Orgasmos femenino y masculino

Orgasmos femenino y masculino: diferencias y semejanzas / Foto: Thinkstock
Orgasmos femenino y masculino: diferencias y semejanzas / Foto: Thinkstock



La presencia de la eyaculación en el varón marca una importante diferencia entre los orgasmos masculinos y femeninos. El varón, luego de haber eyaculado comienza una fase en la cual le resulta fisiológicamente imposible alcanzar otro orgasmo o eyacular nuevamente. Se trata del “período refractario”, dependiendo su duración de varios factores como el cansancio, la edad, y el estímulo.

En cambio, la mujer puede alcanzar uno o más orgasmos sucesivos si se mantiene una estimulación adecuada. Que sea posible no significa que esto le ocurra siempre, pudiendo resultarle tan placentero un orgasmo como varios. Incluso es raro que una mujer alcance múltiples orgasmos durante la mayor parte de su vida sexual.

Pero también existen semejanzas entre los orgasmos femeninos y masculinos. Tanto en el varón como en las mujeres, la percepción de las contracciones rítmicas de los músculos de la plataforma orgásmica (en general cada 0,8 segundos) es la fuente de las intensas sensaciones placenteras que se experimentan. La percepción de esas contracciones forma parte del fenómeno orgásmico.

Hay muchas similitudes y otras tantas diferencias entre los órganos sexuales femeninos y los masculinos, pero ambos sexos comparten el órgano sexual más importante: el cerebro, que nos permite acceder tanto a la imaginación como al placer. Sin percepción y conciencia de placer no habría orgasmo.

Muchas mujeres manifiestan necesitar un contacto íntimo con el cuerpo del compañero o sentirse físicamente próximas. Necesitan también mantener una buena comunicación con sus parejas y ser capaces de compartir sentimientos y pensamientos sobre el sexo, sobre qué les gusta y qué les disgusta, pues estos factores contribuyen al logro de una buena sexualidad.


Julia (42 años): Disfruto con los besos, abrazos, caricias, mirar y sentir a la otra persona. Tengo la sensación de que comparto muchas más cosas si no caemos en la estimulación genital, sobre todo cuando empezamos a conocernos mutuamente.


Lo que se llama "buen sexo" es algo más que genital. Implica dos personas explorándose mutuamente, amándose con intensidad, acariciándose, contemplándose, y el orgasmo puede ser la cima de tal acto, pero solo es un factor (no necesariamente el mejor) en un complejo proceso.

Podemos crear tantos grados diferentes y clases de sexo como queramos, conduzcan o no al orgasmo, y sean o no genitales. Si la definición del placer sexual es sostener el deseo y conseguir excitarse más y más, entonces se abren muchas mayores posibilidades para el placer sexual y para excitar a la otra persona. El intenso contacto físico es una de las actividades posibles más satisfactorias, en y por sí mismo.


Diana Resnicoff es licenciada en psicología, sexóloga clínica y secretaria científica de la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana (S.A.S.H.).


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