Viceministro Perú: Latinoamérica necesita mayor cooperación para combatir la pesca ilegal

Santiago de Chile, 20 feb (EFE).- Los países de Latinoamérica, rodeados por ricos caladeros que proporcionan al mundo productos como el atún, la anchoveta, el salmón o el calamar, necesitan "mayor cercanía" y "trabajar articuladamente" para combatir la pesca ilegal que saquea sus costas, asegura el Viceministro de Pesca y Agricultura peruano, Jesús Eloy Barrientos.

"Necesitamos mayor cercanía, tener bloques sólidos de participación y estandarizar la información que brindamos para garantizar el cuidado de nuestras aguas", dice a EFE Barrientos, quien señala que "el reto más inmediato es que Ecuador, Chile y Perú trabajen articuladamente, sobre todo apuntando contra la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada".

El daño económico que genera en la región la pesca ilegal, la tercera actividad ilícita más lucrativa del mundo tras el tráfico de drogas y de armas, suma anualmente 2.300 millones de dólares (unos 2.210 millones de euros), según el último informe del colectivo que investiga los Impactos de China en América Latina y el Caribe (ICLAC).

Con la flota pesquera más grande del mundo y los mayores índices de captura ilegal en su historial, China se ha convertido en la principal amenaza de las aguas sudamericanas, algo que han denunciado Argentina, Chile y Ecuador, y que el Viceministro de Perú, sin acusar a ningún país en concreto, también reconoce.

"Nos preocupa que las embarcaciones de bandera extranjera extraigan nuestros recursos sin tener permiso, sin llevar un registro y que perjudiquen nuestros 'stocks'", confiesa Barrientos, que viajó a Chile para participar en la décimo tercera Comisión de la Organización Regional de Ordenamiento Pesquero del Pacífico Sur.

La "agresiva" pesca de las naves chinas

Ubicadas, la mayoría de ellas, en el límite de las 200 millas de zona económica exclusiva que tienen los países costeños, las 400 naves industriales chinas despliegan su gran poder de extracción de peces, crustáceos y moluscos en los océanos Pacífico y Atlántico, una actividad que realizan a muy alto ritmo y sin la suficiente transparencia.

"Advertimos que hay insuficiencia de información respecto a los niveles de extracción que tienen", explica la autoridad peruana, a la vez que alerta sobre las consecuencias de una captura focalizada, veloz e indiscriminada: "cuando es tan agresiva, la extracción puede afectar a especies de tallas menores o que están en su etapa reproductiva".

La sobrepesca, recuerda el Viceministro, "atenta contra la seguridad alimentaria del mundo y contra la biodiversidad, y afecta a la economía, ya que los valores de los productos disminuyen".

Aunque Barrientos opina que se "debería tener la capacidad de frenar (la pesca) cuando hubiera alguna amenaza o riesgo", actualmente los países latinoamericanos solo cuentan con medidas reguladoras para la pesca del pez jurel.

Las de la pota, el calamar que predomina en la extracción china, todavía están pendientes de establecer, tarea para la que considera imprescindible que haya "mayor cercanía de trabajo entre el comité científico y la toma de decisiones".

"Intercambiar buenas prácticas"

Según la autoridad de Perú, que en octubre de 2024 actualizó su normativa con el objetivo de controlar las flotas extranjeras, la "principal herramienta que se debe desarrollar es el monitoreo satelital de embarcaciones", un sistema conocido como VMS que ha sido criticado por ser susceptible a alteraciones de datos y que de momento no ha podido frenar la entrada irregular de barcos chinos a aguas peruanas.

"Queremos seguir mejorando", reconoce Barrientos, que también apunta a la inteligencia artificial como futura aliada en la "detección oportuna de situaciones que pudieran ser de riesgo".

"Hay buenas prácticas que tenemos que intercambiar entre países", añade pensando en vecinos como Ecuador o Chile, del que destaca la implementación de cámaras en las embarcaciones y los controles biométricos hechos con inteligencia artificial.

Más allá de la fiscalización, el Viceministro peruano hace un llamamiento a los países a "ser más transparentes con lo que extraen y a rendir cuentas".

"En el océano todo está interconectado, no hay una frontera o peceras independientes. Por eso tenemos que ser muy cuidadosos y responsables con lo que hacemos en aguas internacionales", concluye.

Paula Padilla Argelich

(c) Agencia EFE