Brooke Shields se sinceró y contó que tras la última visita de sus hijas a su casa “no veía la hora de que se fueran”
Según los especialistas, el síndrome del nido vacío es una respuesta emocional y física que se manifiesta a través de una fuerte sensación de soledad, tristeza, ansiedad y preocupación que suelen experimentar los padres cuando sus hijos se hacen mayores y abandonan el hogar familiar para perseguir su propio destino. Brooke Shields estaba convencida de que no podría escaparle a ese sentimiento cuando sus hijas, Rowen y Grier, partieran hacia la universidad. Sin embargo, en un acto de sinceridad, la actriz de La laguna azul confesó esta semana que ahora que sus herederas ya no viven junto con ella y su esposo, Chris Henchy, su sensación es muy distinta a la que esperaba.
El jueves pasado, la actriz de 59 años participó como invitada en The Tonight Show, el exitoso programa de la televisión norteamericana conducido por Jimmy Fallon, y en una charla a corazón abierto con el anfitrión contó su experiencia. “Mis hijas ya no viven con nosotros, pero vinieron para pasar la Navidad. Fue genial, pero después de un tiempo lo único que deseaba era que se fueran”, disparó. Y aclaró: “Me sentí muy triste cuando se fueron la primera vez. Pero ahora, después de Navidad, pensé: ‘¿No tienen que volver a la universidad?’”.
Antes de que las hijas de Shields se instalaran en el campus universitario, en una entrevista publicada por People la actriz había asegurado que no estaba lista para que partieran. “Pensé que me sentiría aliviada, pero no lo sé. Ya veré cuando llegue el momento, pero creo que estaré bien... La idea de no vivir las 24 horas del día, los siete días de la semana, en la casa con esas dos mujercitas que he criado es algo muy extraño. Es como ir a un territorio totalmente desconocido”, indicó.
Cuando llegó el momento, Shields le pidió a su hija menor que le diera un “período de preparación” para que el impacto de su ausencia no fuera tan rotundo. Por eso, la adolescente pasó por un tiempo de adaptación. “Le dije: ‘Tenés que presentarme a la persona en la que te estás convirtiendo, porque hasta este momento hacés lo que yo te digo que debés hacer. Y ya no sos una bebé. Necesito un poco de tiempo para acostumbrarme a que sos una mujer joven”, reveló la actriz.
La protagonista de La madre de la novia aseguró en otra entrevista que una de sus principales preocupaciones sobre el futuro de sus hijas es que se sientan cómodas envejeciendo tan naturalmente como ella. “Miro a mis dos niñas y ahora todo debe ser más alto, más ajustado y más suave. Sé que ahora se sienten atractivas, pero quiero que mis niñas no tengan miedo de tener mi edad”, indicó.
Grier y Rowan, a su vez, también hablaron sobre el rol que cumple su madre en sus vidas, en una entrevista realizada a mediados de 2024. “La gente se ha referido a mí con ese término, nepo baby, un montón de veces”, señaló Grier, que desde hace algunos años reparte su tiempo entre los estudios y la pasarela. “Realmente no me afecta, porque están sentados detrás de una pantalla comentando en mis redes sociales, pero me hiere. Obviamente, querer ser modelo y tener una madre que lo sea, ayuda. Pero también si llego allí y no les gusta mi apariencia, no me van a pedir que regrese”.
“Tener una madre famosa no te lleva muy lejos”, continuó. “Si fuera mala en mi trabajo, me despedirían. Si Rowan fuera mala en su trabajo, la echarían también. Tenés que ser buena en lo que hacés para conservar un empleo”, agregó. Su hermana, en tanto, acotó: “Trabajo como pasante y, sinceramente, sería un desperdicio si siguiera con mi vida y no la aprovechara un poco”.