Alejandro Awada habla de las turbulencias de la vida, sus vínculos familiares y sus ganas de enamorarse: “Conozco la oscuridad”

Alejandro Awada se prepara para el estreno de Una muerte silenciosa, un atrapante thriller que protagoniza junto a Joaquín Furriel y Soledad Villamil, y que llegará a los cines el próximo 9 de enero
Alejandro Awada se prepara para el estreno de Una muerte silenciosa, un atrapante thriller que protagoniza junto a Joaquín Furriel y Soledad Villamil, y que llegará a los cines el próximo 9 de enero - Créditos: @Florencia Daniel

Desde el querido Felipe de Verdad Consecuencia, pasando por el siniestro Arquímedes Puccio, hasta el codicioso Saúl Menajem -por mencionar algunos de sus tantísimos trabajos, quizás, los más aclamados por el público-, Alejandro Awada construyó una magnífica carrera actoral pese a su extrema timidez y al mandato familiar que lo situaba dentro de la empresa textil de su padre, Abraham Awada. Tuvo una infancia plagada de temores, como el “miedo a dormir y no despertarse”, una adolescencia atravesada por una tendencia autodestructiva y una profunda soledad, y problemas de adicciones en los primeros años de su juventud. “Conozco la oscuridad” , dirá en esta entrevista con LA NACIÓN; una oscuridad que supo transformar en notables interpretaciones en cine, teatro y televisión. Y aunque es de los actores que prefieren mantener su vida privada al resguardo, sin revelar demasiados detalles, se presta a la charla con calidez y se anima a dar algunas definiciones respecto al amor, la amistad, sus vínculos familiares y el paso del tiempo.

Después de verlo este año en Transmitzvah, bajo la órdenes de Daniel Burman, Awada vuelve a la pantalla grande de la mano de Una muerte silenciosa , un atrapante thriller que protagoniza junto a Joaquín Furriel y Soledad Villamil, con dirección Sebastián Schindel, que llegará a los cines de Argentina el próximo 9 de enero .

-¿Qué fue lo que más te atrajo de este proyecto?

-El guion me pareció estupendo, ya se percibían esos espacios diseñados con silencios. Me gustó muchísimo trabajar con Sebastián Schindel, fue la primera vez, y tuve la fortuna de encontrarme con un elenco maravilloso. Cuando se está rodeado de grandes actores el trabajo es fascinante, es más fácil y se encuentran muchísimas más cosas que en otras circunstancias. Además, coincide con que admiro profundamente a los actores de esta película, entonces fue un gran placer trabajar con todos ellos.

-Sebastián Schindel contó que durante el rodaje en la Patagonia el clima fue bastante extremo.

-La película se realizó en un lugar que se llama Lago Hermoso, a 40 kilómetros de San Martín de los Andes. Nosotros vivíamos en la ciudad y viajábamos todos los días para Lago Hermoso, era una hora de viaje en la que aprovechábamos para entrar en clima y analizar lo que se venía. Hizo mucho frío, nevó casi todos los días, llovió, pero era un lugar maravilloso y ese clima nos ayudaba mucho a cada uno de nosotros, valga la redundancia, a entrar en clima para la película.

-Tu personaje, Klaus, es presentado como el villano de la historia y parece esconder un oscuro secreto. ¿Qué se aportaron mutuamente actor-personaje?

-Hay algo de Klaus en mí, o mío en Klaus, que tiene que ver con la introspección y con no hablar demasiado. Es oscuro, yo no soy oscuro, pero conozco la oscuridad , y eso fue lo que nos aportamos mutuamente. También soy reflexivo, soy de pensar las cosas, tal vez demasiado [se ríe], pero me gusta reflexionar para aprender.

En Una muerte silenciosa, Alejandro Awada interpreta a Klaus, un poderoso terrateniente que es como un padre para Octavio, el personaje de Joaquín Furriel
En Una muerte silenciosa, Alejandro Awada interpreta a Klaus, un poderoso terrateniente que es como un padre para Octavio, el personaje de Joaquín Furriel

-A lo largo de tu trayectoria interpretaste a varios villanos, personajes complejos, y has contado cómo ciertos lugares oscuros que atravesaste en tu vida te ayudaron a componer estos personajes. ¿Cómo hiciste para sacarle jugo a todo eso que viviste en beneficio de tu carrera?

-Son cosas que conozco, que me tocaron vivir, y me gustó eso que dijiste de sacarle jugo [sonríe]. Esas zonas, las que me toca cada tanto interpretar, me ayudan a componer y a realizar el trabajo.

-¿Te afecta “revivir” esas oscuridades?

-No me afecta, entro y salgo con facilidad. Lo fui aprendiendo con los años, con la experiencia. Al principio me costaba más salir, ahora puedo hacerlo sin ningún inconveniente.

-¿Te gustan más los personajes ficticios o los históricos, como fue el caso de Arquímedes Puccio y Rafael Videla?

