Frutas de la pasión: delicias llenas de propiedades
Los frutos del bosque son un tipo de frutillas pequeñas y comestibles, jugosas, dulces o ácidas, de exquisito sabor al paladar. Consumirlas se ha convertido en una moda, pues son ricas en antioxidantes, entre otras varias propiedades nutricionales.
Sobre sus orígenes, sabemos que son diversos, ya que éstas no eran cultivadas sino que crecían de manera silvestre en los arbustos. Durante la época medieval, los bosques eran propiedad del señor feudal, y los frutos del bosque que crecían en sus tierras podían ser recolectados por los campesinos pero debían pagar a éste por tomarlos. Por ejemplo, se sabe que la frambuesa ya se recolectaba desde el neolítico, y posteriormente, durante la Edad Media, se cultivaba en los huertos y jardines de los monasterios. Otro detalle curioso es que muchos estiman que el arándano es la planta más antigua en la tierra.
Pero, ¿sabes realmente cuáles son los frutos del bosque?, aquí veremos los más comunes y algunas de sus cualidades y beneficios:
Fresas o frutillas: rojas con algunos toques blanquecinos, su sabor es ligeramente ácido con toques dulces; es la más versátil de los frutos del bosque, te aportan gran cantidad de vitamina C, en menor cantidad A, E, hierro, ácido fólico y salicílico.
Arándanos: cuando los consumes frescos, son de color rojo intenso y su sabor es resinoso, amargo y con notas similares a la pimienta. Si los consumes deshidratados, su sabor es más acido. Son fuente de vitamina C, flavonoides y hierro; aunque su mejor época es a mediados del verano, las puedes encontrar en el mercado casi todo el año.
Frambuesas: al estar maduras, su color es rojo intenso, son jugosas y su sabor es ligeramente agridulce y floral. Tienen alto contenido de agua y fibra, vitamina C y E, calcio, potasio, magnesio y hierro.
Moras o Zarzamoras: su sabor es ligeramente ácido y su textura es suave, de poca firmeza, con tonos amaderados y florales. Ricas en antioxidantes, vitamina C, E, A y B; minerales como potasio, calcio, hierro, magnesio y manganeso. Es un alimento especialmente diurético.
Grosellas: de color rojo intenso cuando están maduras, poseen un sabor floral, dulce, con toques ácidos y aromas herbáceos. Son altas en el contenido de vitamina C, casi similar al kiwi y la naranja, son antioxidantes, aportan vitaminas y minerales, así como también se ha demostrado que ayudan con la quema de grasa.
Una dieta balanceada en frutas y verduras, en donde busques incluir este tipo de frutos, te garantizará dar a tu cuerpo una gran cantidad de antioxidantes, vitamina C, fibra y ácido fólico. Son bajos en calorías y cero colesterol, lo que los hace una buena opción para consumirlos a diario. Su bajo índice glucémico los hace muy recomendables para las personas que padecen diabetes.
Por si fuera poco, estos frutos del bosque poseen la capacidad de producir un efecto de bloqueo a la producción de enzimas que las células cancerosas necesitan para multiplicarse y así producir tumores. Esta capacidad funciona deteniendo el estrés oxidativo, ya que actúan como neuroprotectores.
Son muy versátiles para su consumo, pues los puedes comer frescos, como puré, en helados, salsas, mermeladas, jugos, ensaladas, agregarlos al yogurt, en fin, lo que tu creatividad te permita. Gracias a que en la actualidad se cultivan de manera constante, es posible conseguirlos casi todo el año. Te invito a que los incluyas en tu alimentación diaria, pues todas sus cualidades y beneficios se encuentran avaladas por múltiples investigaciones.
Las recomendaciones son consumir por lo menos 15 frutos del bosque al día, alternando la variedad que existe, ya que así conseguirás dar a tu cuerpo una mayor cantidad de vitaminas y fitonutrientes.
¡Recuerda…tú generas el cambio!
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