Yahoo Estilo Camila Sodi prueba con una banana el estigma que carga una mujer al expresarse sobre la sexualidad
Cuando las mujeres se expresan libremente sobre sexualidad son juzgadas o apoyadas. No hay matices en el asunto. El apoyo puede venir en forma de mensajes de empoderamiento femenino, solidaridad y hasta de humor. Mientras que los ofendidos y los abusadores se van por la crítica, la negación, la burla y el insulto. No es cuestión de género, hombres y mujeres son capaces de estar en este grupo con apariciones estelares.
Recientemente la actriz Camila Sodi publicó en sus redes sociales uno de esos post desafiantes que hacen ruido, dan cosquillas o comezón. Ese tipo de post que hacen que más de uno incline su cabeza de un lado a otro para ver bien y empiece a maquinar qué decir, qué pensar. Se trata de tres fotos en blanco y negro, donde una estilizada Camila luce una T-Shirt blanca con la frase “I’m a rich man” y un pantalón negro. Su mano se desplaza desafiante hacia la entrepierna para agarrar… ¡Un plátano! La fruta pintona apunta hacia abajo y obviamente simula un pene.
La publicación que ya cuenta con más de 114 mil likes y casi 900 comentarios invita a los seguidores de la actriz a comentar y decidir qué cree que se expresa en la imagen. “I am a rich man” ( es arte? (el arte nos salva ) es humor? (Reír es el mejor antídoto ) por favor decídalo usted mism@ aquí )”, escribió la actriz dejando claro su interés por la polémica.
Cientos de comentarios la aplauden, otros -la mayoría- disfrutan y se unen al discurso humorístico y otros tantos -bastantes- la insultan, la amenazan con dejarla de seguir o con las “feminazis”, entre muchas otras cosas. “Loca”, “Desagradable”, “Gataza, cholera, te dejo de seguir mamita…”, “Naca de 2 pesos”, “Machorra”, son algunos de los comentarios y no faltan los que le ofrecen round sexuales: “Eso es que tienes ganas”, “Yo tengo una de verdad si quieres”, “métetelo tú misma”, y otras dulzuras.
Esta lluvia de comentarios, que aparecen cada vez que una mujer -famosa o no- decide expresarse sin tapujos, nos lleva a reflexionar sobre cuáles son los límites entre el juicio y la opinión; de dónde sale ese empeño en tratar de avergonzar a alguien porque quiera o tenga relaciones sexuales; por qué las calificaciones negativas suelen ser orientadas más a mujeres que a hombres y, por supuesto, cuál es la importancia de que una mujer pueda expresar libremente su sexualidad.
Nermary Yibirín, abogado, activista, coach de vida y orientadora en sexología nos ayuda a darle respuesta a estas interrogantes. “La sexualidad es un área de la vida del ser humano que nos atraviesa por completo, y que afecta todas las demás áreas. Es importante que podamos hablar de este tema, porque en él se esconden muchos traumas y creencias limitantes que vienen arrastrándose de generación en generación”.
Juicios en femenino
No se puede tapar con un dedo el hecho de que los juicios y las calificaciones sobre el tema de la sexualidad son más acentuados hacia las mujeres que hacia los hombres. La especialista explica que eso también tiene una razón de ser.
“Hay una serie de variables que influyen en el por qué estos juicios se dirigen hacia la mujer y no hacia el hombre. La primera, es el sistema en general, es un sistema patriarcal donde el hombre -blanco y heterosexual- tiene la mayoría de los privilegios. Luego, y una de las grandes razones, es el tema religioso. En las tres grandes religiones del mundo, el islam, el judaísmo y el catolicismo, hay un gran peso sobre la mujer y su sexualidad. En casi todas las religiones el sexo ensucia a la mujer y la hace sentir culpable y esto se extrapola a todos los demás contextos, el cultural y el social. En líneas generales, la mujer promedio, que disfruta su sexualidad, exige y pide placer es estigmatizada como una mala mujer. En cambio el hombre promedio que hace lo mismo no, y esto viene dado también por el control que han querido tener los hombres por nuestro cuerpo”.
“Una anécdota curiosa que demuestra cómo la definición sexual de la mujer se ha construido en función del hombre es el origen de la palabra ‘vagina’, que significa el lugar donde se guarda la espada, que viene siendo donde el hombre guarda su pene. Hasta nuestra identidad sexual se ha forjado alrededor del hombre y no de nuestra individualidad como personas”.
Sin embargo, sigue pasando el tiempo y son muchas las luchas que se siguen ganando. La clave está en seguir adelante con acciones que incentiven a la mujer a sentirse segura y libre, incluso para posar con una banana en un patio soleado si así lo quiere.
Yibirín, quien es autora del libro Poderosas, con el cual busca motivar a las mujeres a redefinir sus creencias sobre ellas mismas, opina que uno de los grandes incentivos para que la mujer se quiera expresar libremente es que esto es bueno para su salud mental y física.
“Una persona libre de prejuicios es una persona sana mentalmente que no toma en cuenta la opinión de los otros para decidir sobre su felicidad y sobre lo que te hace sentir bien. Esto fortalece la autoestima, el sentido de merecimiento y, en consecuencia, trae éxito y realización. Qué mejor incentivo que la salud, la liberación de los estereotipos, la libertad y expresión de tu ser y por ende alcanzar el éxito en lo que te propongas”.
Reflexionar sobre el tema, hablarlo, compartir creencias con nuestras amigas y sobre todo eliminar la vergüenza y la culpa, construye un terreno fértil para sembrar libertad, autoestima y éxito en todas las áreas de nuestra vida. No cuesta nada.
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