-Me gustan los dos. Me ha ido bien con los históricos y son trabajos que disfruté mucho. Algunos, más oscuros que otros. Si es histórico, investigo sobre el personaje. Si es ficción, trabajo muy de la mano de la palabra escrita, que me invita a reflexionar y aprender. Me gusta el proceso de poco a poco ir descubriendo cómo es el personaje , me da mucho placer hacerlo. Voy descubriendo a los personajes a partir de la palabra y de lo que piensan ellos, y cuando voy descubriendo los pensamientos, me voy acercando cada vez más al personaje.

-¿A cuál le guardás más cariño?

-Recuerdo con mucho cariño a Felipe de Verdad Consecuencia, y le estoy muy agradecido a [Arquímedes] Puccio y a Saúl Menajem de Iosi, el espía arrepentido, tres personajes completamente distintos a los que quiero mucho.

Saúl Menajem, el personaje de Awada en Iosi, el espía arrepentido, es un poderoso banquero sospechado de estar involucrado en el tráfico de armas. Este rol le valió en abril del año pasado un premio Platino como Mejor interpretación masculina de reparto en serie
Saúl Menajem, el personaje de Awada en Iosi, el espía arrepentido, es un poderoso banquero sospechado de estar involucrado en el tráfico de armas. Este rol le valió en abril del año pasado un premio Platino como Mejor interpretación masculina de reparto en serie

-En octubre dijiste que hace diez meses estás sin trabajo, ¿seguís en la misma situación?

-Comienzo a ensayar en enero una obra que dirige Miguel Ángel Solá, con Clara Alonso y conmigo. Lamento mucho, me da mucha tristeza lo que está pasando con el INCAA , y quisiera, de corazón, que las autoridades reflexionen y vuelvan a subvencionar como corresponde, porque el cine argentino tiene mucho prestigio en todo el mundo. Tenemos un caudal riquísimo de técnicos, actores, productores y directores. Lo que más nos gusta es trabajar y no estamos pudiendo hacerlo.

“El teatro me salvó la vida”

-¿Cómo fue tu primer encuentro con el teatro? Has contado infinidad de veces que te salvó la vida...

-A partir de la lectura de Rayuela, mi vida cambió porque yo quería comprender y entender cómo era esa vida que creó maravillosamente Cortázar. Fue sin querer queriendo, entré a diferentes talleres, empecé a estudiar teatro y al tiempo me di cuenta de que me quería quedar ahí porque me sentía contenido, protegido, cuidado . Incluso a pesar de mi timidez, que me daba mucho gusto empezar a transitar. Al poco tiempo llegó mi primer trabajo teatral, el segundo, y así sucesivamente. Y vuelvo a repetirlo, el teatro me salvó la vida.

Aunque en ficción suele interpretar a villanos y personajes oscuros, Alejandro Awada se define como un hombre sensible
Aunque en ficción suele interpretar a villanos y personajes oscuros, Alejandro Awada se define como un hombre sensible - Créditos: @Florencia Daniel

-Antes habías intentado estudiar Ciencias Económicas en ese derrotero por seguir el mandato familiar de trabajar en la empresa textil de tu padre.

-Sí. Fueron dos años en los que estuve tres meses en una universidad, y después tres meses en otra. Esa fue toda mi experiencia universitaria. Es un papelón, pero es así, no me gustaba, no me gustaba, no me gustaba.

-Y en ese camino de descubrir tu vocación tuviste problemas de adicciones. ¿Cuándo empezaron?

-Fue durante el comienzo de mi aprendizaje como actor. Duró un par de años hasta que dejé definitivamente esas cosas. Me empecé a cuidar como corresponde y empecé a trabajar mucho. Había épocas en las que hacía dos funciones de distintas obras por día, salía corriendo de un teatro para llegar al otro. Y descubrí mi vocación, eso fue lo más maravilloso que me pasó, como trabajador y como persona .

-Además del teatro, ¿qué te ayudó a superar esos momentos?

-Fue una combinación de familia, que me ayudó mucho, terapia y teatro. Y ahí anduve, caminando.

-Contaste que estuviste más de treinta años con el mismo terapeuta...

-Sí, pero hace dos años que lo cambié [se ríe].

-¿Se puede saber por qué?

-La vida. Nos pusimos de acuerdo y al tiempo empecé con otro terapeuta.

-Duraron más que cualquier matrimonio...

-Más que cualquier matrimonio, lejos [sonríe].

Recientemente, el pasado miércoles 18, el actor celebró su cumpleaños número 63.
Recientemente, el pasado miércoles 18, el actor celebró su cumpleaños número 63. "Yo me siento joven. Insisto, soy un hombre grande, pero me siento bien, no siento el paso del tiempo", aseguró a LA NACIÓN - Créditos: @Florencia Daniel

-En 2017 estuviste internado por una neumonía grave, y años más tarde tu hija Nai contó que, además, habías sufrido una fuerte depresión, pero vos nunca hablaste de eso.

