. Un rol que quedó en el pasado pero que muchos todavía recordamos.
Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.
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