Tepache, licor de jobito y más fermentos mexicanos que dan un giro a las bebidas con alcohol

El pulque y el mezcal son de las más conocidas, pero hay mucho más variedad de bebidas alcohólicas en México.

Tepache

Comenzamos con una de las más populares y conocidas del país. Nace de la fermentación de la piña endulzada con piloncillo, aunque hay variaciones con maíz, que serían más rituales. También se puede llegar a hacer con otras frutas, como guayaba, manzana o tuna. Su preparación suele tomar unos cinco días, pero si se pasa se convierte en vinagre. Eso sí, tiene un grado de alcohol relativamente bajo.

El tepache es uno de los fermentados más conocidos en México, y suele hacerse con piña. Foto: Getty Images
El tepache es uno de los fermentados más conocidos en México, y suele hacerse con piña. Foto: Getty Images

Licor de jobito

En San Luis Potosí se prepara esta otra bebida, a partir de la fruta que le da su nombre. Estas son similares a las ciruelas, pero con un sabor más agrio. Se maceran en aguardiente con azúcar y piloncillo. También se puede encontrar en Hidalgo y Veracruz. No hay muchas variantes de esta bebida, más que servirla con o sin la pulpa de la fruta.

Tesgüino

Esta bebida prehispánica es más común en los pueblos del noroeste de México, y suele servirse fría. Para prepararla se deja germinar el maíz en la oscuridad, para después molerlo, hervirlo y dejarlo fermentar junto con raíces, hierbas y hasta cortezas de árbol durante 24 horas. Se puede endulzar con piloncillo. Eso sí, hay que tomarlo en poco tiempo, de lo contrario se echa perder.

Colonche

En San Luis Potosí las tunas rojas suelen fermentarse al sol de las mañanas para crear esta bebida. Tras las primeras horas, se separa la miel de las semillas para dejarlo entre dos y tres días. Tiene un sabor amargo, pues una vez listo se le agrega una hierba para cortar la fermentación. En el pasado se consideraba una bebida ritual para las cosechas, por lo que es común consumirla en septiembre y agosto.

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Torito

Se trata de una bebida refrescante originaria del estado de Veracruz. Hay de muchos sabores, pues básicamente se trata de mezclar alcohol de caña con leche y extracto de frutas, como guanábana. Pero también hay versiones de cacahuate. Esta sí puede ser bastante fuerte, por lo que hay que tomarla con mucha precaución

Charagua

Es un tipo de pulque, pero al que se le agrega chile colorado y hojas de maíz tostadas. Es más común que se prepare para uso casero, aunque también se utilizaría en algunos rituales, en el estado de Tlaxcala, como recoge la revista México Desconocido.

Acachul

Originario del estado de Puebla, también se le llega a conocer como vino de acachul y consiste en fermentar las frutillas que le dan nombre, y que son similares a las uvas, en aguardiente de caña. Aunque es relativamente sencilla de hacer, es más común encontrarla durante las fiestas de la Huasteca. Es de invención relativamente reciente, poco más de 100 años, pero ya es toda una tradición. Suele tener unos 10 grados de alcohol.

Chilocle o Chiloctli

Dependiendo del estado recibe uno de los dos nombres anteriores: chilocle en Guerrero y chiloctli en Puebla, Tlaxcala y el Estado de México. Es parecida a la charagua, pues es también un pulque, pero en este caso fermentado con chile ancho, epazote, sal y ajo.

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Pitarrilla

Común en Yucatán y Chiapas, esta bebida se prepara a partir de la corteza de árbol Balché. Esta se pone a secar al sol para después fermentarla con miel y agua por unos días.

@travesabarros