Un fracaso de Johnny Depp se saldó con una de las mayores injusticias de Hollywood

Johnny Depp y Armie Hammer en el póster de 'El llanero solitario' de Gore Verbinski (Foto: Disney)
Johnny Depp y Armie Hammer en el póster de 'El llanero solitario' de Gore Verbinski (Foto: Disney)

Crear una de las sagas más exitosas del cine te eleva fácilmente al olimpo de Hollywood, como bien le ocurrió a George Lucas con Star Wars, a Steven Spielberg con Indiana Jones, a Francis Ford Coppola con El padrino o a James Cameron con Terminator, entre muchos otros. Sin embargo, a veces la industria es cruel, y dar a un estudio uno de sus mayores activos no siempre es sinónimo de permanecer en la cima, sobre todo si el director en cuestión tiene algún tropezón o no se adapta a las ideas preconcebidas que se tienen de él.

Esto es justo lo que le ocurrió a Gore Verbinski, el director de Piratas del Caribe a quien también debemos títulos como el clásico de terror The Ring o la oscarizada Rango. Con el estreno de la multimillonaria saga protagonizada por Johnny Depp, Orlando Bloom y Keira Knightley, obtuvo unos estimables 654,2 millones de dólares para las arcas de Disney en 2003, cifra que fue en aumento con sus secuelas hasta el punto de superar la barrera de los mil millones de dólares y dejar beneficios estratosféricos para la casa Mouse. Pero esta alegría por el buen hacer del director no se extendió por demasiado tiempo.

Era obvio que, con los millones obtenidos por las aventuras de Jack Sparrow, Disney iba a confiar en Verbinski y darle carta blanca para realizar más proyectos. Así, tras cerrar la primera trilogía de Piratas del Caribe con En el fin del mundo en 2007, se le encomendó la tarea de traer de vuelta El Llanero Solitario, el western surgido como serie radiofónica en los años '30 y que dos décadas más tarde dio juego a una de las ficciones televisivas más míticas de todos los tiempos con Clayton Moore y John Hart en el papel de un jinete enmascarado clamando justicia en el salvaje oeste.

No era tarea fácil. El western no estaba a la orden del día y la nostalgia por el personaje era nula tantos años después. Sin embargo, dado que Verbinski sacó oro de un género olvidado como el de las aventuras de piratas, vieron en el proyecto una oportunidad para obtener otra franquicia de éxito. De hecho, se rodearon del mismo equipo de Piratas del Caribe, como el productor Jerry Bruckheimer, los guionistas Ted Elliot y Terry Rossio y del mismísimo Johnny Depp, quien dio vida al nativo americano que acompañaba al Llanero Solitario, interpretado por Armie Hammer. Pero nada funcionó como cabía esperar.

La película sufrió problemas de producción desde casi su inicio, sobre todo en lo relativo al presupuesto y a la ambición tan desmesurada de Gore Verbinski. Querer hacer Piratas del Caribe en el salvaje oeste requería de un desembolso demasiado elevado para una cinta que no tenía el éxito asegurado, lo que empezó a inquietar a Disney, paralizó el proyecto en más de una ocasión, generó mala prensa y derivó a que parte de sus responsables tuvieran que reducir su salario para mantenerlo flote. Además, que Johnny Depp fuera a interpretar a un nativo americano sin tener relación alguna con su cultura también fue fruto de polémicas.

Así lo reflejaron medios como The Hollywood Reporter en 2011, donde fuentes anónimas del estudio apuntaban a la nula confianza en un género como el western y a la poca colaboración del director para dejar de lado su ambición para El llanero solitario. “Gore no quiere ceder en lo que cree que necesita una película como esta”, se señalaba desde el mencionado medio. Y las preocupaciones no iban desencaminadas, porque el presupuesto terminó disparado hasta los 215 millones de dólares, la crítica la destrozó y en taquilla se convirtió en uno de los mayores fracasos históricos de Disney, Verbinski y Johnny Depp con una recaudación total de 260,5 millones de dólares.

