Arándano, el rey de los antioxidantes

En algunos países, especialmente los anglosajones, consumir zumo de arándanos es casi una tradición.

En el mío, Argentina, no; pero hace un tiempo que se han puesto de moda y es habitual encontrarlos en los supermercados.

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Según los estándares de la Food and Drug Administración (FDA) de los Estados Unidos, el valor nutricional del arándano se resume como entre bajo y libre de grasas y sodio, libre de colesterol y rico en fibras, refrescante, tónico, astringente, diurético y con vitamina C; además de poseer ácido hipúrico, lo que determina que sea una fruta con muchas características deseables desde el punto de vista nutricional, y ocupa el puesto número uno entre frutas y verduras como antioxidante.

¿Qué es un antioxidante? Es una molécula capaz de retrasar la oxidación, una reacción química responsable de la creación de radicales libres, responsables de las reacciones en cadena que dañan las estructuras celulares. Este deterioro puede llevar a un sinúmero de enfermedades.

En la naturaleza existen varias verduras y frutas con propiedades antioxidantes, como el ajo, el tomate o el coliflor, por citar algunos, pero los arándanos ocupan el primer puesto y se los ha llamado "la superfruta del siglo XXI".

Según el sitio de nutrición Alimentación Sana "El pigmento que le confiere el color azul al fruto (la anthocianina) interviene en el metabolismo celular humano disminuyendo la acción de los radicales libres, asociados al envejecimiento, al cáncer, a las enfermedades cardíacas y al Alzheimer". Incluso son útiles para aumentar el HDL (colesterol bueno).

En la industria farmacéutica se los utiliza como componente en antibióticos, y en medicamentos para combatir la diabetes, cuadros diarreicos y patologías de la visión.

Se utilizan las hojas, en tisanas, para algunos cuadros, o el fruto, para otros. Los hay negros y rojos, y se pueden usar licuados, como bebida, o incluirlos en preparaciones como salsas, postres, e incluso añadirlos a las ensaladas.

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