-En principio tuve una neumonía galopante y estuve internado. Al poco tiempo, sinceramente no conozco la causa, o sí, sentí una depresión profunda . Afortunadamente, gracias al psicoanálisis y a la psiquiatría salí adelante, pero no la pasé bien.

-¿Y ahora cómo estás?

-Estoy perfecto, sanito.

-Además estás comiendo sano [al momento de la entrevista, el actor almuerza una ensalada de quinoa y hojas verdes]. ¿Te estás cuidando?

-Quiero bajar la panza [dice entre risas mientras le da unas palmadas a su barriga].

“Me siento joven”

-Siempre te mostraste como una persona muy sensible, ¿qué cosas te interpelan?

-Las mujeres [hace una pausa], el cine, el teatro, la literatura y la música. Me está pasando algo... por Facebook entrás a una de las ventanitas y tienen videos de pequeños perritos callejeros rescatados, y eso me conmueve mucho y me gusta mucho. Y me conmueve ver videos de Messi.

-Claro, porque sos muy futbolero.

-Fui futbolero, pero para mí es el jugador más grande de la historia, el mejor que vi. Es impresionante, me sorprende, me gratifica y me agrada ver cómo el hombre juega al fútbol.

-¿Cuáles son tus pequeños placeres de la vida?

-Tengo un grupo de amigos muy lindo con el que me reúno todas las noches en un bar. A veces falta uno, falta el otro, pero es un plan semanal. Y decimos que es un grupo terapéutico. Después, me gusta mucho la mujer, la respeto y admiro mucho.

-¿Seguís en pareja?

-No, hace un montón que no.

-¿Tu última pareja fue Mishal Katz?

-Exacto. Mishal ahora está viviendo en Barcelona.

-¿Tenés ganas de conocer a alguien?

-Sí, tengo ganas de conocer a una mujer y enamorarme .

-¿Y de dónde surgen las citas?

-Me presentan amigos.

-¿Cómo te llevás con el paso de tiempo? ¿Pensás en la edad?

-¿Sabés que no? Soy un hombre grande pero... Alejandra Boero, una gran directora y actriz argentina, decía que cuando se es joven, se es joven para siempre. Y yo me siento joven . Insisto, soy un hombre grande, pero me siento bien, no siento el paso del tiempo... por ahora.

-¿Sentís que te queda algo pendiente?

-No, tiene que ver con lo que mencioné antes, el deseo de filmar y filmar. Trabajar cinematográficamente, teatralmente. Afortunadamente, me llegan proyectos muy valiosos. También quiero que me hija sea feliz .

-¿Cómo está ella hoy?

-La veo muy bien, trabajando como panelista y como influencer [se ríe].

-¿Te costó aceptar eso?

-No. Me costó su momento de exposición mediática , eso fue más difícil. Pero ahora la veo muy bien, trabajando con mucho gusto y queriendo trabajar cada vez más. Nai es muy talentosa, es muy buena actriz. Yo dejo que haga, voy opinando con el transcurrir de los trabajos y del tiempo. A ella le importa mi opinión y a mí me importa dársela. Desde el lugar de padre, pero también desde el lugar de colega, y nos entendemos fácilmente.

-¿Cómo es su relación actual?

-Estamos pasando por un muy buen momento. Una o dos veces por semana nos juntamos a tomar un café y charlar, nos contamos cómo estamos; yo cumplo el rol de padre y la escucho. Con Nai tenemos un muy lindo vínculo, la paso muy bien estando con ella.

Alejandro Awada junto a sus hermanos Juliana, Leila, Zoraida y Daniel, y a su madre, Pomi, en el centro
Alejandro Awada junto a sus hermanos Juliana, Leila, Zoraida y Daniel, y a su madre, Pomi, en el centro

-¿Y con Juliana, tu hermana?

-A Juliana la adoro , la quiero mucho, la admiro mucho, es una gran mujer, una excelente madre. Me compra con su sonrisa, me desarma su sonrisa y su don de gente, es muy buena persona. Estoy orgulloso de ser hermano de ella.

-¿Limaron asperezas?

-Sí. Ella nunca se ofendió, creo que comprendía mi situación. Yo no la pasaba del todo bien jugando ese juego , mucho más tratándose de mi hermana. Casi no hubo asperezas, hubo comprensión de parte de ella. Nos queremos mucho y fue muy fácil recuperar... no porque se haya ido, recuperar el cariño y el amor que le tengo.

-Alguna vez dijiste que el sistema te pide que seas exitoso, pero que vos querías ser feliz. ¿Lo lograste?

-Lo estoy logrando, día a día. Para mí, el éxito es ser un buen marido, buen padre y buen amigo. Y hacer mi trabajo lo mejor posible.