La clave para tu bienestar: la amabilidad de los extraños

Cuando hablamos de bienestar, nos referimos al conjunto de cosas necesarias para vivir bien y sentirnos tranquilos. Así, el bienestar llegaría después de tener techo, comida y seguridad, y aunque muchos creen que haría falta además tener una pareja y seres queridos, sería la amabilidad de los extraños una de las claves para alcanzarlo.

Prestar atención a los pequeños actos de amabilidad, nos haría más conscientes del amor. Foto: Getty Images
Prestar atención a los pequeños actos de amabilidad, nos haría más conscientes del amor. Foto: Getty Images

De acuerdo con un grupo de investigadores de Penn Medicine, en EEUU, el experimentar pequeños gestos de amabilidad de parte de extraños sería más poderoso para nuestro estado de bienestar que el tener una pareja que nos ame. Cabe mencionar que ‘extraños’, engloba a desconocidos, compañeros de trabajo y amigos no cercanos.

Lo que encontraron es que, el hecho de que a lo largo del día alguien te pregunte cómo estás, te abra la puerta, te ayude o te mande un mensaje amoroso, despierta en nosotros sentimientos de amor que serían más poderosos que solo tener un canal de amor de una persona, como una pareja.

Y es que las personas que reunieron para el estudio, reportaron un aumento de su estado de bienestar a lo largo del día cuanto más de estos actos de amabilidad de ‘extraños’ experimentaban.

¿Por qué ocurriría esto? La Doctora Zita Oravecz, coautora del estudio, sugiere que se parece a lo que la literatura del mindfulness recoge en relación a la atención. Esto es que cuando una persona enfoca su atención en cosas positivas, su conciencia general de estos pensamientos aumenta.

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Pero además recalca que estos actos, al ser inesperados, en momentos aleatorios y venir de diferentes personas, serían más poderosos que el amor de una sola persona hacia nosotros.

“Al prestar atención a esos momentos de todos los días, también aumentaríamos nuestra conciencia de los aspectos generales de amor en nuestras vidas diarias”, comenta.

En pocas palabras, al ser más conscientes del amor que sentimos cada día aumentaríamos el nivel de amor que sentimos durante más tiempo, incrementando nuestro bienestar.

Pero ser amables con extraños también nos ayudaría

Si recibir actos generosos de extraños nos hace sentir bien, generarlos también mejoraría nuestro bienestar, que fue lo que concluyó un pequeño estudio realizado por investigadores de Oxford junto con la plataforma Kindness.org.

En él, le pidieron a un grupo de personas realizar diferentes actos generosos a extraños o seres queridos durante siete días. Lo que encontraron al término del tiempo fue que las personas se sentían más felices, más satisfechas con su vida, más compasivas, confiables, positivas con la humanidad y con mejores conexiones sociales.

Presenciar actos de amabilidad también nos haría más cooperativos y compasivos. Foto: Getty Images
Presenciar actos de amabilidad también nos haría más cooperativos y compasivos. Foto: Getty Images

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Y aunque parezca extraño, el presenciar actos de generosidad entre otros, también nos ayudaría, es decir, que esa felicidad y bienestar serían contagiosos. Esto lo concluyó otro estudio que expuso a un grupo de personas a actos generosos que les conmovieron.

Es decir, que cuando nos exponemos a experiencias amables que nos conmueven, también respondemos a ellas, volviéndonos más pro-sociales y aumentando las posibilidades de que seamos cooperativos y amables con los demás.

Sin embargo, también encontraron que esto dependería de nuestras expectativas de las personas, ya que un cínico que no cree en un acto desinteresado, no se verá conmovido ni afectado por ello. Esto nos regresa a lo que la Doctora Oravecz mencionó en relación a la atención: si somos conscientes de la amabilidad y del amor que recibimos y presenciamos, lo experimentaríamos más.

Y es que sentirnos bien no es lo único que nos provoca la amabilidad, pues también se relaciona con una reducción de problemas cardíacos, depresión y riesgo de desarrollar cáncer.

@travesabarros