Hollywood demuestra que no ha entendido nada del éxito de ‘Barbie’

Barbie se ha convertido en el fenómeno cinematográfico del 2023. La película de Greta Gerwig con Margot Robbie y Ryan Gosling ha desatado un tsunami rosa en los cines ante una expectación que hacía años que no veíamos, logrando convertirse en el estreno más taquillero del verano, en la primera película dirigida por una mujer en sobrepasar la barrera de los 1.000 millones de dólares o en uno de los títulos que más han conducido la conversación social de la temporada.

Como es obvio, Hollywood no se iba a quedar de brazos cruzados y no iba a tardar en buscar nuevas fórmulas de explotar este éxito. Desde el estreno de Barbie, no han parado de llegar noticias de que los estudios desarrollarán nuevas películas basadas en otros reconocidos juguetes de Mattel u otras marcas o de que recuperarán proyectos similares paralizados, como el caso de Metro Goldwyn Mayer, que continuará con la adaptación de Polly Pocket anunciada en 2021 con Lena Dunham en la dirección y Lilly Collins como protagonista.

También lo hemos visto con los Hot Wheels, los coches de Mattel que llevaban varios años en el limbo con un proyecto producido por J.J. Abrams y que ahora, tras el éxito de Barbie, se han convertido en una prioridad para Warner. De hecho, según informa The Hollywood Reporter, la película no tendría ni guion y el estudio ya está en conversaciones con directores para llevarla a la gran pantalla. Además, aunque no hayan salido noticias al respecto, es de esperar que otros titanes de Hollywood como Universal o Skydance, que tienen en su propiedad los derechos de juguetes como los Rock 'Em Sock 'Em Robots o los Matchbox, estén también manos a la obra.

Sin embargo, toda esta estrategia de exprimir el buen desempeño de Barbie con más películas de juguetes resulta bastante absurda, porque la clave del éxito de la muñeca de Mattel no se limita solamente al valor de la marca. De hecho, es posiblemente uno de los factores que menos peso han jugado para que se haya consolidado como el fenómeno cinematográfico de 2023.

Creo que la clave del éxito de Barbie se encuentra en cómo ha roto estereotipos en Hollywood. En un panorama audiovisual donde estamos acostumbrados a franquicias clónicas estancadas en los mismos esquemas, ha sido un soplo de aire fresco ver una producción que desafía las convenciones de la industria con ideas que siempre buscan ser rompedoras, divertidas y reivindicativas, sin límites de ningún tipo.

A título personal, creo que la película no funciona en muchas de sus ideas, pero es de agradecer ver una cinta comercial que se lanza a experimentar sin miedo, porque, aunque uno no salga 100% convencido del cine, al menos lo hace con la sensación de haber visto un producto único en su especie. Y en esto, que Warner supo trasladar a la perfección a la campaña de marketing, ha tenido mucho que ver con el contar con nuevas voces de Hollywood como Greta Gerwig, no tanto con el universo de Barbie ni de Mattel.

Se entiende que con Mattel en boca de todos sea una ocasión perfecta para lanzar otras franquicias de la marca, como bien os hablábamos al analizar la cancelación de He-Man por parte de Netflix. Pero esto supone caer de nuevo en la monotonía de sagas y secuelas, con títulos que, de primeras, difícilmente apuntan a alcanzar lo logrado por Barbie. ¿En qué podría diferenciarse la película de Polly Pocket del trabajo de Greta Gerwig?, ¿Qué aportarían los Hot Wheels a un género como el de las carreras de acción tan explotado en sagas como Rápidos y Furiosos? ¿No terminaríamos saturados de tanta películas de juguetes?

No es solo un punto de vista personal, puesto que desde la misma industria hay voces que señalan el tremendo error de buscar un nuevo camino hacia el éxito desde este enfoque. Desde The Hollywood Reporter, al analizar este fenómeno de futuras películas de Mattel, se hacen eco de declaraciones de productores especializados en la capitalización de juguetes que destacan el tremendo error de este enfoque. “Si alguien está viendo Barbie, se pregunta por qué funcionó la película y piensa que es por un juguete, se está llevando la lección equivocada”, destacaba un productor anónimo al medio.

Parece claro que el fenómeno de Barbie es difícil de repetir, pero en el que caso de querer acercarse mínimamente a él, tal vez el proceso creativo debería pasar por buscar ideas nuevas, tratar de romper esquemas y apostar por nuevas voces que marquen la diferencia, no por crear franquicias de juguetes que ni tienen el mismo calado social ni las mismas posibilidades cinematográficas.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine 54.

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