¿Existe el amor a primera vista?

Hace un tiempo escribí un blog sobre la tormenta de procesos químicos que se desatan en el cuerpo cuando sentimos una fuerte atracción hacia alguien.

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Queda claro que los seres humanos, de acuerdo con las neurociencias, somos un compuesto muy complejo relacionado con química, física y biología; cuyas reacciones han sido analizadas en diversos estudios, algunos que, incluso, se dirigen hacia el olfato y las feromonas. Esta reacción puede suceder “a primera vista”, y puede que nosotras creamos que es amor.

Esta situación conlleva ciertos riesgos. No por el proceso químico en sí mismo, sino por la manera en que "leemos" -decodificamos- lo que nos está sucediendo.

“Cuando alguien va caminando en la calle y ve a otra persona que lo atrae -explica la psicoterapeuta gestalt Renatta Arrazola Lara en Sumedico.com-, y siente un flechazo, no se trata de amor, sino de atracción física, la cual, definitivamente sí existe a primera vista. Esa atracción es algo que tiene que ver con feromonas, y hasta con una idea de lo que consideras es belleza o galanura, y de ahí viene el impacto y las reacciones de sudor, palpitación, nerviosismo, mariposas en el estómago, consecuencias físicas.”

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Para la especialista, el amor es un asunto muy distinto: se cultiva, se "riega", y va creciendo con el tiempo si el terreno es fértil, pero de "primeras vistas" nada.

“El amor va creciendo gradualmente -dice- y esto es algo que tiene que ver con la reciprocidad, principalmente sobre cómo te trata la otra persona; es algo muy subjetivo también, y no es posible contradecir a una persona que considera lo que siente como amor. Puede haber una atracción física muy fuerte, con mucha química, pero si la otra persona, por ejemplo, ejerce cierto maltrato psicológico, nos cuestionamos cómo puede ser amor si no hay reciprocidad.”

En esa confusión, entonces, el riesgo caer en ciertas codependencias, en las que hay sufrimiento, pero como hubo química y existió aquel momento mágico, la persona se engancha y se considera "enamorada".

Cuando hay mucha "química" se despierta una fuerte relación pasional con pensamientos obsesivos sobre el objeto de atracción. Esta sensación es tan poderosa que podemos legar a sentir como si estuviésemos dentro de una nube. Nos ponemos poco reflexivos y bajamos las defensas.

La pregunta es cómo evitar caer en esa suerte de pérdida de identidad, en la que lo único que deseamos es fundirnos con el otro. Arrazola explica que lo mejor es "andar con pies de plomo. Reconocer el gusto por la química y la pasión pero darse tiempo antes de involucrarse en un proyecto de pareja.

“Si la relación llega a ser madura, plena y satisfactoria, va a aportar felicidad y va a permitir a alguien seguir caminando en pareja y afrontar los retos de la vida diaria. Pero si es al contrario, entonces las áreas de su vida se desmoronan, hay mucho en riesgo. Lo importante es estar alerta a cómo te trata la otra persona día a día.”

Yo agregaría -y solo lo digo por experiencia propia- que hay que tratar de evitar catalogar lo que sentimos como "amor", aunque por momentos la atracción sea tan fuerte que nos arrastre a creer eso.

El amor, creo yo, es una construcción de a dos que necesita de cimientos fuertes para perdurar.

¿Tú qué crees?

En Twitter @aleherren

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