Que los niños no griten (en el centro comercial)

Estás en el área de comida de un centro comercial disfrutando un poco de las opciones de comida chatarra. Claro que hay ruido: máquinas registradores engullendo dinero, gente pidiendo de comer, otros conversan mientras comen, en una esquina una chica le llora sus penas a una amiga, más allá una pareja discute por cualquier nimiedad (no por eso sin importancia), familias, bebés, niños, parejas y solitarios... Un poco de todo. Todo tan "pacífico" hasta que...

Un centro comercial en Sydney, Australia, anunciará a sus visitantes que no se tolerarán niños gritones dentro… - Thinkstockphotos
Un centro comercial en Sydney, Australia, anunciará a sus visitantes que no se tolerarán niños gritones dentro… - Thinkstockphotos

"¡Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!", seguido de un "¡Iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiik!"

Solo los niños tienen esa capacidad pulmonar, y mientras corren y se divierten entre las mesas y los juegos infantiles, el tímpano se te rompe y hasta olvidas si lo que hacías era tragar o morder.

¿Y luego qué? Sigues comiendo, porque al final del día son los padres, o acompañantes de los gritos disfrazados de niños, quienes tomarán la decisión de si pedirles que bajen un poco el volumen o permanecerán impávidos ingiriendo sus alimentos.

Por lo general yo no tengo mucho problema con los niños, ni con sus gritos, ni sus berrinches, pero sí en lugares cerrados, sí cuando duran más de 5 minutos, y sí cuando es claro que son más molestos que divertidos... ¡Y no soy la única!

Resulta que hace unos días se hizo noticia que un centro comercial en Sydney, Australia, anunciará a sus visitantes que no se toleraría a niños gritones dentro del área de comida. El mensaje dice algo así "Padres, por favor sean considerados con los demás clientes del área de comida. Los niños gritones no serán tolerados en el centro".

Así que se desató una controversia, sobre todo de parte de las mamás: que si quieren que además de el carrito del bebé, la pañalera, el bebé, el bolso, darle de comer, y que la mamá pueda comer, la mamá se vuelva superheroína para pedirle a los niños que bajen el volumen; que si las mamás saben que no es agradable pero que no pueden hacer otra cosa; que son niños y que así son y punto...

¿Quién exagera: las mamás o el centro comercial?

No estamos en Sydney, pero en todo el mundo hay mamás y niños, así que realicé una pequeña encuesta a mi alrededor para ver qué pensarían al toparse con un letrero como el arriba mencionado y su opinión al respecto (sí, sí hablo con personas reales de vez en cuando) y casi todos a los que les pregunté están de acuerdo con la medida. Así que armé una pequeña lista de porqués:

1. Un centro comercial no es el lugar más divertido para los niños (¿recuerdan que también hay parques?), y que son muchas horas en un lugar encerrado. Los adultos (muchos) pueden pasarse horas paseando en un centro comercial, pero los niños... ¡Son niños, déjenlos salir! Se desesperarán, llorarán y gritarán...

2. No es que queramos que los niños dejen de ser niños, pero sí que tanto ellos como los padres entiendan que los lugares cerrados son una bomba de estrés, y que el sonido se encierra y multiplica (o eso parece).

3. Los niños entienden, son inteligentes, basta con hablar con ellos y entender también sus límites de paciencia. ¿Qué habilidades les enseñan?

4. Quizá parezca un poco extremo, pero no es que se les prohiba la entrada, pero sí que sepan que hay otras personas alrededor, no estamos solos. Es una advertencia tras haber pedido consideración.

Ojo, esto no aplica a si un niño llora por que se cayó, que hasta pena nos da verlos sufrir, pero...

No esperamos que los niños dejen de ser niños pero, por favor, si pasan más de cinco minutos gritando sin sentido, retírenlos del centro comercial (salgan unos minutos, después pueden regresar).

¿Tu qué opinas?

@travesabarros

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