La bondad de Robin Williams todavía sigue saliendo a la luz

Nathan Lane y Robin Williams en pijamas durante una escena de la película 'The Birdcage', 1996.(Photo by United Artists/Getty Images)
Nathan Lane y Robin Williams en pijamas durante una escena de la película 'The Birdcage', 1996.(Photo by United Artists/Getty Images)

Robin Williams todavía nos sigue emocionando a través de las historias y anécdotas de aquellos que trabajaron a su lado. Porque este actor responsable de provocar risas, ternura y emoción con su espontáneo sentido del humor, influyó en la vida y carrera de muchos artistas de manera tan profunda que a nueve años de su muerte no dejan de recordarlo. Es el caso de Nathan Lane, su compañero de aventuras en la entrañable e inolvidable Una jaula de grillos (1996), quien lo define como “un santo” por cómo lo ayudó de manera personal durante aquel éxito cinematográfico.

Lane interpretó a Albert, el marido de Robin Williams con quien pretende ser heterosexuales ante la familia conservadora de la prometida del hijo de la pareja. Protagonizó el filme cuando todavía era un rostro desconocido en el mundo del cine. Su carrera había despuntado en el circuito teatral neoyorkino, alcanzando la cima de Broadway cuando el director Mike Nichols lo convocó para su primera película junto a grandes estrellas. Su llegada a la producción fue gracias al abandono de Steve Martin, quien originalmente iba a acompañar a Robin Williams y Gene Hackman en este remake de la comedia francoitaliana La jaula de las locas (1978), nominada a tres premios Oscar. Y si bien Nathan Lane había revelado su condición sexual a su madre al alcanzar la mayoría de edad (Fuente: Advocate), todavía no estaba preparado para exponer su homosexualidad al mundo. Sin embargo, la comedia sobre una pareja gay podía convertirse en el anzuelo mediático que lo dejara en evidencia. Pero entonces contó con la ayuda de Robin Williams.

Así lo recordó el actor de 67 años –que actualmente triunfa con Only murders in the building en Hulu– en Today al remontarse al año 1996 cuando le tocó promocionar la película en el programa de Oprah Winfrey. Nathan Lane estaba aterrado al tratarse de su primera película importante en Hollywood, y verse en la situación de tener que hablar de ello y ante una entrevistadora efectiva como Winfrey.

"Robin fue la persona más grandiosa, con un alma hermosa y sensible, tan amable y generoso conmigo" explicaba el actor para luego contar su anécdota. “No estaba preparado para ir de mesa en mesa y decirles que era gay” admitió, siendo consciente de que se trataba de un tema inevitable.

"Me di cuenta que iba a tener que lidiar con ese lado. Había salido del armario a los 21 y finalmente tenía un papel grande en una película, pero no quería que [la conversación] fuera sobre mi sexualidad, aunque era inevitable debido a la naturaleza de la película y el personaje”. Sin embargo, antes de comenzar la promoción del clásico cómico se sinceró con Robin Williams, haciéndole saber que no se sentía preparado para salir del armario públicamente.

Me dijo ‘Oh, está bien, no te preocupes, no hablaremos del tema’” compartió en la mencionada entrevista. Y dicho y hecho, Williams se encargó de distraer a Oprah Winfrey lo suficiente cuando el tema salió a la luz en la entrevista que dieron juntos en su programa.

Winfrey le preguntó a Nathan Lane si le preocupaba que lo encasillaran y que la gente se preguntara si era homosexual, o no, tras ver la película. Pero en ese momento y antes de que Nathan Lane dejara entrever su incomodidad, Robin Williams tomó la palabra, distrayendo el asunto. Se abalanzó y distrajo a Oprah, se fue por la tangente y me protegió porque era un santo".

Williams básicamente adoptó el acento de su personaje, bromeando con gestos y frases dirigidas a distraer a la entrevistadora. Y la táctica funcionó porque si bien Winfrey volvió a la pregunta, le dio tiempo suficiente para que Nathan Lane pensara la respuesta. Y como todavía no estaba preparado para hablar de su sexualidad, simplemente dijo que era un actor de personajes sin “una imagen que mantener”. Y gracias a la ayuda de Robin en el momento justo, pudo mantener su historia en secreto hasta que se sintió preparado, eligiendo él mismo cuándo y cómo revelarlo.

