36 horas en São Paulo, Brasil

Interior del Museo Afro Brasil, en el parque Ibirapuera de São Paulo, el 6 de noviembre de 2022. (Victor Moriyama/The New York Times)
Interior del Museo Afro Brasil, en el parque Ibirapuera de São Paulo, el 6 de noviembre de 2022. (Victor Moriyama/The New York Times)

São Paulo es una ciudad para la gente citadina, donde el arte, el ruido y la comida en la calle ceden el protagonismo, pero solo de vez en cuando, al alto diseño, la gente de dinero y los restaurantes de lujo. Por todas partes prosperan instituciones culturales como el Museo Ipiranga, que acaba de reabrir con una colección histórica que cuestiona la historia. La ciudad más grande de Brasil ha atraído desde hace tiempo a migrantes y soñadores, lo que la convierte en un lugar ideal para explorar la caleidoscópica variedad de cocinas regionales y géneros musicales del país. Si los autobuses abarrotados, las calles congestionadas y los 12 millones de personas que viven en rascacielos que no dejan ver el horizonte son demasiado para ti, al menos quédate unos días, inhala la cultura, exhala los gases de los vehículos y sigue tu camino con historias que contar.

ITINERARIO

Viernes

3 p. m. | Explora las raíces de Brasil

Alrededor de un 56 por ciento de los brasileños dijeron tener ascendencia negra o mestiza en 2021 y las relaciones raciales aquí son tan complejas como en Estados Unidos, por lo que el Museo Afrobrasileño, en el glorioso Parque Ibirapuera, es una visita obligada. El museo es al mismo tiempo una exuberante celebración de las contribuciones que la mayoría y sus ancestros han hecho a la vida artística, intelectual y económica del país, así como un recordatorio punzante —con los vestigios restaurados de un barco de esclavos, instrumentos de tortura y fotografías de personas esclavizadas— de que Brasil fue el último país del continente americano en abolir por completo la esclavitud, en 1888. La entrada cuesta 15 reales, unos 3 dólares.

5 p. m. | Observa a la gente en el parque

Quédate en Ibirapuera, no hay mejor lugar para observar a la gente (o para rentar una bici o tomar agua de coco) que el magnífico, democrático y monumental parque central de 158 hectáreas de la ciudad; es un imán para paulistas de todos los entornos que vienen a pasear a sus perros, hacer malabares con pelotas de fútbol, leer libros y andar en patineta todo el fin de semana. Recorre los kilómetros de senderos, busca el pabellón japonés, así como el auditorio Ibirapuera y otras obras del arquitecto brasileño Oscar Niemeyer y observa la ciudad en movimiento… no volverás a ver tanto verdor el resto del fin de semana.

Un pintoresco puente peatonal en el monumental parque Ibirapuera de 158 hectáreas en São Paulo, el 6 de noviembre de 2022. (Victor Moriyama/The New York Times)
Un pintoresco puente peatonal en el monumental parque Ibirapuera de 158 hectáreas en São Paulo, el 6 de noviembre de 2022. (Victor Moriyama/The New York Times)

8 p. m. | Cena en el parque

Cenar al aire libre en São Paulo no siempre es tan agradable, ya que suele pasar que los platos vienen acompañados de un bocado de gases del escape de las motos. Huye del tumulto en Selvagem, justo dentro de la puerta 5 del parque de Ibirapuera. El chef Filipe Leite transformó un antiguo bar en uno de los locales más atractivos de la ciudad, sobre todo por la noche, cuando el parque está casi vacío. La cocina de Selvagem (“salvaje”, en español) es una versión contemporánea de platos tradicionales brasileños como el estofado de marisco con palmito o los buñuelos de yuca con ‘requeijão’ (queso crema). De postre, pide un Julieta y Romeu, un queso de oveja estilo boursin con una bola de helado de guayaba. Cena para dos, unos 500 reales, con bebidas.

11 p. m. | Escucha música en vivo

Elegir un lugar para escuchar música brasileña en vivo en São Paulo es como elegir un puesto de tacos en la Ciudad de México. Olvídate de los barrios nocturnos más convencionales de Pinheiros y el centro de la ciudad y ve hacia el este, al tradicionalmente italiano barrio de Mooca, para echar un vistazo al Templo-Bar de Fé, y su decoración exuberante de imágenes y estatuas de figuras de varias religiones, como el cristianismo, el hinduismo y la umbanda afrobrasileña. La mayoría de las noches hay grupos de samba, pero el viernes está dedicado al sertanejo, la versión brasileña bastante popular de la música country. Es una experiencia de música en vivo de gran calidad y máxima relajación (entrada, 30 reales).

