Mejora tu relación con el trabajo
Jornadas interminables, tareas abrumadoras, responsabilidades enormes, entrega de resultados a contrarreloj... ¿Lo que al principio era una motivación se está convirtiendo en una pesadilla? Quizás es momento de revisar cómo anda tu relación con el trabajo. Aquí hay seis consejos para reflexionar:
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1. Reflexión, evaluación. No sólo es necesario hacerse preguntas, hay que evaluar las respuestas tomando en cuenta todos los ámbitos de la vida. Quizás el malestar en el trabajo no viene directamente de lo laboral, tal vez se trata de una situación que no has resuelto en tu vida personal. Por ejemplo, si en otras situaciones también te has sentido en circunstancias de abuso, es probable que al explorar y romper con ese patrón de conducta, el trabajo se haga mucho más llevadero.
2. Desempeño/objetivo personal. El trabajo también es una forma de conocerte y descubrir tus reacciones. Olvídate por un momento de cumplir una meta de productividad y ponte un objetivo relacionado con tu conocimiento personal, como respetar las opiniones distintas, defender tu espacio y tu tiempo, trabajar en equipo o aprender a lidiar con el estrés sin terminar con tu vida personal.
3. Saber ser, saber hacer. Hay quienes se desgastan más en aparentar que saben hacer las cosas (se estresan, dramatizan, piden una reunión tras otra) y hay quienes trabajan sin hacer aspavientos. Mantener la serenidad en el trabajo tiene que ver con saber quién eres, y eso se traduce en confianza, autonomía y libertad para desarrollar tus habilidades.
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4. Sin juzgarse. Crecimos en un sistema de valores en donde es más importante señalar los errores y los defectos que reconocer los talentos. Nos han introyectado esta dinámica de tal forma que no mismo es el juez más duro. Tomar conciencia de nuestras cualidades, en cambio, nos permite comunicarnos mejor, ser más creativos, valorar el propio trabajo y hacer notar nuestros logros.
5. Las renuncias. Modificar la dinámica laboral también implica calcular las renuncias. Todo cambio es un proceso de separación con el pasado y una tensión constante con el presente. ¿Qué estas dispuesto a cambiar para tener la libertad que añoras?
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6. Los obstáculos. Entre todos los miedos que nos impiden actuar, hay creencias y frenos imaginarios que justifican nuestra inmovilidad. Más que concentrarnos en los miedos hay que decirnos la verdad, reconocer aquello que realmente es importante y que si no hiciéramos, lo lamentaríamos profundamente.