(left to right) Jerry Bruckheimer, Johnny Depp and Gore Verbinski arriving at the UK Premiere of The Lone Ranger, at the Odeon West End cinema in London.   (Photo by Dominic Lipinski/PA Images via Getty Images)
(left to right) Jerry Bruckheimer, Johnny Depp and Gore Verbinski arriving at the UK Premiere of The Lone Ranger, at the Odeon West End cinema in London. (Photo by Dominic Lipinski/PA Images via Getty Images)

Sin embargo, personalmente, lo considero injusto. Creo que toda la mala prensa de sus problemas de producción fue clave para que el interés en la película se diluyera, porque al fin y al cabo el resultado fue idéntico al de una película de Piratas del Caribe, con escenas de acción del mismo calibre y con un sentido de la aventura y la épica muy reivindicable. De hecho, mucho más que en las dos últimas aventuras de Jack Sparrow en las que Gore Verbinski no tuvo nada que ver.

Además, pienso que las críticas se excedieron resaltando sus carencias, porque, por muchas que pudiera tener -como la nula química entre Armie Hammer y Johnny Depp, su excesivo metraje, el irse por las ramas con la trama o pecar de grandilocuencia extrema- eran prácticamente las mismas que ya tuvieron las secuelas de Piratas del Caribe para las que pocos afilaron tanto la guadaña años atrás.

Pero, más allá de que la película pudiera gustar o no, lo que sí me parece una injusticia tremenda es cómo este trabajo condenó para siempre la carrera de Gore Verbinski. Si nos fijamos en su filmografía, ningún estudio le volvió a confiar un gran proyecto tras El llanero solitario. Solo 20th Century Fox accedió a producirle una película de terror de bajo presupuesto como La cura siniestra en 2016. Y tras este trabajo, que tampoco convenció a crítica y público y solo recaudó 26 millones ante un reducido coste de 40, se desvaneció por completo de Hollywood.

Y no hablamos de alguien cualquiera, sino que estamos ante el director que nos aterrorizó como pocos con su remake de The Ring, que creó una de las sagas más prolíferas de todos los tiempos con Piratas del Caribe y que despuntó en la animación con una cinta adulta tan disfrutable como Rango, con la que además ganó el Óscar.

Es cierto que El llanero solitario fue un tropezón mayúsculo y su extrema ambición tuvo mucho que ver en su descalabro económico, pero si te piden convertir la película en el nuevo Piratas del Caribe y para ello exiges tener los mismos recursos para tener un resultado de altura, es inmerecido que Hollywood le cargara con toda la culpa.

En 2017, durante una de las últimas entrevista que ofreció tras La cura siniestra para Los Angeles Times, reflexionó sobre cómo le afectó este fracaso, las malas críticas y la pesadumbre que dejó en él la industria. “Lo peor pasó en el tour de prensa”, señalaba sobre lo duro que fue enfrentarse a la promoción de El llanero solitario conociendo las malas reacciones y que el proyecto estaba abocado al fracaso. "Vives por la espada, lo sabes", continuaba “Va a suceder. Y no es por ser positivo, pero te vuelves a subir al caballo. Se trata del trabajo. Cuando tengas una historia que quieras contar, sabrás cómo hacerla, incluso si tiene que ser con títeres de calcetines”.

Verbinski, que también hablaba de cómo el hackeo a Sony en 2014 por The Interview le canceló una película en proyecto sobre Corea del Norte, detalló que tras esta experiencia no tenía un deseo ardiente de regresar a las altas esferas de la industria, aunque sí matizaba que tenía en mente varios proyectos que le gustaría llevar a cabo, dos largometrajes en acción real y otros dos de animación. Sin embargo, bastantes años después, no hemos vuelto a ver ninguna película suya desfilar por nuestras pantallas ni noticia alguna de su regreso a Hollywood. Y como digo, es una verdadera injusticia que alguien que fue uno de los directores más prolíferos de la industria, que aportó tanto al cine comercial y nos dejó una de nuestras sagas favoritas de aventuras, esté desaparecido en combate.

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