Yahoo Estilo El yoga se vuelve un aliado contra la discriminación
El yoga ha moldeado el estilo de vida de millones de personas en el mundo y permeado desde Hollywood hasta lugares menos glamorosos, como las cárceles. Más que una serie de ejercicios, es una filosofía de vida que pretende incluir a todas las personas sin distinción de edad, condición física, social, creencia, raza, de género o nacionalidad.
Para algunas personas puede ser intimidante asistir a una clase de yoga porque se pueden sentir ajenos a las posturas físicas. Pero hay opciones para las capacidades, desde yoga en sillas para adultos mayores, hasta los estilos más vigorosos.
En medio de la diversidad, existe un interés común en la práctica del yoga: tener un estilo de vida más saludable a través del ejercicio físico y la relajación mental.
Este 21 de junio se celebra el Día Internacional del Yoga y tres profesores expresan la amplitud de esta práctica que no discrimina a quienes se acercan a ella. Estas son sus historias.
Arpita Roy, india, discapacitada.
Arpita Roy, aunque no era practicante de yoga, veía a su madre hacer las posturas o asanas.
Luego de sobrevivir a un grave accidente en el que una motocicleta embistió la suya por detrás, los médicos tuvieron que amputarle las piernas.
El intenso dolor físico, tras la operación, fue lo que la motivó a practicar yoga de manera recurrente para sobreponerse al malestar corporal y mental.
“Cuando tienes prótesis tienes que aprender a caminar de nuevo, a cómo reaccionar ante esa nueva realidad. Los amputados tenemos problemas de balance, esto es un reto para nosotros. El yoga trabaja mucho el estiramiento y eso nos ayuda, y me ayudó a recuperarlo”, señaló.
El yoga la ayudó a tener una motivación para recuperar su bienestar mental. “Cuando te amputan y te ves diferente, necesitas recuperar tu energía y el yoga nos da eso, a través del prana, la energía y ejercicios de respiración. Eso lo podemos hacer aunque nos falte alguna extremidad”.
Roy dice que nunca se ha sentido discriminada por su condición, aunque cree que es normal que la gente la mire por sus prótesis, pero no para hacerla sentir menospreciada.
Hoy en día, Roy enseña a estudiantes de yoga (sin discapacidad) y su meta es que su mensaje llegue a más personas con discapacidad para que puedan integrarse a sus clases.
“Si tienes energía, te sientes bien, eres feliz. Para mí yoga es paz interior, es para todos, si yo puedo, cualquiera puede”, dice.
Marcos Jassan, mexicano, acerca el yoga a las comunidades
Marcos Jassan practica yoga desde 1997 y en 2010 lanzó el proyecto comunidad que busca generar “la inclusión radical” con la enseñanza a futuros profesores de yoga.
Una de las metas de Jassan es acercar esta práctica cada vez más a las comunidades clase media baja y clase baja en México.
Sus alumnos enseñan a personas mayores, de minorías étnicas, en cárceles y en colonias donde hay aún menos acceso a esta práctica.
Dice que en los últimos 10 años la práctica del yoga en México se ha extendido más a las clases medias y menos favorecidas.
“La necesidad de soluciones naturales a los problemas es más grande. La población se está dirigiendo, con aprecio, a las técnicas de respiración, filosofía y frases que ayuden a inspirar la sabiduría, para poder relacionarse con su realidad”, cuenta Jassan.
Explica que el yoga se adapta a las personas, por eso existen diversos estilos que pueden resolver las limitaciones. “Una vez que se entiende que el yoga no son solo posturas, se trasciende al mensaje, la fuente del yoga mismo”, la filosofía de vida.
Peter Calin, afroamericano, el yoga como conexión antirracismo
De madre cubana y padre estadounidense, Calin vivió su infancia y juventud durante las luchas contra la segregación en EEUU, en diferentes bases navales, pues su padre era militar.
Recuerda que dentro de las bases no existía discriminación, algo muy diferente a lo que ocurría fuera de allí. El mayor rechazo que presenció fue en contra de la comunidad hispana, especialmente hacia mexicanos, de allí que se rehusaba a aprender español.
En su juventud fue víctima de discriminación racial. Un evento que lo marcó fue cuando iba a una competencia intercolegial como atleta y al ser el único afroamericano enviaron amenazas de muerte a su escuela para que lo retiraran. No pudo competir.
Por más de 50 años ha practicado yoga y entre los beneficios que ha recibido está el no conectarse con las agresiones porque, asegura, los calificativos no lo definen.
“Cuando uno practica yoga empieza a ver conexiones entre seres humanos, somos energía, todos queremos ser felices, cuando esa conexión se esclarece, la discriminación se reduce”, señala.
Asi como Roy y Jassan, Calin dice, desde su vivencia, que el yoga no es sólo para un grupo en particular. “Su práctica eleva la conciencia individual y la conecta con su cuerpo, mente, espíritu, la tierra y más allá, con el universo”.
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