Los límites éticos del amor

¿Está bien o está mal tener un romance con el médico personal o con el psicólogo?

"Creo que me enamoré de mi terapeuta -confiesa Carla en un blog-. ¿Qué debo hacer? ¿Le doy rienda suelta a lo que siento?"

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El psicólogo estadounidense John Grohol, de la Nova Southeastern University, explica claramente lo siguiente:

"La teoría psicodinámica sugiere que la razón por la que mucha gente se enamora de su terapeuta es porque están repitiendo patrones emocionales que experimentaron como hijos hacia sus padres. Este comportamiento y un conjunto de sentimientos fue descrita por primera vez por Sigmund Freud, quien acuñó el término "transferencia" para describirlo. Descubrió la transferencia después de observar que muchos de sus pacientes, en su mayoría mujeres, le describían sus sentimientos románticos hacia él."

Aunque Grohol propone a la "enamorada" que charle sobre el tema con su terapeuta, aclara muy firmemente algo que forma parte de los códigos de ética profesionales de terapeutas, psicólogos, médicos y psiquiatras: "Si un terapeuta devuelve esos sentimientos de amor al paciente, en cualquiera de sus formas, es una violación de la relación terapéutica profesional y ética. Se supone que los profesionales están capacitados para hacer frente a sus propios procesos de 'contra-transferencia'. En la mayor parte de los países, una relación romántica entre un cliente y su terapeuta se considera inmoral y prohibida, y si esto sucede la relación paciente-terapeuta debe darse por terminada."

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Así que tener sentimientos de amor hacia un profesional que nos está ayudando a resolver problemas importantes en nuestra vida es parte del proceso. No hay que negarlo y hay que hablar de ello. Llevar eso a la práctica amorosa es otro tema.

"Estoy saliendo con mi psiquiatra -me contó hace un año una amiga muy cercana-. Nos enamoramos."

Su psiquiatra conocía sus pensamientos y sentimientos mejor que nadie. Ella podía contarle todo, y él no la juzgaba. Se sentía reconfortada y segura cuando lo veía. Él sabía exactamente cuándo alcanzarle un pañuelo de papel porque estaba a punto de llorar, y compartían risas juntos. "Su sentido del humor es tan parecido al mío", me decía.

Mi amiga atravesaba un proceso muy doloroso de divorcio que la había llevado a la depresión, razón por la cual había consultado a este profesional, que la había medicado con antidepresivos. Ella minimizó mis críticas y advertencias. Recuerdo haberle dicho: "No me gusta nada esto. Te tiene controlada por todos lados: emocional y farmacológicamente."

Pero no hizo caso. Siguió con su relación hasta que un día, por una razón casi fortuita, descubrió que "su doctor" estaba "saliendo" con cuatro pacientes más, además de ella, al mismo tiempo, y que lo hacía habitualmente. Todo terminó en una demanda por mala praxis médica que ella ganó. Pero su cuadro depresivo se agravó y se prolongó en el tiempo...

Cuando le conté el caso a un psicólogo amigo me dijo: "Si supieras cuán frecuentes son estos casos te alarmarías."

¿A ti te pasó alguna vez?

En Twitter @aleherren

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