8 hoteles en palacios para vivir una estancia de cuento
Teletransportarse a tiempos y épocas pasadas. Sentirse príncipes y princesas por unos días. Dormir en altas camas con dosel y, sin embargo, tener a la mano todos los servicios propios de un alojamiento de lujo del siglo XXI. Hospedarse en un palacio es algo bastante común hoy día, ya que muchos hoteles eligen estos enclaves para hacer de ellos exclusivos hospedajes con los que soñar eternamente. Más vale que vayas haciendo las maletas, porque te llevamos de viaje a ocho de los más exclusivos en todo el mundo. ¿Listo para hacer check-in?
1. Valverde Sintra Palácio de Seteais, dormir en un pedazo de historia
No podía haber localización más idílica que Sintra, enclave que, a menudo, envuelve sus tesoros monumentales en una densa niebla que no hace más que aumentar la magia del destino, para construir un palacio único. Un esbelto edificio mandado levantar en 1783 por el cónsul holandés Daniel Gildemeester, encargado, por decisión del Marqués de Pombal, de controlar todo el comercio de diamantes con Brasil. Fue entonces cuando el impulsor tuvo a bien construirse un lugar de recreo en el mismo enclave que ya venía siendo elegido por la realeza europea y la nobleza lusa. De los dos edificios que hoy acogen el Valverde Sintra Palácio de Seteais, él solo construiría uno de ellos: después llegaría su segundo propietario, el V Marqués de Marialva, para ampliar de modo simétrico el palacio, uniendo ambas partes por un inmenso arco dedicado a los reyes de aquel entonces, Don Juan VI y Carlota Joaquina de España.
Los 300 años que atesoran las paredes del Palácio de Seteais albergan hoy un total de 30 exclusivas habitaciones con mobiliario perteneciente a los siglos XVIII y XIX. También un exuberante jardín en el que perderse en paseos eternos, un restaurante en el que vivir experiencias culinarias excepcionales, y un spa donde dejarse mimar con tratamientos ancestrales en los que relajar cuerpo y alma. De regalo, un infinito entorno colmado de más palacios que visitar, leyendas increíbles y bodegas históricas.
2. Palais Coburg, el renacer de un tesoro
Describir este precioso hotel de lujo como un templo al hedonismo levantado sobre las murallas medievales de la ciudad de Viena ya debería de servir como suficiente reclamo para plantearse, si no la estancia en él, al menos la visita. Hablamos de un inmenso palacio neoclásico levantado a mediados del siglo XIX por la dinastía de los Sajonia-Coburgo-Gotha que, desde 2013, alberga uno de los hoteles más exclusivos de toda la capital austríaca.
Renovado en gran parte tras haber sido dejado en el olvido durante décadas, el Palais Coburg mantiene intactos muchos elementos que conforman su carácter y hablan de tiempos de esplendor del pasado, empezando por la verdadera muralla medieval de Viena, y pasando por los salones en los que sus moradores organizaron durante años conciertos privados de música clásica en los que no faltaron grandes compositores como Johan Strauss. 34 suites, dos restaurantes —uno de ellos con doble estrella Michelin—, y una de las mayores bodegas del mundo que, ubicada en las entrañas del edificio, alberga unas 60 mil botellas, completan su tentadora oferta.
3. Coolrooms Palacio de Villapanés, sevillanía palaciega
El cielo de azul intenso tan definitorio de Sevilla sirve de techo a uno de sus hoteles más icónicos: cuando se mira hacia arriba desde el patio interior del Coolrooms Palacio Villapanés 5GL, la casa-palacio que el Almirante López Pintado, marqués de Torre Blanca de Aljarafe, mandó construir en el siglo XVIII para su propio goce, todo cobra sentido. Porque, qué ciudad existe más majestuosa que Sevilla para disfrutar de la experiencia de alojarse en uno de esos palacios que tanto han sabido marcar su idiosincrasia.
En este caso, hablamos de un enclave declarado Bien de Interés Cultural desde 2009 compuesto de 50 habitaciones, 5 de ellas, suites, repartidas a lo largo y ancho de dos coquetos patios que rebosan de sevillanía. Arte contemporáneo cuelga de sus paredes y está presente también en su mobiliario, repleto de firmas de diseño de renombre, para jugar a una combinación ideal entre lo actual y el pasado, presente en los detalles barrocos del edificio. Tomar un aperitivo en su Bar Inglés, disfrutar de un festín gastro en su restaurante Los Rincones del Marqués, o tomar el sol apaciblemente en su solárium con vistas a la Giralda, son solo otros alicientes más para escaparse al paraíso.
4. Hotel Palazzo Ripetta, glamur en el corazón de Roma
Cuatro siglos abrazan este incomparable hotel 5 estrellas en la ciudad de Roma ubicado en un antiguo convento que, durante años, funcionó como orfanato. Detalles históricos que contrastan con su resplandor actual, basado, sobre todo, en los recientes trabajos de renovación liderados por la italiana Fausta Gaetani. La diseñadora supo combinar con maestría los restos del siglo XVII con atrevidos papeles pintados, detalles ornamentales de lo más singulares y el mobiliario. Hoy, las 78 habitaciones y suites del Hotel Palazzo Ripetta son un ejemplo de que, cuando se trata de hablar de lujo, el pasado no está reñido con el presente.
Llaman la atención la increíble esfera que gobierna el vestíbulo, obra del artista Arnaldo Pomodoro, pero también otras obras de la colección privada del propietario, que incluyen nombres como Andy Warhol. 78 fascinantes habitaciones y suites componen la oferta de alojamiento de este exclusivo hotel-palacio, amparado por el sello Relais & Châteaux, en el que tampoco faltan delicadas lámparas de cristal de Murano, agradables sábanas de Frette o una oferta gastronómica liderada por la cocina italiana. Ubicado en la Via di Ripetta, en el mismísimo corazón de Roma, se halla además a dos pasos de lugares tan emblemáticos como la Fontana di Trevi o el Panteón.
