El alemán Hambalek convence en Berlín con una comedia: ¿Qué pasa si tu hija es telepática?

Berlín, 17 feb (EFE).- El alemán Frédéric Hambalek convenció este lunes en la competición de la Berlinale con 'What Marielle Knows', una comedia con apuntes de drama que provocó carcajadas en la proyección con la historia de una adolescente que tiene poderes telepáticos, lo que hace emerger los secretos de sus padres, una pareja aparentemente perfecta.

La privacidad es el punto de partida de la historia, pero a partir de ahí el director se planteó "qué le pasaría a los diferentes personajes". "¿Necesitamos secretos o no en una familia? ¿Sería tan terrible si los demás los descubrieran? Esas preguntas me las planteé pero no tengo respuestas", explicó Hambalek en rueda de prensa.

Es el segundo largometraje del realizador alemán, que empezó a pensar en este filme cuando hace unos años alguien le mostró un intercomunicador para controlar a los bebés.

"Empecé a pensar inmediatamente en el miedo a la falta de intimidad, en si los niños tiene algo de privacidad y en qué pasaría si todos los demás miembros de una familia pueden escuchar lo que tú dices", precisó.

La historia comienza cuando Marielle, una joven de unos 12 años -interpretada de forma muy convincente por Laeni Geiseler- recibe una bofetada de su mejor amiga y a partir de ese momento comienza a escuchar cada conversación de sus padres.

Desde el flirteo de su madre , Julia, con un compañero de trabajo a la cobardía de su padre, Tobias, en el trabajo, la pareja -a la que dan vida dos populares actores en Alemania, Julia Jentsch y Felix Kramer- lo niega todo y cargan la responsabilidad de lo que ocurre en su hija.

De esa forma, la película navega entre la comedia y un drama ético, porque no tiene un género definido, como apuntó el director, para quien lo esencial era encontrar el equilibrio y el tono adecuado para cada escena, sin plantearse hacia donde iba la historia.

"No sabía la dirección que tomaría la historia, al principio en algunas escenas que yo creía serias, los actores empezaban a reír", recordó Hambalek, que se mostró abierto a cualquier interpretación que se haga del filme.

Él trató de ser fiel a su idea y al mismo tiempo mostrar flexibilidad, tanto en la escritura, como en el rodaje o el montaje, para ir avanzando y encontrando elementos nuevos que añadir.

Kramer reconoció que dejó de leer el guion una primera vez y empezó de nuevo porque la historia iba de un género a otro, algo que al principio le confundió. "A menudo hablamos sobre qué genero era y yo creo que depende de cómo te sientas cada día, aunque para mí es más una comedia que un drama".

Aunque -añadió- "si piensas que es una historia sobre la confianza, es difícil considerarlo una comedia".

Tampoco Jentsch sabía qué esperar de la película tras leer el guion, lo que le pareció muy interesante. "No podía ponerle un género preciso, todo dependería de las decisiones del director (...), estaba muy interesada en ver qué pasaba".

La clave de que la película funcione, tanto para el director como para la pareja de actores, ha sido el trabajo de Geiseler, que ahora tiene 14 años y empezó en la interpretación a los 7.

"Empecé con cuatro años porque mi hermano hacía musicales y mi hermano y yo hicimos musicales durante 10 años. Y mi madre me inscribió en una agencia y a los 7 empecé a hacer trabajos en cine. Es mi vida y quiero hacerlo para siempre", afirmó con soltura.

Una película que también lanza una advertencia sobre la frialdad del mundo moderno, reflejada en la estética del filme.

"El ambiente estéril de la película es como es el mundo, lugares abiertos, elegantes y transparentes, todo parece así ahora, las oficinas, las casas..", señaló Hambalek, que también eligió que los personajes se tocaran poco, algo que, reconoció, quizás es más habitual en la cultura alemana que en otros países.

Alicia García de Francisco

(c) Agencia EFE