Sábado

10 a. m. | Compra muebles

Desayuna en Zestzing, una especie de pastelería francesa con croissants (13 reales), y los deliciosos pasteles de mantequilla bretones conocidos como ‘kouign-amann’, pero con ingredientes como el ‘pé-de-moleque’, un crocante de cacahuate (17 reales). Luego camina por el distrito de jardines a la Alameda Gabriel Monteiro da Silva. En esta avenida encontrarás la mayor concentración de muebles modernistas brasileños. Comienza por Dpot, donde encontrarás muebles de conocidos diseñadores brasileños como Sergio Rodrigues, Lina Bo Bardi y Carlos Motta. A continuación, camina hacia el sur hasta llegar a Dpot Objeto, que ofrece cerámicas, almohadas y otros artículos que tal vez te quepan en la maleta.

Mediodía | Pon a prueba tus papilas gustativas

En São Paulo se puede probar casi cualquier tipo de cocina regional brasileña, desde los especiados platos de Salvador, en el noreste, hasta los llenadores estofados de cerdo del estado de Minas Gerais. Pero hasta hace poco, no había ningún lugar donde probar la cocina del estado amazónico de Acre. Se recomienda llegar temprano para comer en la acogedora Casa Tucupi, llamada así por el delicioso caldo ácido de raíz de yuca que forma la base de la imprescindible sopa tacacá, servida con hojas de jambú y camarones (o setas para los vegetarianos). Muchos de los platos llevan pescados amazónicos de río que rara vez o nunca comerías en otra parte. El almuerzo para dos cuesta unos 250 reales.

2 p. m. | Repiensa la historia

Según los relatos tradicionales, el 7 de septiembre de 1822, el futuro emperador Dom Pedro declaró la independencia de Brasil junto al río Ipiranga. Un monumento en forma de palacio, construido para conmemorar el momento, acabó convirtiéndose en el Museo Ipiranga. El museo cerró en 2013 por reparaciones y reabrió hace poco con motivo del bicentenario de Brasil (7 de septiembre). La mayoría de las exposiciones son polémicas, con una visión muy crítica de la forma en que tradicionalmente se enseña la historia, que incluye la explicación del cuadro del pintor del siglo XIX Pedro Américo “Independencia o muerte”, que representa el momento en que Dom Pedro, a caballo, declaró la independencia de Portugal. La exposición incluye objetos domésticos, fotos históricas y un espectáculo de luz y sonido proyectado sobre una maqueta a escala real de São Paulo en 1841. Entrada gratuita hasta el 6 de diciembre, después 30 reales.

7 p. m. | Prueba un favorito: sushi

São Paulo tiene la mayor población japonesa de cualquier ciudad fuera de Japón, así que no es de sorprender que el sushi compita con la pizza y las ‘esfihas’ libanesas por el título del plato más popular traído por la inmigración del siglo XX. Nadie compite con Jun Sakamoto y su restaurante del mismo nombre por una experiencia ‘omakase’ (o en la que el chef decide qué servir) de alta gama, discreta y con una estrella Michelin por unos razonables 400 a 500 reales. Reserva en el bar con bastante antelación y el propio Jun te servirá el mejor sashimi de atún, salmón y caballa y, quizás, tempura de anguila ligeramente dulce con un toque de pimienta sansho en grano.

10 p. m. | Ten una experiencia fluida

Casa Fluida abrió el año pasado en un espacio ecléctico que da la bienvenida a la comunidad LGBTQ y heterosexual, lo cual hace que “fluido” sea un nombre adecuado. Lo mismo ocurre con “casa”: se trata, de hecho, de una casa, con tres plantas que puedes explorar con una caipirinha o una cerveza en la mano mientras admiras exposiciones de arte, descansas en los balcones o socializas en el hueco de la escalera. A las 22:00 (de jueves a sábado) llega el evento principal, un espectáculo drag de una hora de duración en el que participan no solo profesionales atrevidos, sino también valientes iniciados que pagan 120 reales por una “experiencia” drag, que incluye una sesión de maquillaje de dos horas en el piso de arriba con la drag queen residente Mahina Starlight. Ella te ayudará a elegir el atuendo, pero tú eliges la canción para tu próxima actuación cantando en de sincronización de labios (entrada, 5 reales).