5. La Mamounia, elegancia y distinción en Marruecos
Es decir su nombre y que los ojos se nos abran de par en par. Imaginar adentrarnos en sus exuberantes jardines, hospedarnos en sus resplandecientes estancias, y que la emoción nos abrace bien fuerte. Al fin y al cabo, estamos hablando de La Mamounia, el hotel de lujo elegido en incontables ocasiones como uno de los mejores del mundo. ¿Acaso se puede superar eso? Y es que este antiguo palacio de la corona marroquí ubicado en el lado suroeste de la medina es todo aquello con lo que siempre habíamos soñado. El lugar, un suntuoso vergel de trece hectáreas, fue el regalo que en el siglo XVIII el sultán alauí Sidi Mohammed Ben Abdallah ofreció a uno de sus hijos, el príncipe Al Mamoun, que lo transformó en un apacible jardín para celebrar fiestas.
Fue ya en siglo XX cuando se construyó en él el edificio que albergaría el hotel, un exclusivo alojamiento que en 2023 cumplió nada menos que 100 años pero que, gracias a su preocupación por transformarse adaptándose a los tiempos, siempre ha apostado por aunar en él contemporaneidad y respeto al pasado. Una oda a la opulencia en el que hasta el más mínimo de los detalles ha sido cuidado para que los huéspedes disfruten de una estancia insuperable: sus habitaciones y suites son el sueño cumplido de todo huésped, que despertará con el apacible runrún de las fuentes repartidas por sus exuberantes jardines y continuará la experiencia dejándose mimar por su excelsa gastronomía, por la atención impoluta de su servicio, o por el esplendor de cada una de sus dependencias, trabajadas con meticulosidad por grandes artesanos del país.
6. Londra Palace, hora de soñar
Más de siglo y medio de historias, de experiencias y de apuesta por hacer felices a sus huéspedes, han convertido al Londra Palace, al amparo de Relais & Châteaux, en uno de los hoteles más especiales y representativos de la Venecia de lujo que tanto ansiamos conocer. Porque fue en 1853 cuando abrió por primera vez sus puertas —a lo largo de este tiempo, eso sí, ha contado con diversos nombres— con la clara intención de ofrecer la estancia de sus sueños a los afortunados clientes que encontraron, a solo unos pasos de la Plaza de San Marco, el lugar perfecto para relajarse y descansar.
Porque este refugio privado invita a eso: a dejarse llevar por las increíbles vistas a la laguna de Venecia que se disfrutan desde la mayor parte de sus 52 habitaciones. A dejarse conquistar por la belleza de los materiales nobles utilizados en la decoración y diseño de sus estancias, entre los que no faltan las sedas y los mármoles, las maderas preciosas o los brocados. A deleitarse con los platos que se cocinan en los fogones de su reputado restaurante y que aseguran una velada inolvidable en la que se fusionan las tradiciones pesqueras de la zona, la exótica historia comercial de esta antigua república marítima, y la cultura hortícola del Véneto.
7. Rambagh Palace, la India más romántica
El gran protagonista de una de las ciudades rajastanís más hermosas y románticas de toda India, Jaipur, luce adornado con celosías de mármol talladas a mano y balaustradas de arenisca. También alardea de contar con unos hermosos jardines mogoles que desprenden exuberancia a raudales. Hablamos del Rambagh Palace, una encantadora propiedad palaciega en la que sentirse un verdadero maharajá —y no es de extrañar, ya que hubo una época en la que funcionó como residencia de estos—. Una construcción que data del 1835 y que cuenta con, nada menos, que 78 suntuosas habitaciones en las que se han llegado a alojar personajes de la talla de Jackie Kennedy o la Reina Isabel.
Cúpulas de estilo mogol, mosaicos originales y detalles decorativos pintados a mano ponen la guinda al pastel a un alojamiento de lujo, en el que, además, darse un capricho único: degustar la cocina india más deliciosa en cualquiera de sus restaurantes. ¿Por ejemplo? En su reconocido Suvarna Mahal, que ofrece exquisitos platos de cuatro regiones diferentes de India en una ubicación sin igual, el antiguo comedor de palacio, en el que los vetustos candelabros, los frescos y los espejos añaden un toque de glamur más.
8. Çirağan Palace Kempinski, todo lo que habíamos soñado está en Turquía
¿Suites con vistas al Bósforo? Check. ¿Reminiscencias de un pasado otomano? También check. ¿Gastronomía de altura? Por supuesto, check. ¿Servicio de mayordomía 24 horas? ¡Ja! Claro que check. Porque cumplir todos los sueños en lo que al universo del hospitality se refiere es posible en el Çirağan Palace Kempinski, uno de esos exclusivos alojamientos asentados sobre un antiguo palacio que, una vez, fue residencia de sultanes. No en vano, fue el regalo que uno de ellos le brindó a su hija en pleno siglo XVII.
Ubicado en el lado europeo del Bósforo, en este oasis de lujo no faltan detalles ornamentales tan arraigados a la cultura turca que abarcan desde techos abovedados a suelos de mármol o antigüedades de un alto valor histórico. El único palacio otomano a orillas del Bósforo promete una estancia icónica que alcanza su culmen en una de las mesas que su restaurante Tuğra tiene desplegadas por su apacible terraza. Entre sus propuestas, increíbles recetas turcas que tienen la fama de ser de las mejoresque se pueden probar en todo Estambul Al amparo del sello The Leading Hotels of the World, no existe en toda la ciudad turca un lugar más icónico en el que permitirse ser feliz.