La vez que Arnold Schwarzenegger se enfrentó a un golpe de estado militar para rodar uno de sus clásicos
La estrella de 'Terminator' se dio de bruces con un sombrío acontecimiento histórico en pleno rodaje de 'Conan el bárbaro' en España
Conan el bárbaro supuso el salto al estrellato de Arnold Schwarzenegger, que tras dejar de lado el culturismo pasó a ser una de las personalidades más admiradas de Hollywood. Las aventuras de este guerrero, que se embarcaba en una odisea repleta de magia y criaturas fantásticas para vengar la muerte de su familia, dejaron ver al mundo su carisma para la acción, lo que le impulsó a roles tan míticos como los de Terminator, Comando, Depredador, El sobreviviente o El vengador del futuro, entre muchos otros.
Pero esta primera gran aventura en la meca del cine no estuvo exenta de contratiempos, ya que el rodaje, que se tuvo que trasladar a Europa para ahorrar costes y aprovechar su belleza medieval, se dio de bruces con la crisis política de un país. Más en concreto, con un intento de golpe de estado que, en medio de una incertidumbre que nadie sabía les obligó a paralizar las grabaciones y por el que todo el equipo se vio retenido por las autoridades militares del lugar.
Debemos trasladarnos a España, un país que acababa de vivir una dictadura de casi 40 años. En aquel periodo de represión y terror, la necesidad del régimen, a cargo del dictador Francisco Franco, de abrirse al exterior y simular una imagen de bonanza, motivó a incentivar rodajes internacionales en el territorio. Grandes clásicos de Hollywood, atraídos por las facilidades económicas y los grandes parajes del país, no dudaron en grabar allí, como fue el caso de Rey de Reyes, Espartaco, La caída del imperio romano o 55 días en Pekín.
Entrados ya en los 80, con el país inmerso en un periodo de transición democrática, el grabar allí se volvía más tentador. Seguía siendo barato, desaparecían restricciones y el ambiente era más positivo. Esta es la razón por la que Dino DeLaurentiis, mítico productor tras Conan el bárbaro , optó por trasladar la producción de este clásico de Schwarzenegger a España en 1981. Aunque, en aquellos tiempos en los que los resquicios de la dictadura aún estaban presentes, apareció un contratiempo con el que no contaron.
Las grabaciones tuvieron lugar en diferentes puntos de la geografía española, como el desierto de Tabernas, en Almería, un mítico lugar donde se han rodado grandes producciones como El bueno, el malo y el feo, Lawrence de Arabia, Éxodo: Dioses y Reyes, Indiana Jones y la última cruzada o el cortometraje western de Almodóvar con Pedro Pascal e Ethan Hawke. Otro de los escenarios elegidos fue la sierra de Guadarrama, entre Madrid y Segovia, donde títulos como Cruzada o La caída del imperio romano también usaron muchos de sus bosques, ríos, parajes nevados o cimas escarpadas para ambientar sus escenas.
Tanques y militares desataron el desconcierto
Fue en este último lugar cuando el equipo de Conan el bárbaro se dio de bruces con una realidad inesperada: Con todos los alrededores repletos de tanques de combate y con la Guardia Civil, el cuerpo militar de seguridad pública de España, paralizando la producción e impidiéndoles continuar el rodaje. Y es que en Madrid, sin que ellos tuvieran idea alguna de las tensiones políticas latentes en el país, los militares habían asaltado el Congreso en un intento de hacerse con el control de la nación a la fuerza.
El golpe, orquestado por el guardia civil Antonio Tejero el 23 de febrero de 1981, fracasó, pero el desconcierto se apoderó tanto de España como de Arnold Schwarzenegger y sus compañeros de Conan. "Mientras estábamos filmando esta escena, hubo un intento de golpe por parte de la Guardia Civil. La Guerra Civil casi empieza de nuevo", destacó el director John Milius en el DVD de Conan el bárbaro (a través de El País) en referencia al prólogo de la película, que corresponde a las secuencias en la nieve que rodaron en esta zona de montaña. “Lo recuerdo perfectamente, ¡había tanques por las calles!”, añadía Schwarzenegger.
Medios españoles como ABC reportaron que un grupo de guardias civiles, cuando el equipo de Conan estaba ya en el set trabajando, no estaban por la labor que un grupo de extranjeros con armas medievales, hombres forzudos y toda la utilería propia de una producción de Hollywood, anduviera a sus anchas tan cerca de Madrid, donde estaba teniendo lugar el golpe de estado. Los agentes se trasladaron hasta la sierra de Guadarrama, clausuraron la producción y estuvieron vigilando durante horas, hasta que la situación en Madrid comenzó a relajarse.
Tras el fracaso de esta toma forzosa del poder, la película pudo continuar sus labores sin ningún otro contratiempo mayor. La producción en España llegó a buen término, estrenaron en cines un año más tarde y el éxito acompañó tanto a Conan, que disfrutó de una secuela, un spin-off y hasta un remake décadas más tarde; como a Schwarzenegger, que vio como este clásico, que sin quererlo les involucró en una crisis política de un país extranjero, le consolidó como una de las mayores estrellas del cine de acción.
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