Domingo

9:30 a. m. | Camina con altura

Siguiendo la peor tradición del urbanismo del siglo XX, la autopista elevada que atraviesa un tramo del centro de São Paulo dividió barrios por la mitad y contribuyó a la decadencia urbana. El lado positivo: en la actualidad, lo que oficialmente es la vía rápida elevada João Goulart, pero que se conoce más comúnmente, y con cierta ironía, como el Minhocão (el gran gusano), cierra al tránsito vehicular todos los fines de semana y se abre a ciclistas y peatones que la recorren, estirando el cuello para ver las gloriosas y enormes obras de arte pintadas en los laterales de los rascacielos. Empieza cerca de la estación de metro de Santa Cecília y haz una escala previa en el cercano mercado de agricultores para comprar los tradicionales pastéis (empanadas fritas brasileñas) y jugo de caña de azúcar.

10:30 a. m. | Consiéntete con dulces

Hazte de dulces de los que nunca has oído hablar (y que les encantarán a tus amigos en casa) en Doces Santa Teresinha (Rua das Palmeiras 135, en la zona de Santa Cecília), una de las decenas de bombonerías, o dulcerías, de la ciudad. A algunos les gusta el Bis, el Kit Kat de los pobres, o el pé de moleque, las palanquetas brasileñas. Pero la golosina que crea adictos para toda la vida es la paçoca, que es como se le conoce al mazapán de cacahuate. Un paquete de 20 te costará 37,75 reales, pero es mejor que compres dos, porque el primero se acabará antes de que bajes del avión.

1 p. m. | Disfruta de una comida panlatina

De 1993 a 2021, Cidade Matarazzo, un emblemático complejo de hospitales en el barrio de Bela Vista, permaneció vacío —hermoso, pero en ruinas— en medio de algunos de los inmuebles más caros de São Paulo. El año pasado, el Rosewood São Paulo abrió ahí el primero de sus nuevos hoteles. Entre los caros restaurantes y bares de este establecimiento, destaca el irresistible Taraz, una delicia panlatina más informal, casualmente elegante y con precios razonables. Entre la deliciosa oferta del menú puedes encontrar las costillas ahumadas en pão de queijo (pan de queso brasileño). Si el clima lo permite, siéntate al aire libre para disfrutar de salsa en vivo en medio de un estilizado huerto de olivos. Comida para dos, unos 400 reales.

PARADAS OBLIGADAS

Museo Ipiranga analiza la historia de Brasil con un toque crítico.

El Minhocão, una vía rápida elevada en medio de la ciudad, se vuelve peatonal los fines de semana, y permite a los transeúntes admirar murales provocadores.

Selvagem, un restaurante en un parque, se especializa en platillos brasileños tradicionales actualizados.

DÓNDE COMER

Zestzing pone un toque brasileño a la panadería francesa, perfecto para el desayuno para llevar.

Casa Tucupi se especializa en comida amazónica, incluida la deliciosa sopa tacacá.

Jun Sakamoto es el maestro del sushi, en una ciudad con la mayor población urbana japonesa fuera de Japón.

Taraz ofrece comida panlatina en un elegante espacio con mesas al aire libre y en interiores.

ALOJAMIENTO

Rosewood São Paulo, que abrió hace poco en el corazón de la ciudad, está lleno de arte indígena, fotos históricas y otros objetos muy brasileños (tarifas desde 3000, o 562 dólares).

En el elegante Renaissance São Paulo, muy cerca de la avenida Paulista en Jardins, un barrio de moda, los precios cambian bastante dependiendo de la temporada, pero hace poco la habitación más sencilla tenía un costo de 1300 reales.

Vila Galé Paulista, también cerca de la avenida Paulista, es una opción de precio moderado, con habitaciones cómodas y modernas desde 570 reales por noche.

Las rentas para vacacionistas son populares en São Paulo; busca lugares en Pinheiros, el barrio de moda, o la acogedora Vila Mariana por hasta 30 dólares la noche.

© 2022 The New York Times Company