Gente negativa

Hay personas que tiran mala onda. A las que les es imposible tener una mirada edificante. Posiblemente, a cierta altura de la vida, logremos identificarlas, lo que no quiere decir que podemos mantenerlas a distancia. Por alguna extraña razón, valoramos su punto de vista negativo, lo respetamos. Y eso nos hace daño.

¿Cómo aprender a desprendernos de sus palabras? ¿Se puede ponerles límites?


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Algunos eligen el humor para decirles “basta”. Otros, tienen un modo más firme. Cada uno tendrá su estilo, lo importante es ponerles freno. El límite tiene que ser el resultado de un proceso interno tras el cual podamos asumir que es mentira que “no podemos hacer nada” con ese malestar. Recordemos: siempre es posible decir “no”.

Para animarnos a correr de nuestra vida a las personas negativas, aun si tenemos con ellos un vínculo laboral, es bueno que nos preguntemos qué consecuencias puede traer poner límites, pero, fundamentalmente, preguntarnos por qué no los ponemos.

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El objetivo de un límite es decir “yo soy yo y tu eres tú”; “lo que te gusta o te parece, no tiene por qué gustarme o parecerme”. Las personas negativas tienden a invadirnos, a hacernos sentir obligados a estar de acuerdo con ellas, llegando hasta a tener una relación simbiótica que nos desdibuje como individuos.

Aquí van algunos consejos que nos ayudarán a ponerles límites a “los negativos”:

-La prioridad siempre eres tú. El límite depende siempre de uno, nunca del otro.

- No hay que cerrarse a la opinión de los otros, pero a no olvidar que es uno quien decide.

- Priorizar siempre los deseos personales. Hay que reconocerse como la primera opción.

- Es necesario aprender a decir “no”. Lo mejor es no acumular malestar, decir “no” a tiempo nos puede evitar grandes broncas.

¿Qué haces cuando te encuentras con una persona negativa?

@BalaguerAdriana