Posiciones sexuales

Variar las posiciones sexuales enriquece el encuentro sexual. / Foto: iStockphoto
Variar las posiciones sexuales enriquece el encuentro sexual. / Foto: iStockphoto



Diana Resnicoff es licenciada en psicología, sexóloga clínica y secretaria científica de la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana (S.A.S.H.).


La variedad sexual se puede conseguir de muchísimas maneras, desde la incorporación de elementos sensuales (que estimulen tus cinco sentidos), hasta variadas prácticas sexuales (sexo oral, sexo anal, masajes eróticos, masturbación, uso de fantasía e incorporación de juguetes).

Las variaciones en las posiciones sexuales solo son una de esas cosas que podemos hacer para impartir novedad al encuentro sexual.

Veamos, las ventajas y desventajas de las tres posiciones sexuales más comunes:


Cara a cara con el hombre encima

Ésta es, seguramente, la posición sexual más tradicional y conservadora que existe. Tiene como gran ventaja que la pareja queda cara a cara, promoviendo su intimidad y la facilidad de besarse durante la penetración vaginal.

Permite al hombre una penetración completa y profunda, lo que puede resultar placentero tanto para él como para ella, así como control de movimiento y ritmo para el hombre. Pero la popularidad de esta postura hizo que muchas parejas la utilicen prácticamente de manera exclusiva, lo que puede generar monotonía sexual. También es una posición que dificulta la estimulación directa del clítoris e impide el movimiento libre de la mujer para regular el ángulo en que es penetrada.


Cara a cara con la mujer encima

A medida que la gente se vuelve más creativa y flexible en su expresión sexual, esta posición gana popularidad. Permite a la mujer ser más activa, regular el contacto con su clítoris facilitando su orgasmo, y controlar el ritmo de los movimientos y la profundidad de la penetración.

Para el hombre también resulta una buena posición porque puede relajarse y disfrutar por completo del placer generado en su cuerpo, y porque provee gran estimulación visual para él, pues está en primera fila para disfrutar del cuerpo desnudo de su pareja.

La incomodidad con el cuerpo de la mujer, las actitudes de pasividad sexual y la baja autoestima sexual en la mujer van a dificultar el disfrute de esta postura; el condicionamiento físico de ésta también será un factor determinante en su éxito.


El perrito (penetración posterior)

Permite al hombre acariciar libremente el clítoris y los pechos de su compañera; además puede visualizar y acariciar las nalgas, cosa muy estimulante para la mayoría de los hombres.

La gran desventaja es que para algunas personas resulta menos íntima que otras, ya que no hay contacto cara a cara y los besos en la boca se dificultan mucho.


Las variaciones de estas posiciones descriptas son infinitas. Pero no olvidemos que el acto sexual no debe convertirse en una proeza deportiva o una experimentación de laboratorio.

Las diversas posturas y juegos sexuales deben realizarse en función del placer mutuo y compartido, con la mayor libertad e intensidad posibles.


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