Zona de Interés (The Zone of Interest) | Top de críticas, reseñas y calificaciones

Zona de Interés (The Zone of Interest) | Top de críticas, reseñas y calificaciones
Zona de Interés (The Zone of Interest) | Top de críticas, reseñas y calificaciones

El director británico Jonathan Glazer (Bajo la Piel (85%), Birth (38%), Sexy Beast) adapta libremente la novela La zona de interés del escritor Martin Amis y después de 10 años de trabajo e investigación presenta Zona De Interés (94%), cinta hablada en alemán que retrata la vida cotidiana de Rudolf Höss, el comandante del campo de concentración de Auschwitz, y su esposa Hedwig Höss, quienes vivieron junto a su familia al lado del campo de exterminio.

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Grabada en una casa aledaña al campo de concentración ―réplica de la casa habitada por los Höss y adaptada con cámaras escondidas―, la cinta es protagonizada por Christian Friedel (El Listón Blanco (86%)) como Rudolf y Sandra Hüller (Anatomía De Una Caída (95%), Toni Erdmann (92%)) como Hedwig. El elenco lo completa Johann Karthaus, Luis Noah Witte, Nele Ahrensmeier, Lilli Falk, Anastazja Drobniak, Cecylia Pekala y Kalman Wilson como los demás miembros de la familia.

La fotografía estuvo a cargo de Łukasz Żal (Ida (96%), Guerra Fría (98%)), la música fue compuesta por Mica Levi (Bajo la Piel, Jackie (88%)) y el diseño de sonido fue realizado por Tarn Willers y Johnnie Burn. Estos últimos están nominados a los Premios Óscar 2024 junto a Jonathan Glazer como Mejor director y a la cinta como Mejor película internacional, Mejor película y a Mejor guion adaptado. Además fue nominada a los BAFTA 2024 y ganó el Gran Premio del Jurado en el Festival de Cannes 2023.

Póster oficial de Zona de Interés (Fuente: Diamond Films México)
Póster oficial de Zona de Interés (Fuente: Diamond Films México)

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¿De qué trata Zona de Interés?

Rudolf Höss, el comandante del campo de concentración de Auschwitz, y su esposa Hedwig se esfuerzan en construir una vida de ensueño para sus cinco hijos en una casa con jardín y sirvientes, separada del campo de concentración por un muro. La madre cuida de su jardín, mientras los demás realizan actividades cotidianas.

La crítica es positiva con Zona de Interés: es la mejor película de Jonathan Glazer, quien mostrando la normalidad y la cotidianidad de la familia nazi hace una reflexión de la representación histórica, un retrato de los perpetradores y aborda el Holocausto con una sutileza que evita el consumo de la violencia como entretenimiento. Friedel y Hüller destacan como la pareja, quienes son mostrados en su humanidad (entendida en el término amplio) y en su vileza, ya que no son retratados como síntesis de la negación, sino como beneficiarios de un genocidio.

La cámara de Łukasz Żal hace de los personajes sujetos de estudio o vigilancia, mientras que la música de Mica Levi y el trabajo de los diseñadores de sonido representan el horror indirectamente. En general el uso de la técnica cinematográfica, el fuera de campo, la yuxtaposición, los paisajes sonoros y la contraposición entre idea y representación hacen de Zona de Interés una desmitologización del Holocausto como algo perpetrado por fuerzas incomprensibles.

Las críticas menos favorables dicen que la película es poco accesible para el gran público, que su narrativa no es muy profunda o envolvente y que su estructura dramatúrgica/enfoque no encajan con el formato del largometraje.

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¿Qué dice la crítica de Zona de Interés?

Manu Yáñez de Fotogramas:

Zona De Interés puede verse como la magistral respuesta de Glazer a las aberrantes propuestas de Steven Spielberg en La Lista de Schindler y László Nemes en El Hijo de Saúl, películas que sumergían al espectador en el pozo inmoral del Holocausto a través de la subjetividad y el suspense. Con sus cámaras desprovistas de sensibilidad, el británico deja ver que, en el Holocausto, no había lugar para la esperanza, la compasión. La humanidad que merecen las víctimas de la barbarie no puede pasar por el sentimentalismo, sino por el “trabajo” memorístico, sea el de las mujeres que conservan limpios los viejos campos de concentración (que también aparecen en la película) o el de un cineasta que piensa como un artista y no como un mercader de emociones.

Richard Roeper de Chicago Sun-Times:

Friedel y Hüller realizan actuaciones notables, sin ensombrecer nunca a sus respectivos personajes con empatía y, sin embargo, hacerlos demasiado reales y, por lo tanto, repugnantes de una manera que pone la piel de gallina. El trabajo de cámara deliberadamente pasivo de Glazer sirve bien a la historia. Zona de Interés nunca intenta explicar por qué Höss es como es; ¿Qué posible explicación completa puede haber? Lo que hace, y lo hace eficazmente, es recordarnos que los orquestadores de este genocidio no eran criaturas psicópatas unidimensionales salidas de una película de terror; eran algo mucho más aterrador. Eran personas.

