Un viaje diferente por la Toscana más desconocida

Catedral de San Miniato en la Toscana, Italia
(Alamy Stock Photo)

Si estás pensando en planificar un viaje a la famosísima Toscana, esa bucólica región de Italia de paisajes ondulantes, viñedos y localidades medievales, pero también te apetece salir de las rutas habituales, las que ahora te proponemos rebosan encanto. No son las imponentes ciudades del Renacimiento, pero sí localidades más pequeñas que tienen mucho que ofrecer y se salen de los circuitos de siempre. Para que crees tu propia hoja de ruta.

Pontremoli, un encantador pueblo de la Toscana, Italia
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Pontremoli y sus seis puentes medievales

Para los italianos, Pontremoli es la puerta de entrada a la Toscana al ser la ciudad más septentrional de la región, a la que se puede acceder desde los aeropuertos de Génova o Florencia, a una hora y media de coche, o de Pisa, a solo una hora. Construida sobre una llanura rodeada de colinas y montañas en la frontera con Liguria y Emilia Romagna, la ciudad es un pequeño tesoro artístico y monumental. Basta con cruzar el Puente de la Crësa o cualquier otro de los seis que se construyeron en la Edad Media para disfrutar de un viaje en el tiempo en este territorio conocido como Lunigiana.

Museo del castillo de Piagnaro en Pontremoli, la Toscana italiana más desconocida
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Lunigiana debe su nombre  a la antigua ciudad de Luni, un puerto fundado por los romanos en la desembocadura del río Magra que facilitaba el transporte del mármol blanco de Carrara, pero fue Pontremoli la que alcanzó posteriormente más fama al ser una ciudad libre, hasta la segunda mitad del siglo XIII, ciudad noble del Gran Ducado de Toscana en 1778 y sede episcopal durante dos siglos (1787-1988).

Esa herencia se palpa en sus monumentos visibles en unas calles estrechas con encanto. Se puede comenzar por el castillo de Piagnaro, parada de la Vía Francígena, que alberga desde 1975 el Museo de las Estatuas Estelas (en la imagen),una asombrosa colección de arte megalítico de 40 figuras humanas masculinas y femeninas antropomorfas, representadas en formas abstractas y talladas en bajorrelieve en piedra arenisca, que se caracterizan por la cabeza alargada y la cara en forma de U, todo un enigma todavía por aclarar. En el castillo se celebran eventos y bodas, aunque el templo más popular para los vecinos es la Catedral de Santa María Assunta, que custodia una estatua de madera de la Virgen y el Niño, del siglo XIII, conocida como La Virgen del Pueblo.

Cañón de los Stretti di Giaredo en Pontremoli, en la Toscana italiana
(Getty Images)

Al salir del templo, justo enfrente, visita el Café La Cortina y prueba el 'amor', el dulce de crema más típico de la ciudad. Y si quieres degustar la gastronomía de la zona, acércate a la Cooperativa La Guinadese en Guinadi (laguinadese.it), a 15 minutos en coche de Pontremoli, para probar el testarolo, elaborado en ollas de hierro fundido llamadas “testi”. La cooperativa fue fundada en 1919 e implica a todos los habitantes del valle para garantizar mejores servicios.

Otra opción para los aficionados a los deportes de aventura es visitar el Parque Nacional de los Apeninos Toscano-Emilianos, reserva de la Biosfera de la UNESCO, para disfrutar de sus cumbres calizas, grutas, cascadas y manantiales cársticos. El lugar más famoso es el Cañón de los Stretti di Giaredo (en la iamgen), rodeado de rocas milenarias de diferentes colores asombrosos, donde está autorizado el baño en sus aguas cristalinas.

Catedral de Sant'Andrea en Carrara, Toscana, Italia
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El oro blanco de Carrara

Cincuenta minutos separan a Pontremoli de Carrara (Cararia, “lugar de carros”), famosa en el mundo por sus canteras de mármol, protegidas por la UNESCO y visibles en los verdes Alpes Apuanos, aunque también su casco viejo merece un tranquilo paseo. Acabarás siempre ante el duomo dedicado a San Andrés, ubicado junto a la estatua del Gigante y la casa donde se alojó Miguel Ángel durante sus estancias en Carrara. Era en esta vivienda donde elegía personalmente el mármol más adecuado para sus esculturas.

Desde el centro se puede ir a pie, en bici o en jeep hacia unas montañas únicas 'nevadas' durante todo el año, un insólito escenario hecho por el hombre para convertir la piedra en arte y cultura. Aquí, en tres cuencas de esta cordillera, Torano, Miseglia y Colonnata, se extrae el mármol desde hace 2.000 años. Primero fue la cantera romana de Fossacava, del siglo I a.C, abierta a los visitantes desde 2021,  que sirvió para embellecer fuentes, columnas como la de Trajano, el Panteón de Agripa y otras obras urbanas de la Roma imperial. Posteriormente, Miguel Angel, Donatello, Bernini y Canova inmortalizaron grandes obras escultóricas y artísticas como la catedral de Pisa o el David, de Miguel Ángel, del que se dice incluso que se inspiró en una de estas montañas para crear su famosa Piedad. Para entender mejor la historia de las canteras de mármol blanco es recomendable visitar el Museo Cívico del Mármol, fundado en 1982,con antiguos objetos y bellos restos arqueológicos, y las espectaculares canteras de mármol atravesando los puentes de Vara (1880), que sirvieron de paso para el antiguo ferrocarril que transportaba el mármol, y el interior de las galerías excavadas en la roca. La carretera que conecta estos lugares regala magníficas vistas que aparecen en la escena inicial de la película Quantum of Solace, de la saga de James Bond.

