La ausencia de Joaquín Prat en Telecinco tiene una clara lectura

Este lunes, Telecinco amanecía con una gran ausencia en su plantilla. Joaquín Prat no se coló en nuestras casas a través de El programa de Ana Rosa ni de Ya es mediodía, como es lo habitual. Podría tratarse de unas vacaciones al uso, o una baja por enfermedad como otra cualquiera. Pero no parece que sea el caso; es más, su desaparición tiene, al menos, para mí, una lectura muy clara, y es que lleva demasiado peso su espalda en la programación matinal de la cadena.

La encargada de aclarar qué es lo que estaba pasando fue la propia Ana Rosa Quintana, presentadora del magacín que lleva su nombre, y que además es la presidenta de Unicorn Content, la productora de ambos espacios. “Y ahora les dejamos con Ya es mediodía. Se habrán dado cuenta ustedes que Joaquín Prat se ha cogido unos diítas”, apuntó, dejando claro que su compañero “necesitaba descansar” y que son unas jornadas “muy merecidas”. Además, añadió que Ya es mediodía estaría presentado por Verónica Dulanto, algo que resultaba novedoso, pues hasta ahora el sustituto, por así decirlo, oficial de Prat era Miquel Valls.

Ese cambio de presentador es lo que me proyectaba la sensación de que había algo de improvisación, que lo de Joaquín no eras unas vacaciones al uso. No se despidió de la audiencia como hace en otras ocasiones, no se ha preparado a su habitual suplente, se ha tendido que dar explicaciones de su ausencia.

Hay que recordar que Joaquín ya ha tenido las vacaciones de este año, durante el mes de agosto. Pero es que cuando se reincorporó en septiembre, lo hizo a lo grande. Con doblete. Presentando El programa de Ana Rosa en primer lugar, y justo después, Ya es mediodía. Vaya, que es que este hombre se ha ganado por derecho el título de rey de las mañanas con la fuerza que nadie se lo había currado. Las mañanas de Telecinco son de Joaquín, por más que Ana Rosa ya esté bien de su enfermedad y haya vuelto al trabajo, nos acompaña un porrón de horas.

GUÍA | Los pasos que tienes que seguir para poder ver un tuit no disponible por tus preferencias de privacidad

Y he ahí la cuestión. Que me pongo en sus zapatos y pienso que es lo más lógico del mundo que esté agotado. Y que tenga que pedirse días de descanso porque no pueda más. Las vacaciones de agosto pueden parecer más que lejanas cuando alguien que lleva su ritmo. Y eso que, como quien dice, está empezando en esta aventura de hacer doblete y es cuando más fresco debería estar.

Recordemos que hasta hace unos meses, Joaquín presentaba El programa de Ana Rosa por la mañana, y por las tardes estaba en Cuatro al día, en Cuatro. Un programa que le endosaron como un encargo y que al principio le disgustaba, pero que según él mismo dijo, terminó siendo el mejor regalo que había dado la vida.

Cuando Sonsoles Ónega anunció su marcha Atresmedia, Mediaset le propuso tomar su testigo y ponerse él al frente de Ya es mediodía, y dejando Cuatro al día para Ana Terradillos. Fue una oferta muy apresurada, su incorporación se cerró en una de las pausas comerciales de Cuatro al día, de hecho, y dijo que sí. ¿Porque le apetecía, porque no supo negarse? ¡Ah, quién lo sabrá!

De esos polvos vienen estos lodos; esa es la historia por la que Joaquín enlaza un programa con otro, a veces de forma casi hilarante. Como espectador, te da la sensación de que casi se da paso a sí mismo. No descansa, su jornada parece una maratón. Cierto es que en El programa de Ana Rosa no está todos y cada uno de los minutos en pantalla, tiene sus secciones propias, pero no por ello deja de tener su importancia y su peso en el desarrollo del magacín.

Un viejo refrán dice que quien mucho abarca, poco aprieta. No creo que sea el caso exacto de Joaquín, porque nunca ha bajado el listón. Pero sí que ha cogido muchas horas de televisión en directo y al final ha tenido que hacer una pausa con la que nadie contaba. Quién sabe si después de este paréntesis, el rumbo de Joaquín cambia de alguna manera dentro del universo de Mediaset.

Más historias que podrían interesarte:

• Hay mucho morbo detrás del último fichaje de 'Y ahora, Sonsoles'

• La actitud de Luján Argüelles no fue soberbia es saber poner límites

• La estrategia de TVE con el Benidorm Fest es cada día más desconcertante