Nathan Lane y Robin Williams posan entre bastidores en la exitosa obra
Nathan Lane y Robin Williams posan entre bastidores en la exitosa obra "Tigre de Bengala en el zoológico de Bagdad" en el Teatro Richard Rogers el 2 de abril de 2011 en la ciudad de Nueva York. (Photo by Bruce Glikas/FilmMagic)

Lane no piensa que Oprah Winfrey intentara forzarlo a que hablara de su condición sino que él “no estaba preparado” en ese momento. “Me parece genial que todos ahora se sientan cómodos pero la homofobia está viva y hay muchas personas gais que se siguen escondiendo” remataba sobre sus temores.

Nathan Lane habló públicamente de su condición sexual por primera vez en 1999, tres años después del éxito de la película, y desde entonces, se convirtió en una figura importante para la comunidad LGBT en la industria a través de su participación en fundaciones, campañas y alianzas. Fue en una entrevista para la revista Advocate, donde entró en más detalle sobre sus temores y encasillamiento. Incluso en aquellas páginas ya recordaba el momento con Robin Williams en el programa de Oprah. "Robin Williams vio mi cara y saltó a protegerme. Lo que era natural porque interpretaba a mi marido. Pero hay una noción de que si interpretas a un personaje gay eres gay, entonces no estás realmente actuando, sin importar lo diferente que sea de tu persona. Por eso cuando descubren que se trata de un actor heterosexual y casado le dan un premio".

Nathan Lane no fue el único que sintió el apoyo de Robin Williams en la industria del cine. El cómico, que era conocido por exigir una cláusula en sus contratos que obligaba a sus películas a contratar a personas sin techo, también influyó a Ethan Hawke a lo largo de su carrera después de trabajar juntos en La sociedad de los poetas muertos (1989). A Ben Affleck enseñándole a colaborar y trabajar en equipo con amabilidad en Mente indomable (1998). Incluso a Brian Lord de Papá por siempre (1993), a quien le cambió la vida con un solo consejo.

Todo esto me lleva a una declaración suya que actualmente circula en redes sociales cuando Robin Williams dijo: “te das cuenta de que lo único que importa son los demás, mucho más que tú mismo. Ego, adiós. Hay que darse cuenta de que hay muchas personas ahí fuera de las que sentirse agradecido y de un Dios amoroso. Más allá de eso, buena suerte. De eso se trata la vida”.

Una declaración que resume la labor que hacía detrás de las cámaras. No solo ayudando a sus compañeros o dando consejos, sino también con sus monólogos cómicos que tendían una mano a otras personas luchando contra el alcoholismo como él, con una bofetada de realidad adornada de bromas y humor. Pero también a través de su visita a las tropas estadounidenses con sus chistes, o visitando a niños enfermos de cáncer en hospitales infantiles emulando su papel en Patch Adams o ayudando a las personas sin hogar.

Incluso dio testimonio en el Senado pidiendo ayuda para ellos junto a Whoopi Goldberg. Fue en 1990, cuando el actor recurrió a su sentido del humor y facilidad para recrear voces, y pedir a los senadores que encontraran la manera de buscar un punto intermedio, entre el presupuesto y el deseo de ayudar, para encontrar juntos una solución.

"Él amaba a las personas sin hogar, pasó gran parte de su vida tratando de ayudarlos, de animarlos, de que fueran tratados con dignidad en lugar de desdén” explicó su hija Zelda en 2020 cuando hizo una petición pública pidiendo a sus seguidores y fans de su padre que hicieran donaciones a refugios.

La muerte por suicidio de Robin Williams sorprendió al mundo el 11 de agosto de 2014. El actor había sido diagnosticado con Parkinson cuando, en realidad, padecía demencia con cuerpos de Levy. Un trastorno que puede provocar alucinaciones visuales, alteraciones del pensamiento, movimiento, conducta y estado de ánimo (Alzheimers.gov). Ese día tuvimos que despedirnos de una figura entrañable, pero tan importante que sus historias todavía nos siguen recordando cómo tocó la vida de tantas personas.

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