Taller de un escultor de mármol en Carrara, Toscana, Italia
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Actualmente, hay casi 90  canteras activas en la considerada macrocuenca de mármol más grande de Europa y esa piedra se sigue utilizando por estudiantes y artistas de la Academia de Bellas Artes de la ciudad, en más de 200 talleres artesanales de Carrara, todos ellos visitables, un objetivo que ya se perseguía cuando abrió sus puertas en 1769.

Tras recorrer las canteras, un auténtico museo al aire libre, merece la pena probar el lardo, plato típico de tocino protegido con denominación de origen, en Colonnata, que se sazona en tinas de un tipo especial de mármol extraído únicamente en este lugar. Los 14 productores actuales del lardo en este pequeño pueblo lo aromatizan con hierbas, dejándolo macerar durante un periodo que varía entre los 6 y los 10 meses dentro de cuencas de mármol especiales y untadas con ajo.

Vista panorámica de Certosa di Calci, Toscana, Italia
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La huella de los cartujos en Certosa di Pisa

Tomando rumbo al sur hacia Pisa, la Toscana más desconocida sugiere otra parada en un conjunto monumental levantado en las laderas del Monte Pisano. Se trata de la Certosa di Pisa, en Calci y fue fundado en 1366 por una familia de cartujos que ejercitaban una vida solitaria con mucho rigor, silencio, meditación y contemplación. En su máximo esplendor, ya entrado el siglo XIX, 15 monjes y 34 hermanos convivían rezando tres veces al día en 15 capillas y 3 claustros. Casi siempre permanecían en sus celdas individuales durante 18 horas, dedicando solo una hora al trabajo manual, coincidían únicamente en la comida dominical del refectorio y nunca probaban la carne. En 1972 el monasterio cerró definitivamente, pero hoy se puede visitar junto al Museo de Historia Natural instalado en las bodegas, almacenes, almazara y granero de los cartujos.

Pueblo medieval de Vicopisano en la Toscana italiana
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Vicopisano, el fuerte de  Brunelleschi

A 10  kilómetros de este museo surge un encantador burgo medieval fortificado por Brunelleschi, artífice de la cúpula de la catedral de Florencia, entre el río Arno y las laderas del Monte Pisano. Todo el conjunto se levantó en 1428 para que la ciudad fuera inexpugnable con un sistema de puentes levadizos, pasarelas y 13 torres que aún se conservan ante una vega fértil donde crecen vides y olivos. Sus productos se pueden degustar en la granja orgánica Frantoio di Vicopisano (vicopisanolio.it) con catas de vino y aceite, embutidos locales y sopa toscana desde 35 euros.

Plaza de San Miniato, un encantador pueblo de la Toscana italiana
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La trufa de San Miniato

El viaje por la Toscana concluye en San Miniato, otro pueblo medieval sobre una colina famoso por su producto estrella, la trufa blanca, que se recoge entre septiembre y diciembre. En estas tierras se encontró la pieza más grande de la historia en 1954 que fue regalada al presidente norteamericano Eisenhower y hoy existen 1.700 cazadores autorizados que se concentran para hallar el apreciado. Uno de ellos, Mattia Gazzarrini  (gazzarrinitartufi.it/en), organiza degustaciones de este producto y un tour con perros para buscar trufas en el bosque desde 85 euros. La trufa toscana fue declarada Patrimonio Inmaterial de la UNESCO en 2021.

Bagni di Pisa Palace & Thermal Spa, un hotel de lujo en la Toscana italiana
(Bagni di Pisa Palace & Thermal Spa)

¿Dónde dormir en este rincón de la Toscana?

En Pontremoli, Ca del Moro (cadelmororesort.it), un hotel de 26 habitaciones con restaurante situado en una zona tranquila rodeada de prados. En su parque con olivos, cipreses y castaños destaca un coqueto campo de golf.

En el área de Pisa, en el Bagni di Pisa Palace & Thermal Spa (bagnidipisa.com),  un cinco estrellas histórico de 41 habitaciones y 20 suites, con piscina situado en San Giuliano Terme.  Cuenta con un gran spa con aguas termales naturales. En el centro de bienestar destacan sus 5 piscinas cubiertas y al aire libre, con baño de vapor y sauna. El edificio perteneció al Gran Duque de Toscana, que lo eligió como residencia de verano en 1743 y conserva en sus estancias el esplendor del siglo XVIII.

En los municipios de Carrara y Massa,una buen opción es el Hotel Eden (edenhotel.it), en Cinquale, un elegante hotel junto al mar, situado en el corazón de Versilia.