¿Cómo reconocer que es tiempo de buscar terapia sexual?
A veces la comunicación frágil en la pareja ocasiona desencuentros que pueden tener consecuencias peligrosas para la relación. Podría suponerse que simplemente hay que sentarse en la mesa con un té y plantear lo que nos incomoda, pero no siempre es así de sencillo, mucho menos cuando se trata de un tópico que acumula prejuicios y creencias: el sexo. Son muchas las causas por las cuales algo no está funcionando, por lo cual no es fácil reconocer cuándo es tiempo de buscar terapia sexual.
La terapia sexual -no se trata de una práctica en la que se aprenden movimientos y trucos sexy- se lleva a cabo con especialistas certificados, generalmente profesionales de la psicología, la medicina, e incluso de la educación, con posgrado en sexología, que guían a los pacientes hacia las soluciones de sus inquietudes con sesiones de conversación, test, y otros recursos. La explicación vale para comprender que está bien, que es una terapia como cualquier otra, que busca brindar equilibrio a algún aspecto de nuestra vida que lo necesita, estemos en pareja o solos.
Si bien el placer sexual y la sexualidad en sí son aspectos naturales y normales, la historia de cada quien, sus valores, la crianza, sus creencias, su historia en esencia, influye profundamente en este aspecto, en la forma en la cual nos conducimos e incluso en la imagen que tenemos de nosotros mismos.
Es por esto que no todos vemos el sexo y hablamos de ello de la misma manera. Por ejemplo, a las mujeres, en general, históricamente se le ha estigmatizado en mayor o menor medida cuando se habla de placer sexual, es juzgada o se siente juzgada y reprimida porque puede percibirse como una sinvergüenza si manifiesta interés en el sexo, y ni hablar, si es madre.
Todos estos aspectos influyen en cómo llevamos nuestras relaciones y como nos sentimos respecto al sexo, pero la terapia sexual, justamente, ayuda a las personas a explorar estas variantes para mejorar su vida sexual en el presente y el futuro, según explica a Glam Jenni Skyler, terapeuta sexual, sexóloga y terapeuta matrimonial y familiar, directora de The Intimacy Institute en Boulder, Colorado.
¿Pero qué determina que es tiempo de recurrir a esta valiosa herramienta? Según un reporte del portal Psicología y Mente, aparte de problemas físicos u orgánicos, factores como miedo, inseguridad, la no aceptación de la propia orientación sexual pueden llevarnos a la consulta, pero estas son las causas más comunes para visitar al terapeuta, solos o en pareja.
Las disfunciones sexuales, como la falta de deseo, la aversión al contacto sexual, la disfunción eréctil, la eyaculación precoz, suponen problemas que de no conversarse y tratarse a tiempo, pueden erosionar la relación de pareja.
Otra causa común de visita al sexólogo son las parafilias, que según se explica, son prácticas o preferencias poco habituales que conducen a la excitación sexual. Muchas veces son la única vía de excitación sexual, lo cual genera profundo malestar en uno mismo y en la pareja. Lamentablemente el tratamiento se considera solo cuando se afecta directamente la calidad de vida de alguien.
Las parafilias son también un motivo de consulta habitual en el campo de la sexología, y en este contexto son fantasías, actividades o preferencias poco habituales que la persona necesita poner en práctica para lograr la excitación sexual, y que además de ser demasiado restrictivas, en algunos casos extremos producen malestar en uno mismo y/o en los demás.
Las creencias negativas sobre el sexo, instauradas durante la crianza, también dificultan el buen desempeño de las relaciones sexuales. Ideas preconcebidas como que el sexo es malo, o es vetado por la religión siendo objeto de castigo divino, que generan miedo y culpa también impiden que la persona se desenvuelva con normalidad y libertad en relación al sexo.
Por último, y quizás lo más sencillo, es la visita al terapeuta para reavivar la pasión en la pareja, rescatar la relación que por falta de tiempo, interés en otras prioridades ha dejado el disfrute sexual en segundo plano. En este caso, una de las mayores dificultades es tener una comunicación fluida con la pareja en pro del bienestar mutuo. El especialista brinda las herramientas adecuadas para que esta comunicación pueda ser provechosa.
Es importante saber que mejorar nuestra vida sexual, solos o en pareja, así como otros aspectos de nuestra salud, depende del compromiso que nosotros mismos tengamos con nuestros objetivos. Es normal dudar y temer, pero los resultados y el alivio que brinda acudir a quienes pueden ayudar, valen la pena.
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