Davide Abbatescianni de Cineuropa:

...en su forma actual, la estructura dramatúrgica de Glazer y el enfoque de dirección no encajan en el formato de largometraje. Zona de Interés podría haber encontrado una forma más adecuada como sofisticada instalación artística, o dentro de la duración más limitada de un cortometraje o mediometraje. Su mensaje, no especialmente novedoso, pero siempre necesario, habría resonado con mucha más fuerza.

Ricardo Gallegos de La Estatuilla:

Desde la primera toma del lago hasta su audaz cambio temporal, Jonathan Glazer no juzga, sino que silenciosamente nos desafía a reflexionar en cómo nuestra actualidad no está tan lejos de lo que vemos en su película. La historia nos persigue y parece que no aprendemos de ella (...) el diseño sonoro es brutalmente efectivo pues acompaña en todo momento al aspecto visual para crear una yuxtaposición entre lo cotidiano y el horror del genocidio.

Mariona Borrull Zapata de El Antepenúltimo Mohicano:

La nueva apuesta de Jonathan Glazer, diez años después de la magistral Under the Skin, es mucho más que un estudio sobre el fuera de campo. Es una bomba con orfebrería de reloj suizo, que se autodestruye al tratar de definir incluso qué es un «fuera de campo» (...) Glazer nunca busca dibujar un estudio de personaje y, de hecho, no ofrece ni un primer plano a la pareja de protagonistas… Su cine es cerebral y demiúrgico, kubrickiano. Paradójicamente, ofrece los pasajes de mayor cercanía (¿casi intimidad?) a un mundo exterior, nocturno y peligroso.

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David Ehrlich de IndieWire:

Un drama narrativo del Holocausto que se define por su rigurosa compartimentación y su firme negativa a mostrar cualquier indicio de violencia explícita, la profundamente escalofriante Zona de Interés de Jonathan Glazer se destaca por cómo formalmente la película divide la diferencia entre los dos modos opuestos de su género solemne. Ninguna película sobre el Holocausto ha estado nunca más comprometida a ilustrar la banalidad del mal, y eso se debe a que ninguna película sobre el Holocausto ha estado más empeñada en ignorar el mal por completo.

Maureen Lee Lenker de Entertainment Weekly:

Zona de Interés es una película formalizada y aterradora sobre el Holocausto, en gran parte por la forma en que muestra a la familia Höss como meros seres humanos. Es un crudo recordatorio de nuestra complicidad y nuestra capacidad para cometer grandes males en las circunstancias más mundanas. Nunca olvidaré la experiencia de verlo, incluso si no puedo soportarlo nuevamente.

Kevin Nguyen de The Verge:

...es difícil saber qué es exactamente lo que se supone que debemos aprender aquí. A pesar de toda la inventiva formal de Glazer, las ideas centrales de Zona de Interés resultan familiares. Los nazis son autócratas crueles; las atrocidades resuenan generaciones después. Incluso si el deseo de una narrativa original sobre el Holocausto es infructuoso, es difícil no desear que las tensiones de la película fueran más animadas. Nada en la película profundiza los temas con los que comienza.

Diego Lerer de Micropsia Cine:

Zona de Interés es una película de tesis y como tal funciona, por más que por momentos se la sienta repetitiva o un tanto machacosa. La pareja no es, exactamente, la representación de la negación de la masacre (tienen claro qué es lo que se está haciendo y lo que se hará al lado de su casa), pero sí son personas que han compartimentalizado sus vidas como para poder seguir funcionando (...) Glazer se toma el trabajo, desde la dirección de arte, el diseño de producción y, especialmente, la puesta en escena digital y modernista de su película (cámaras fijas, operadas a distancia), en dar a entender que eso que estamos viendo pudo haber pasado en la Segunda Guerra pero bien podría suceder ahora o en cualquier momento.

Sarah G. Vincent de In Between Drafts:

Zona de Interés puede ser demasiado sutil para algunos espectadores, que están más acostumbrados a atiborrarse de sufrimiento gráfico y visible para descubrir su empatía remota. Un banquete de muerte y dolor puede tener el efecto contrario. (...) Al utilizar el sonido para transmitir violencia, la película no brutaliza ni explota aún más a los prisioneros. Al narrar actos de violencia llenos de odio, el uso de abstracciones como el sonido y la luz evita el peligro de que la audiencia consuma la violencia como entretenimiento y potencialmente reciba el mensaje equivocado.

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